Un repaso del año que se fue a través de las notas y entrevistas de ArteZeta.
Ilustración de Sabrina Pintos (@sabri.pio)
Enero
Ricardo Piglia: Lo que nos queda.
Por Cristian Franco
De ahora en adelante vamos a escuchar las palabras legado, herencia, influencia. Es la retórica habitual con la que supuestamente legitimamos la importancia de un escritor muerto. Lo cierto es que no somos todavía capaces de calibrar el “efecto Piglia”. Pero es indudable que si la literatura argentina tiene un autor obligado, un escritor sin el cual nuestra literatura no tendría la misma forma, ese es Ricardo Piglia. Seguir leyendo.
Fragmentos de Hebe Uhart
Por Alán Ojeda
“A los jóvenes los he leído por el taller. Félix Bruzzone me gusta bastante, Federico Falco también. Lo que pasa que yo me aboco a leer cuento y crónica para el taller. Y bueno, también leo para mi proyecto, estoy leyendo uno de un etólogo holandés y otro que habla sobre aves. Vos dirás ¿Por qué? Y bueno, porque llega un momento que uno se satura, y esto para mí es nuevo. Siempre conviene buscar una cosa nueva cuando uno está saturado de la ficción o de lo que sea. Yo la ficción ya la tengo en los talleres”. Seguir leyendo.
Febrero
Mike Wilson: “Leñador no es una novela sobre la naturaleza, sino sobre el lenguaje”
Por Joel Vargas
“Leñador creo que surgió de un impulso personal que reaccionaba en contra de lo que yo sentía era el agotamiento de mi escritura. Sentía en ese momento que narrar no me entregaba nada. Quería huir de narrativas inevitablemente paródicas, y a la vez recuperar sentido, encontrar certezas a través de la escritura, y dejar el lenguaje por medio del lenguaje.” Seguir leyendo.
Marzo
La palabra justa: 40 años de la desaparición de Rodolfo Walsh
Por Pablo Díaz Marenghi
Idolatrado por muchos, odiado por otros, pero respetado por una amplia mayoría, Rodolfo Jorge Walsh murió por “dar testimonio en tiempos difíciles” -como escribió en su Carta Abierta a la Junta Militar– un 25 de marzo de 1977. Un grupo de tareas del Centro Clandestino de Detención Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) lo fusiló en la esquina de San Juan y Entre Ríos. Desde aquel entonces se encuentra desaparecido. Fue periodista, escritor, lavacopas, limpiador de ventanas, comerciante de antigüedades, criptógrafo en Cuba y, sobre todo, fue un militante político. Era uno de los peces gordos en las listas negras de la Dictadura que se proponía aniquilar a la llamada “subversión”. Es decir, destruir la consciencia política, a las organizaciones armadas y a cualquier tendencia revolucionaria en sus diferentes intensidades: desde un libro de texto, una pancarta o una asamblea estudiantil. Los militares que usurparon las instituciones democráticas de la Argentina un 24 de marzo de 1976 pudieron silenciar su cuerpo pero no su obra y su legado. Seguir leyendo.
Indio en Olavarría: Los acordes van a ser muy tristes
Por Pablo Díaz Marenghi
Había mucha gente. Muchísima. Luego nos enteraríamos que fuimos 200 mil personas, aunque algunos cálculos arrojan 400 mil. A eso de las 22 el show comenzó con “Barbazul versus el amor letal”, emblema de la primera época de los Redondos. La oscuridad del saxo de Sergio Colombo, junto a las guitarras de Baltasar Comotto y Gaspar Benegas le daban forma a un clásico, mientras en el medio intentábamos acomodarnos al frenesí de la marea de gente. Luego seguirían “Porco Rex” y “Arca Monster”, de su obra solista, para volver al pasado con otro himno: “Ropa sucia”. El final de esa canción, que sonó como debía ser y con toda la marea coreando a los gritos el mantra “vivir solo cuesta vida”, marcó un antes y un después en aquella noche. Las advertencias desesperadas del Indio nos dieron la pauta de que algo andaba mal. Un tipo con tantos pogos grabados en las retinas por algo paró el show y llamó a gritos a Defensa Civil. Ahí entendimos que el Indio se había dado cuenta de que podía pasar algo grave. El show siguió con “Héroe del whisky”, pero ya nada fue lo mismo. Una nueva pausa para atender a personas caídas, desmayadas, aplastadas por el “pogo más grande del mundo”. Seguir leyendo.
Esteban Lamothe: “Soy un cholulo de los músicos”
Por Martín Barraco y Pablo Díaz Marenghi
Foto de Nadia Guzmán
“Siempre lo hice a mi manera. Es lo que te decía antes de la fiesta: yo cuando quería actuar y me daba cuenta que me gustaba y que lo hacía relativamente bien empecé a juntarme con amigos: Romina Paula, Esteban Bigliardi, Pilar Gamboa. Tuve la suerte de cruzarme con gente muy talentosa. Eso fue suerte y nada más, pero también tenía el deseo. Las obras las hacíamos nosotros. Poníamos plata nosotros. Lo mismo en el Ruchofest. Capaz pierdo plata este viernes, ni idea. Con las obras de teatro es así: si vos queres que te vean actuar tenes que hacer una obra. No voy a esperar a que me llamen de Telefé o de Pol-Ka si no me conoce nadie. Y también hice lo mismo con amigos de cine porque ellos hacen películas, las de Mati Piñeiro, Alejo Moguillansky. Por suerte puedo hacerlo. Vi un montón de actores que son muy buenos pero se traban y están esperando a que los llamen. Después sí te llaman pero cuando te conocen, y si no te moves… lo mismo con los Ruchofest. El festival se empezó a conocer, las bandas veían que era amigable. Es un festival que no lo hago para ganar dinero, salvo los gastos y ya. Trabajo un montón, no lo digo para que me feliciten ni nada, pero es un trabajo muy grande. Por suerte tengo a mi hermano Manolo y a los Cabeza Flotante que me ayudan.” Seguir leyendo.
Abril
Nuestro y de exportación
Por Agustín Argento
“Miramos con envidia cómo se hace cine en Argentina”, le dijo a este cronista Inés París, directora española con una extensa e importante trayectoria en la televisión de su país y con un puñado de largometrajes en su haber, como La noche que mi madre mató a mi padre, con el protagónico de Diego Peretti. El italiano Roberto Andó, realizador de la premiada Viva la libertad y asistente de dirección de gigantes como Francis Ford Coppolla, Fellini y Francesco Rossi, le dijo a ArteZeta en junio de 2016 que “es imposible hacer cine en el mundo sin que los Estados lo apoyen”. El destacado actor romano Steffano Accorsi sostuvo en la semana de Cine Italiano de 2016 que el gremio de su país “se encuentra en lucha para que exista una ley de cine como la argentina y la francesa”. Otra que sostuvo esta teoría con ArteZeta fue la directora alemana Angela Schanelec. En Alemania, las películas se financian en al menos un 50 por ciento con dinero de los canales públicos de cada estado federado (similar a las provincias argentinas), luego de una selección minuciosa, algo que también sucede con el INCAA. Seguir leyendo.
Mayo
Ser Abelardo Castillo
Por Pablo Díaz Marenghi
Abelardo era, sin dudas, un escritor moral y uno de los más grandes cuentistas de todos los tiempos. El que ose cuestionar esta afirmación, le recomendaría que lea “Los ritos” o “El candelabro de plata” y que luego me cuente. Abelardo narraba con la potencia del lenguaje heredada de la literatura rusa que tanto admiraba (Dostoyevsky, Tolstói) y con el pulso del realismo norteamericano de otro escritor que solía citar: John Cheever. La bebida, al igual que en el escritor norteamericano, aparece de manera recurrente en sus relatos (sobre todo el whisky) y le dedicó una novela maravillosa: El que tiene sed (1985). Seguir leyendo.
El grito primal del grunge
Por Matías Roveta
Cornell murió en la noche del miércoles a los 52 años en la habitación de su hotel de Detroit luego de un show de Soundgarden. Si bien en un principio los detalles no estaban del todo claros, los médicos forenses que acudieron a la escena hablaron de suicidio: la pérdida en ese contexto, tremendamente dolorosa, desgarra aún más porque su trayectoria no daba ni con el perfil tóxico de Layne Staley o Scott Weiland ni con el de genio torturado por la fama de Kurt Cobain. Una muerte sorpresiva que plantea muchos interrogantes que el tiempo limpiará. Aunque una cosa es clara: el enorme legado de Cornell no deja lugar a dudas y es justo posicionarlo como el mejor cantante de esa generación. Porque el grunge –es más certero hablar de una escena que de un género- tenía algunos rasgos comunes: guitarras con distorsión en un primer plano, cantantes muy dotados desde lo vocal, cierta ética punk-independiente, sentimiento de camaradería entre las bandas junto a altos niveles de furia y angustia acumulada tal vez como respuesta a los duros años de conservadurismo neoliberal de los Estados Unidos de fines de los ’80. Seguir leyendo.
Junio
Pablo Ramos: “Nos queda la estupidez”
Por Ayelén Cisneros
Foto de Florencia Alborcen
“Uno no corrige textos, corrige personas. Por ejemplo, yo tenía una obra de teatro que se empieza a ensayar con tiempo, que se llama Por qué el cielo es azul. En ese texto un proto Gabriel va a visitar a una prostituta, Teresa, que fue como una madre para él, entonces cuando ella se le ofrece, se da cuenta que no fue a humillarse y disimula la situación, ella va a buscar un disco de los Beatles, vuelve, y mientras está adentro dice “me di cuenta de la mezquindad, de mi patética soledad”. Entonces me dice Castillo “¿por qué patética tu soledad y no soledad a secas, por qué ese adjetivo”. ¿Saco o dejo ese adjetivo?” Es una cuestión técnica, es muy sencillo escribir: sin gerundios, sin adverbios terminados en mente y sin adjetivos, y ya está. Si sos Alan Pauls, él todavía no entendió eso, todavía no llegó, porque escribe bastante mal, escribe los adjetivos adelante del sustantivo, como si fuera Borges, pero sacalo a él, poné a cualquier otro, ¿qué pasa con ese adjetivo? Es una mentira (…)” Seguir leyendo.
Ercole Lissardi: “El deseo es subversivo”.
Por Joel Vargas
Foto de Martín Benavídez
“La literatura erótica que es acerca del deseo se sustituyó por la pornografía, estamos absolutamente inundados por la pornografía, los niños, a los diez u once años ya la ven por Internet. La pornografía es coger y por consiguiente es el vacío, y si de eso se alimenta un adolescente, cuál puede ser su relación con una sexualidad cada vez más pobre. Lo único que puede pasar es que el deseo vaya desapareciendo, como está sucediendo efectivamente, hay una cantidad enorme de gente joven a la que le pasa. Veía las estadísticas en Japón y la cantidad es enorme de gente que no quería tener relaciones, no por religión o por otras cosas, porque nada, simplemente porque no, es un problema más, tengo que ponerme tal cosa, tengo que salir a buscar una mina. Entonces se va hacia el terreno de la masturbación que es la nada, creo que está pasando eso, y a la vez creo que dentro de esa situación lamentable que es la explosión de la pornografía yo no la prohibiría en absoluto, no soy partidario de prohibir nada.” Seguir leyendo.
Julio
Viva Elástico: Esas cosas siempre vuelven.
Por Ayelén Cisneros
Foto de Nadia Guzmán
Alejandro Schuster: No me considero una persona inteligente para escribir. Siento que escribo desde sensaciones, que me dicta el momento, como escribo sobre la música, canto y como los acordes me van inspirando, y cuando algo queda bien me parece que es lo que va. Sí, claramente después empezás a ver detalles, pero en algunas seré un poco más frío que otras para componer. Sí, no sé si decir que Viva Elástico es una banda de canciones románticas. Es también bastante todo lo contrario de eso en un punto. Seguir leyendo.
Deporte Ilustrado Episodio #7: Liliana Colanzi
“Un poco quería trabajar con la oralidad, con estas historias que se escuchan mucho en Bolivia en la vida cotidiana. Tienen que ver con historias de la gente del campo, de los indígenas que muchas veces son tratadas como superstición o como saberes que no tienen ningún tipo de valor y que para mí son importantes porque son historias con las que nos criaron y forman nuestro imaginario. Pero en que cierto momento la gente la rechaza como algo que no sirve. Para mi están llenas de un poder simbólico, poético con mucha fuerza.” Seguir leyendo.
Liliana Heker: “Lo que uno escribe tiene que ser mejor que el silencio”
Por Pablo Díaz Marenghi y Joel Vargas
Foto de Florencia Alborcen
“Hay que saber elegir lo que uno quiere. He leído una cantidad de imbecilidades escritas por mujeres y una cantidad de imbecilidades escritas por hombres. He leído libros extraordinarios escritos por mujeres y por hombres. Hay que saber leer. Saber leer significa saber discernir, saber lo que uno quiere. Descubrir todas las capas de significación de un texto. Saber leer entre líneas. Es decir, el que sabe realmente leer y leer es un acto reflexivo, es un acto total. Uno lee la realidad. Hay que saber leer la realidad. Hay que saber leer los discursos de los políticos. Saber qué hay detrás. Qué hay entre líneas. Entonces yo lo que diría es que hay que saber leer. Cuando uno sabe leer, se da cuenta por ejemplo que no significa nada leer autoras ni leer autores hombres. Hay que saber qué es lo que uno quiere leer y por qué está leyendo lo que lee.” Seguir leyendo.
El dilema de las dos Coreas
Por Noah Cicero
Hace poco estuve una semana en Corea del Sur para hablar de literatura, dar clases y beber Soju. Viví allá de 2012 a 2013, dando clases de inglés a chicos de entre nueve y quince años. Durante ese tiempo me sentí amenazado por los misiles nucleares. Nunca me importó. Ni a mí ni a mis estudiantes. Una vez les hice escribir un ensayo sobre si querían unirse con Corea del Norte. Algunos estaban de acuerdo y otros no. Pero todo coreano tiene una opinión sobre un tema que atraviesa sus vidas y también su literatura. Seguir leyendo.
Agosto
Ranking Invencible:
Las 10 mejores canciones de Mi Amigo Invencible
1 -“Descanso sobre ruinas” – La Nostalgia Soundsystem (2013)
Además de ser una gran canción es el manifiesto de los mendocinos, su declaración de principios. Lo diseccionamos. Uno: “Me aburre lo definitivo”, canta di Cesare. Disco tras disco los MAI mutan, juegan con los géneros, no se quedan quietos. Su último single, “Nuestra noche”, es un gran ejemplo. Dos: “Esta solemnidad no da para más”. Es una de las bandas más interesantes que apareció en la nueva escena independiente, rompió con la abulia que existía en el rock nacional. Tres: “Si hacemos mal, eso se verá/ ya estamos acá/ es nuestro lugar”. Son tipos que vienen tocando juntos hace muchos años. Es una familia que se forjó al calor del fuego. Varios de ellos antes formaban parte de Los Goonies, una banda que coqueteaba con el punk y el emocore. Se separaron y di Cesare antes de venir a vivir a Buenos Aires grabó un disco solista, proyecto que se convirtió en Mi Amigo Invencible. Eso fue en 2007, el resto es historia conocida. Diez años después siguen componiendo canciones que combaten lo que alguna vez Fogwill llamó: “el fuego de un mundo que nos quema”. Joel Vargas. Seguir leyendo.
La máquina de pensar en Levrero
Por Pablo Díaz Marenghi y Joel Vargas
Agostina Luz López, Daniel Mella y Pablo Silva Olazábal recuerdan al autor uruguayo, en un nuevo aniversario de su muerte, y reflexionan sobre el legado de su obra literaria.
Daniel Mella: Lo vi y conversé con él una sola vez. Mi amigo Ricardo Henry, que era el primer lector de mis manuscritos, ofreció llevarle el manuscrito de Derretimiento a Levrero, del que era amigo. A mí la perspectiva que me encantaba y espantaba y accedí. Un par de semanas después aparecía su voz cavernosa en el teléfono citándome a su casa a las 4 de la tarde, pidiéndome que no tocara timbre ni un minuto antes ni un minuto después: de otro modo él no tenía forma de saber si era yo el que tocaba timbre. Yo tenía 21 y para mí él era un dios, o una especie de extraterrestre, y llegué quince minutos antes de la hora y me quedé abajo fumando y haciendo tiempo. Cuando se acercaba la hora pensé que quizás su reloj estuviese desfasado con el mío y entré en un estado de agitación. Lo único que podía hacer era guiarme por mi reloj, así que lo hice. Me atendió su mujer. Me hizo subir. Me abrió ella la puerta del apartamento y me pidió que esperara en un living lleno de libros. Ahí estuve otros quince minutos, a puertas cerradas, sentado en un sillón. A medida que pasaba el tiempo me crecía la sospecha de quizás Levrero me estuviese espiando por algún hueco en la pared o entre los libros o mediante algún sistema de cámaras, y empecé a actuar una calma. Me sentía un personaje de uno de sus cuentos o novelas. Podía pararme y ejecutar alguna acción absurda para deleitarlo o confundirlo pero no, me quedé sentado, y cuando finalmente apareció estaba todo desastrado. Seguir leyendo.
Septiembre
La que nos llevó al centro de todo
Por Silvina Giaganti
El mito, grabado en piedra y registrado en las biografías autorizadas y otras que no tanto, dice que Madonna Louise Verónica Ciccone viajó desde Michigan, lugar en el que nació y vivió con su familia numerosa de raíces italianas, a Nueva York a los 18 años. Que se tomó su primer avión, luego un tren y que cuando se subió a un taxi le dijo al conductor: llévame al centro de todo. Él la dejó en Times Square con lo que llevaba encima: una bolsa con mallas de ballet, un saco raído, 35 dólares en el bolsillo y el deseo de dominar el mundo.
El mito también dice que tuvo que trabajar de cualquier cosa para mantenerse mientras alimentaba la expectativa implacable – en una ciudad implacable y hostil – de llegar lejos. Seguir leyendo.
Octubre
Santiago Motorizado: “Queremos tocar hasta que nos llegue la muerte”
Por Pablo Díaz Marenghi y Matías Roveta
Foto de Florencia Alborcen
“Ojalá que nos recuerden bien. En realidad, ojalá que no nos estén recordando, sino que estemos presentes tocando. No se me ocurre hablar de El Mató solamente. Hablaría de todo un movimiento. Creo que hubo un cambio cultural, que fue sucediendo en todo el mundo, pero que acá, desde mi punto de vista, ocurrió con el triple de fuerza. Tuvimos la suerte de viajar un montón y ver otras escenas, y la verdad que acá no hay nada para envidiar. Lo que está pasando acá es genial. Está buenísimo. Hay ideas increíbles. Grandes canciones. Grandes propuestas en todo sentido a nivel mundial. Por ahí, en el exterior la infraestructura y el contexto que los contiene a todos facilita un montón las cosas. Acá es mucho más difícil. No solo lo artístico está buenísimo, sino que tiene el mérito de ese trabajo que va por detrás. Como decía antes, cuando empezamos nosotros no había nada: ni los sellos, los ciclos o los festivales que hay ahora. Ahora los sellos tienen su propio festival. Me encantan todos esos cambios. Ahora hay una nueva camada de bandas, Perras on the Beach, por ejemplo, que sacan un disco y ya están tocando en un Niceto lleno. Me parece genial, es hermoso poder vivir todos estos cambios.” Seguir leyendo.
El Estrellero: “Nos interesa buscar la emotividad en la canción”
Por Pablo Díaz Marenghi y Matías Roveta
Foto de Pablo Díaz Marenghi
Juan Irio: En general, se usa mucho la palabra “indie” para hablar indiscriminadamente de todo aquello que no es mainstream o que no es tan masivo. Desde esa mirada, bajo el rótulo “indie” entran bandas que por ahí hacen indie pop concreto y claro, pero también bandas que hacen rock psicodélico, garage o shoegaze. Así, suele pasar que hay un sin número de estilos que son catalogados igual. Lo que sucede finalmente es, que dentro de esa etiqueta, encontrás cosas muy variopintas y que suenan distintas. Te terminás preguntando por qué se las denomina igual si en realidad son tan diferentes. Seguir leyendo.
Noviembre
Acorazado Potemkin: “Trabajamos para que cada canción sea un fin en sí mismo”
Por Pablo Díaz Marenghi y Matías Roveta
Foto de Florencia Alborcen
Juan Pablo Fernández: Estamos bastantes cercanos a las luchas de los militantes porque son amigos nuestros. Participamos en algunas campañas o luchas y acompañamos a personas de nuestro entorno. No las vivimos como algo ajeno. Le escapamos a la declamación de consignas o a la demagogia porque asumimos que el arte nos permite comprender el lugar o el momento que nos toca vivir, para así poder conectar con la parte más emocional de todo esto que pasa. Eso que ustedes nombran, la sensación de que sigue habiendo desaparecidos en democracia. Que el gobierno no hace lo que tiene que hacer para aclararlo, que tarda muchísimo en asumir esa problemática y eso nos vuelve a hacer pensar en un encubrimiento y en una política de represión. Asumimos con humildad que nosotros no somos los que ponemos el cuerpo día a día como los militantes que están en la lucha, pero sí sabemos que el arte muchas veces permite conectar con eso y amplificar las voces de la gente. Seguir leyendo.
Diciembre
Manza: “Me gusta pensar la banda de rock como una orquesta”
Por Pablo Díaz Marenghi y Matías Roveta
“En todas las épocas hay un montón de bandas interesantes para ir a ver. Yo, de hecho, fui a ver bandas toda mi vida: hace treinta años que voy todos los fines de semana a recitales. Entre las bandas con las que trabajo y las bandas que voy a ver por curiosidad, debo tener diez shows por semana todas las semanas de todos los años (risas). Eso es algo que me encanta. Lo que veo, en los últimos siete u ocho años, es una explosión que está buenísima. Hay un montón de grupos que tienen que ver con un sonido que es el que a mí me gusta y con el que me identifiqué desde los comienzos de Menos que Cero. Es un sonido que, sin pecar de soberbio y dicho con mucha humildad, creo que ayudé a instalar acá en Argentina. Eso me gusta mucho, porque hay una sonoridad que tiene que ver con las bandas que a mí me gustan y que me influenciaron. De algún modo, es la primera vez que veo eso consolidado.” Seguir leyendo.