El líder de Bestia Bebé explica el motivo a la hora de rescatar viejas composiciones con el reciente Las Pruebas Destructivas, adelanta detalles de la próxima edición del Festilaptra y analiza el presente de la escena independiente

Por Pablo Díaz Marenghi y Matías Roveta
Fotos de Florencia Alborcen y Nadia Guzmán

El imaginario de Bestia Bebé es claro y consistente: sus canciones narran aventuras de un grupo de amigos, envueltas en una épica nostálgica por momentos casi infantil, una reivindicación de la derrota, metáforas futboleras y guiños a películas de acción o al cine clase B. Sus melodías son pegadizas, rápidas y frenéticas, herederas de una tradición punk que se manifiesta cuando hacen covers de Embajada Boliviana o 2 Minutos. Temas como “Lo Quiero Mucho a ese Muchacho”, “El Gran Balboa”, “Patrullas del Terror” o “Wagen del Pueblo”, se convirtieron en verdaderos himnos para los fans del grupo, quienes en los shows suelen alternar las melodías de las canciones con cantitos de cancha. Bestia Bebé es una de las bandas que comanda Laptra -uno de los sellos discográficos más importantes del rock emergente-, junto con El Mató a un Policía Motorizado y 107 Faunos. Tom Quintans, cantante, guitarrista y principal compositor del grupo, transita el under hace varios años: tocó primero la batería en Go Neko, junto a su hermano Pipe y su primo Manu Gómez, y luego fue solista bajo el proyecto Tom y la Bestia Bebé, antecesor de su actual banda. También, grabó un disco con Gustavo “El Niño Elefante” Monsalvo en 2010, que adelantaría futuros hits de Bestia Bebé.

La actualidad lo encuentra con un nuevo disco de estudio de Bestia Bebé, Las Pruebas Destructivas, que recopila –con nuevas grabaciones, arreglos y mejor sonido- varias canciones viejas de la banda que, hasta el momento, solo estaban disponibles a través de registros caseros con guitarra criolla o formatos rústicos subidos a YouTube. Así fundamenta el cantante este rescate emotivo: “Había mucha gente que no las conocía y eran de difícil acceso. Queríamos que el público las pudiera escuchar y, aquellos que ya las conocían, las pudieran tener al alcance de la mano y con un buen sonido”. El próximo sábado en el Konex se realizará una nueva edición del Festilaptra, el habitual evento de cierre de año que funciona como un poderoso muestrario de las principales bandas que forman parte del sello. Tom adelanta algunas sorpresas: “Van a tocar quince bandas, que es un gran número. El Mató va a tocar La Síntesis O’Konor entero y varias canciones más (…). Creemos, de algún modo, que es lo que corresponde, porque mucha gente va a ir a verlos a ellos por cómo creció la banda. Como novedad, va a tocar un grupo de Estados Unidos que se llama Winter”. Tom Quintans se ha convertido en un referente dentro de la autogestión y reconoce un gran presente para el rock emergente argentino, aunque admite que no es “muy bueno analizando sociológicamente la escena musical”.  En diálogo con ArteZeta, profundiza acerca del contenido de Las Pruebas Destructivas y de su papel en la dirección de un sello y un evento que no para de crecer.

AZ: Las Pruebas Destructivas incluye canciones que ya formaban parte de tu trayectoria musical (covers, versiones lanzadas en simples y varias del disco Fin de Semana de Muertes de Tom y la Bestia Bebé, de 2009). ¿Por qué decidiste rescatarlas?

Tom Quintans: Como a principio de año habíamos grabado Jungla de Metal 3, que es un EP de versiones de Jungla de Metal 2 (nuestro segundo disco), me surgieron ganas de grabar estas canciones que habían quedado colgadas, estaban en compilados o subidas a Internet casi en un modo pirata. Había mucha gente que no las conocía y eran de difícil acceso. Queríamos que el público las pudiera escuchar y, aquellos que ya las conocían, las pudieran tener al alcance de la mano y con un buen sonido, una buena edición. Lo que hicimos fue rearreglar las canciones y producirlas con un sonido más actual. Cambiamos algunas partes y agregamos algunos arreglos. Todo lo hicimos en el momento de la grabación: los temas ya estaban, pero los reordenamos en un mes y medio, dos meses como mucho. En ese sentido, el trabajo fue distinto en relación a los discos anteriores.

AZ: ¿El proyecto surgió en parte, entonces, desde la idea de que esas canciones no quedaran olvidadas?

TQ: Sí, más que nada se trató de eso. Que no quedaran perdidas u olvidadas en la inmensidad de la web. Además, hubo otro factor importante: cuando hicimos los discos anteriores, sentí que estas canciones no se amoldaban bien porque no eran de la misma época. Eran temas que no tenían mucho que ver con lo que estábamos haciendo. Lo que pasó ahora es que vimos que se habían juntado varias canciones y era mejor meterlas todas juntas en un mismo disco.

 AZ: En el imaginario de Bestia Bebé está muy presente el fútbol, pero no desde el lado de la cultura del aguante (como sucedía con ciertos subgéneros del rock argentino de los ‘90 y 2000) sino desde el amor por el juego y por ciertos jugadores: el disco incluye un homenaje a Zidane en “El Monje” que recuerda el que le hicieron a Rubén Paz en el primer disco. ¿Coincidís con esta mirada?

TQ: Sí, puede ser. En realidad, me cuesta un poco analizar lo que hago. El fútbol está presente en las letras de Bestia Bebé porque forma parte de mi mundo y de las cosas que a mí me gustan. Estas canciones de este disco ya tienen ocho, nueve años, y quizá en ese momento me parecía original hacer letras que hablaran de fútbol. Más que nada por el hecho del ambiente en que nos movemos y las bandas con las que nos relacionamos.  Me parecía que el fútbol no estaba muy presente y que hablar de eso rompía un poco con lo que se hacía.

AZ: El disco incluye una versión de “True Love Will Find You in the End” de Daniel Johnston. ¿Siempre formó parte de tu abanico de influencias?

TQ: La versión de “El Amor ya va a llegar”, en realidad, surgió de un homenaje argentino que se hizo a Daniel Johnston en 2011 y que se llamó Hola, che, ¿cómo andás? (2011), editado por Japón Records. Nació más que nada de ese disco. No es que yo sea un ultra fanático de él. Si bien me gustan varios discos suyos y lo fui a ver cuando vino. Pero no, no es un pilar mío a la hora de hablar de influencias. Es una referencia, pero no una tan importante.    

las pruebas

AZ: El arte de tapa del nuevo disco recuerda, si bien desde la idea de un dibujo, al de Animals (1977) de Pink Floyd. ¿Tuvo algo que ver como influencia o fue solo una casualidad?

TQ: No, no tiene nada que ver con Pink Floyd. La tapa surge del título del disco, Las Pruebas Destructivas, que son pruebas a las que se somete a distintos materiales, como por ejemplo las partes de un auto: las presionan o las comprimen para ver cuánto aguantan o si se hacen mierda. Por eso se llaman así. Entonces, estas canciones un poco tenían que ver con eso: con ver si pasaban la prueba y quedaban, si iban a permanecer siempre en el olvido o si estaban a la altura para estar en un disco. La idea fue poner una fábrica porque tenía que ver con estos procesos a los que se somete a los materiales. La hizo Luli (María Zamtlejfer), de Las Ligas Menores y quedó buenísima.

 AZ: Se acerca una nueva edición del Festilaptra, que se ha convertido en una marca registrada como cierre del año dentro del rock emergente. ¿Qué particularidades tendrá esta edición? ¿Cómo se preparan ustedes?

TQ: En esta edición va a haber quince bandas, que es un gran número. El Mató va a tocar La Síntesis O’Konor entero y varias canciones más, es decir que va a tocar más tiempo que en las ediciones anteriores. Creemos, de algún modo, que es lo que corresponde, porque mucha gente va a ir a verlos a ellos por cómo creció la banda. Como novedad, va a tocar un grupo de Estados Unidos que se llama Winter. Y, por supuesto, todas las bandas que están activas dentro del sello van a estar también esa noche. Con respecto a Bestia Bebé, nos preparamos como siempre: va a ser un show en el que tocaremos canciones de todos los discos y buscaremos que la gente se divierta, la pase bien y se vaya contenta a su casa. Como en algunas versiones anteriores, vamos a ser nosotros los que cerremos el festival.
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AZ: Vos sos justamente uno de los referentes de Laptra, junto con Santiago Barrionuevo (El Mató) y Javier Sisti Ripoll (107 Faunos). Ya pasaron trece años desde la creación del sello, ¿qué reflexión podés hacer del camino recorrido?

TQ: Después de tantos años con Laptra, lo primero que siento es alegría y satisfacción. Estamos muy contentos de poder seguir funcionando con el sello, de poder seguir haciendo el Festilaptra y ver que la gente sigue acompañando. También, por el hecho de ver cómo las bandas que eran más chicas ahora se pueden empezar a mover con mayor facilidad. Lo mejor de todo es que, en estos últimos años, pudimos empezar a editar discos y pagar ediciones enteras. Eso era algo a lo que siempre aspirábamos cuando empezamos y haberlo conseguido nos llena de alegría.

 AZ: Bestia Bebé es una de las bandas insignia de la escena independiente, algo que muchos catalogan como indie o movida platense (pese a que ustedes en realidad son de Boedo, Capital Federal). ¿Cómo te sentís ante esas etiquetas? ¿Cómo describirías el presente de la escena independiente?

TQ: No sé, eso de las etiquetas… No soy muy bueno analizando sociológicamente la escena musical (risas). La verdad es que pienso: que digan lo que quieran. El presente de la escena lo veo muy bien, comparado con años anteriores. Si se piensa desde hace diez años o cuando empezamos nosotros, la realidad es que ahora hay muchas más bandas, muchos más productores y de distintas ciudades, no sólo de Buenos Aires. Hay muchos medios alternativos que ayudan para que todo esto funcione y también hay un montón de lugares para tocar que tienen muy buena onda con las bandas. Si se tiene en cuenta todo eso, creo que se evolucionó bastante.

 AZ: ¿Qué metas o proyectos se plantea Bestia Bebé para el 2018?

TQ: De cara al próximo año, ya tengo canciones nuevas. Hay, de hecho, bastantes. La idea es comenzar a darles forma, tratar de terminarlas y empezar a tocarlas con la banda. Seguramente en 2018 entremos a grabar el próximo álbum con la idea de editarlo en 2019.//∆z

Foto: Nadia Guzmán