¡Nos fascinan los libritos! Según ArteZeta, aquí están, estos son, los que más nos gustaron en 2022.
Por Ana V. Catania, Agustín Conde De Boeck, Juan A. Crasci, Pablo Díaz Marenghi, Walter Lezcano y Joel Vargas
Sarmiento, de Martín Caparrós (Literatura Random House)
Martín Caparrós continúa experimentando con personajes históricos en su literatura. Luego de Echeverría (2016), en 2022 publicó Sarmiento, novela que ficcionaliza diferentes episodios de la vida del Padre del aula. Inefable, elefantiásico y genial, Caparrós construye una voz narrativa que emula al ex presidente cada vez más interpelado y cuestionado por la época. “Me pesaba ser presidente de un país que no existía” dirá en un pasaje y demostrará que, mientras el escritor argentino reconstruye, narra y evoca, abre el juego a preguntas que exceden la época llegando a calar hondo en los huesos del presente. “A mis recuerdos les faltará quien los recuerde” arroja el Sarmiento de Caparrós con profunda melancolía. El ganador del Premio Herralde de Novela por Los Living (2011) revalida sus pergaminos como escritor de ficción y vuelve a demostrar como gusta de juguetear con los límites entre realidad y ficción, atributo que supo entronizar como uno de los mejores periodistas narrativos de todos los tiempos. Pablo Díaz Marenghi
Escenas de la Novela Argentina, de Ricardo Piglia (Eterna Cadencia)
Para algunas personas Ricardo Piglia es mejor crítico que escritor, incluso dicen que es mejor profesor. Para no entrar en polémicas, existen muchos Piglia. Elijan al que más le guste. Si le interesa más que nada cómo problematiza la narrativa argentina y sus vericuetos, lean sus ensayos. Mejor aún, lean las transcripciones de las clases que dio. Eterna Cadencia viene rescatando hace años los seminarios y charlas que dictó en diferentes partes del mundo (UBA, Princeton). Si quieren ir un poquito más lejos, googleen su programa en la TV Pública (2012/2013). El año pasado salió Escenas de la Novela Argentina, un libro que transcribe la primera temporada. Por la voz (las páginas) de Piglia desfilan: Borges, Arlt, Macedonio Fernández, Walsh, Mansilla y más, muchos más. Fundamental. Joel Vargas
La casa en llamas, de Ann Beattie (Chai Editora)
“Si la prosa es una casa, la poesía es alguien en llamas corriendo a través de ella”. La cita es de la magnífica Anne Carson y me guía hacia esta pregunta: ¿qué enciende la narrativa, los trece cuentos, publicados por el New Yorker, a fines de los ‘70 y principios de los ‘80, y luego a inicios de los 2000, reunidos en esta antología, firmados por la escritora nacida en Washington, en 1947, Ann Beattie? Me arriesgaría a decir que su mirada aguda, mordaz, de los deseos frustrados, las tensiones silenciosas, los conflictos interpersonales en el corazón de lo doméstico; los malentendidos en la comunicación y lo irreconciliable de los vínculos, diseccionados con humor (cáustico), belleza (crepuscular), y densidad (económica). Diría, también, que estos cuentos, a los que ingresamos por la ventana, cuando el piso de la casa ya está tambaleando, se iluminan por el chispazo de los diálogos, precisos e incandescentes, a través de los cuales tenemos, los lectores, la tarea de remover las capas y capas de sentidos y símbolos, como cenizas, bajo el riesgo de quemarnos la palma de las manos. A través de esta casa en llamas corren hombres y mujeres, (ex) maridos y (ex) esposas, madres y padres, amigos y amantes, corren sin dirección ni motivos, esquivando las vigas ardientes, el humo cegador, los escombros, las secuelas, y lo hacen con elegancia, con frescura, con elocuencia, como destellos míticos y misteriosos, preguntándose por qué grieta podrían escaparse del incendio que ellos mismos provocaron. Ana V. Catania
Papi, de Emma Cline (Anagrama)
Luego de patear el tablero con Las chicas, su notable debut literario inspirado en el Clan Manson, y de meterse en la mente de Harvey Weinstein con Harvey, la ya no tan joven Cline vuelve a colarse en el panteón de lo mejor del año. Esta vez, con un muy sólido volumen de cuentos que recopila varios ya publicados en revistas. Si bien como toda antología es algo irregular, Papi es un muestrario de sus intereses y obsesiones: la atmósfera cautivante y, a la vez, asfixiante de California, las clases pudientes norteamericanas y los avatares de la industria cinematográfica. Con una prosa elegante, que promete, Cline se consolida como un referente de la literatura norteamericana contemporánea que hay que seguir con atención. Es, como la define Mariana Enríquez, “una estilista elegante e implacable”. Pablo Díaz Marenghi
La señora Potter no es exactamente Santa Claus, de Laura Fernández (Literatura Random House)
En los últimos años la escritora española Laura Fernández se consolidó como una de las mejores de su país. Sus libros Bienvenidos a Welcome (2008) y Connerland (2017), por citar algunos, son piezas inclasificables. La crítica insiste en catalogar su obra como ciencia ficción, y en algunos casos, como literatura fantástica. Pero ella juega con los géneros y eso a algunas personas les puede molestar. Cómo no van a poder etiquetar la obra de un artista. En fin, su última novela La señora Potter no es exactamente Santa Claus es un ejercicio monumental de experimentación metadiscursiva y también un tratado sobre los vínculos familiares. Un libro que demuestra que Laura Fernández está construyendo una obra inmensa. Joel Vargas
El Espía del Inca, de Rafael Dumett (Alfaguara)
Si te gustan las novelas de espías como las que escribía John Le Carre, El Espía del Inca, el primer libro del escritor peruano Rafael Dumett, es lo que estabas buscando. Si también te gusta hurgar en la ficción histórica, no busques más. Y si sos fan de José María Arguedas, tenés que leerlo.
Dummet debutó con una novela de más mil páginas donde ficcionaliza de cómo un espía al servicio del Imperio Inca (a lo largo del libro es llamado de diferentes formas: Yumpacha, Oscollo Huaraca, Salango) tiene la misión de liberar al Inca Atahualpa que está secuestrado por los conquistadores españoles. Desde el vamos, es una novela disruptiva por el uso de los quipus, el sistema de anudados de cuerdas de colores ideado por los incas para narrar y contar. El Espía del Inca por eso y por la calidad narrativa es imprescindible. Joel Vargas
Maneras de desaparecer, de Isabel Zapata (Editorial Excursiones)
“Este es un libro de ensayos y un ensayo permanente de libro”, anuncia con un vigoroso juego de palabras Alejandro Zambra en el prólogo a Maneras de desaparecer, de Isabel Zapata (Ciudad de México, 1984). Y con esta frase logra condensar la naturaleza híbrida, plástica, suspendida, interrumpida, variable, seductora, y por siempre viva del género ensayístico. En estos catorce textos breves, previamente publicados en distintos medios gráficos mexicanos, Isabel Zapata ensaya/prueba una mirada/sensibilidad propia, singular, a través de la práctica literaria: un quehacer puesto en saludable tensión con la memoria y la experiencia (“la literatura tiene que quedarse un rato largo en la vida para volver a ser literatura”, Zambra dixit); un ejercicio que parte de sus propias obsesiones para finalmente deshacerlas, descomponerlas, disolverlas, enmascararlas de citas y referencias. Los ensayos aquí antologados exponen la huella, el sutil trazo del movimiento de la reflexión y de la introspección, del decir y del callar, del afirmar y del vacilar, en la forma espiralada que adopta una escritura que se hace y deshace todo el tiempo, porque, como sostuvo Chesterton, “no se escriben ensayos, se ensaya escribir”. Según Zapata hay un hilo tenue que atraviesa el libro: “el deseo de entender cómo nos transforman las cosas que desaparecen. A dónde van, qué figura toman, cómo podemos conservar lo que se nos escapa de las manos. En qué lugar vuelve a aparecer lo que perdemos”. Y creo que se responde a sí misma con este ensayo permanente de libro, un libro como faro, como lugar íntimo, solitario, pero a la vez iluminador y colectivo, donde pueda/podamos depositar la fe. Ana V. Catania.
Siempre las sombras, de Mariana Skiadaressis (Nudista)
En su primera novela, La felicidad es un lugar común (Entropía), Skiadaressis demostró ser una gran narradora al construir una historia de amor real. Es decir, un amor para nada idílico o rosa sino, más bien, negro, plagado de luces y sombras, contraste y daño. Tal cual es el amor en la vida por fuera de las películas de Disney. En Siempre las sombras, la autora recrudece su búsqueda y todo se vuelve aún más denso. La protagonista, Lara, es una mujer que trabaja en una agencia de publicidad, gusta de coger con quien le pinte y mantiene ciertos dilemas existenciales. En un momento, como un golpe de rayo, se cruza con Dante y queda flasheada. Quiere estar con él en serio por más que es un pendejo menor que ella. De a poco, violencia y la tensión, también la sexual, empieza a escalar entre ellos hasta llegar a un límite inadmisible. O, mejor dicho, ¿Lo es? La novela deja preguntas inquietantes en torno a hasta qué punto el amor puede o debe ser legislado. “Sería mi trabajo enseñarle a amar sin tanta explosión” afirma Lara en un pasaje. Esta historia desafía los mantras modernos que plantean que el amor debe ser cada vez más uniforme y homogéneo dejando más de una posible respuesta en cada lector. Pablo Díaz Marenghi.
Materiales para una pesadilla, de Juan Mattio (Aquilina Ediciones)
Materiales para una pesadilla (Aquilina) de Juan Mattio es una novela ardua, compleja y su lectura puede considerarse una verdadera experiencia que pasa por lo físico, lo mental y hasta lo espiritual. Es un viaje, además, que va de un ciberpunk hecho y derecho, un policial oscurísimo y el modo que tienen los humanos de abordar la muerte, el tiempo, la escritura. En este cuadro de situación, la historia se va revelando por medio de una estructura donde reinan el montaje y la superposición de ríos de sentido: de tramas y subtramas, de voces, de intertextualidad, de citas literarias. Es en este sentido que estamos frente a una novela de corte pigliano (el texto abre con una cita que dice: “Yo, la guerra, pienso”, de Piglia) en su búsqueda de los límites adentro de la realidad que va creando el modo de relacionarnos con el lenguaje y que dialoga tanto con Los cuerpos del verano de Martín Felipe Castagnet como con las obras de Lem, Dick, Gibson, Harrison, entre otros.
La gran pregunta que se hace la novela es la siguiente: ¿cómo contar una historia? Y si bien se intenta responderla constantemente, nunca se llega a una definición terminante. Lo que nos hace pensar que una historia es posible de ser contada de infinitas maneras. Desde este posicionamiento, la historia de una vida siempre está filtrada por otras micro o macro historias que tienen que ver con la época y que se meten con el individuo. En el caso de la novela: la última dictadura cívico militar de argentina, internet, las redes sociales, las estrategias guerrilleras de información, contrainformación y paranoia, etc. Materiales para una pesadilla (Aquilina) de Juan Mattio es una de las mejores novelas del 2022 por varias cuestiones: su ambición arrolladora y sin límites (sin importar si logra o no su cometido), su entrega de amor hacia los géneros sin generar un artificio desalmado (en el sentido más literal del término), su necesidad de comprender cómo funciona la lengua en un tiempo determinado (otra marca Piglia), y porque después de todo es una oda a la lectura y la interpretación del mundo (¿la marca de Borges?). Walter Lezcano.
Inmersión, Una imagen proyectada sobre Rafael Pinedo, de Mariano Vespa (Tren en Movimiento)
En las pocas entrevistas que dio en su vida, el escritor argentino Rafael Pinedo consideró su obra como una “trilogía sobre la destrucción de la cultura”. Plop (2002), su primera novela, le valió el Premio Casa de las Américas de Cuba, y lo colocó en una vidriera literaria a los 48 años. Allí supo forjar un clima post apocalíptico crudo que retoma algo de Angélica Gorodischer –ella inspiró uno de los personajes, “La Goro”– y revitalizó la ciencia ficción vernácula. Por desgracia, cuatro años después moriría de cáncer dejando un puñado de libros que lo consagraron como un autor de culto y con un halo de misterio que hasta el día de hoy lo sobrevuela. El periodista cultural y escritor Mariano Vespa decidió indagar al respecto y escribió un texto híbrido –utiliza recursos de la biografía novelada, el periodismo narrativo y el ensayo– que en 2019 ganó el Premio María Elena Walsh de novela y fue recientemente publicado.
En menos de cien páginas presenta fragmentos de la vida de Pinedo entrecruzados con el propio Vespa, quien se coloca como una suerte de narrador fantasma. Mientras realiza un taller de cine, cita encuentros con familiares y gente cercana a Pinedo para intentar desentrañar el enigma que lo rodea. Así revive su rol como actor under en los ochenta, su formación como informático –participó en la fundación de la Escuela de Ciencias Informática en la Facultad de Ciencias Exactas en 1987–, su viaje a Cuba por el premio y su pasado familiar, que lo vincula con dos personajes peculiares, el antropólogo y yerno de Rodolfo Walsh, Jorge Pinedo (hermano suyo), y el integrante del Pro, ex senador y presidente por unas horas Federico Pinedo (primo lejano).
El libro es corto como una ráfaga. Interesante por su formato, intercala datos, fotos, escaneos e información con fragmentos ficcionalizados, como el momento en el que Alberto Laiseca, uno de los jurados del galardón cubano, se fascina con el manuscrito de Plop. Pablo Díaz Marenghi.
Las series infinitas, de Pablo Farrés (Nudista)
Gran caníbal aceleracionista, Pablo Farrés viene asolando la literatura argentina desde hace más de una década. Una bolsa llena de espectros. Escritura que busca la saturación de sus propios modelos de autofagia. Destructivas máquinas de narrar, sofisticados artefactos de colapso civilizatorio. Escrituras de vértigo pesadillesco y alarmante penetración filosófica. Con sus más de seiscientas páginas, Las series infinitas funciona como coronación bestial de uno de los proyectos literarios más anómalos e inquietantes de la literatura del siglo XXI.
La novela relata el martirio físico y mental de una serie de personajes que van instanciando la carrera de mutación del virus Sida. Una mutación del virus original que es capaz de contagiar la cadena genética del agente transmisor hacia la del receptor, creando así una suerte de “monstruo genético”. Al propagarse en un nivel neuronal, el VIH traspasa la memoria de un individuo hacia el otro, ramificando las identidades y creando un ciclo interminable de posesiones y desposesiones, de recepciones de recuerdos ajenos y de abolición de los propios en un laberinto que, vivido desde adentro, engendra una pesadilla esquizofrénica.
En la lógica de lo viral/virósico se prevé el fin de lo humano. La novela articula una epopeya terminal donde el Sida adquiere un rango apocalíptico. El virus adquiere las condiciones agenciales de su propagación y, volviéndose auto-sofisticante, revela su condición de oscura e insaciable deidad. El resultado: el avance hacia una maroma indiferenciada de demencia animal.
Si por sus materiales expresivos, la escritura farresca parece rendir una pagana lealtad a cierta abyecta tradición lamborghínea, es indudable que sus infiernos también aparecen filtrados por un hiperconceptualismo especulativo donde resuenan las topologías borgeanas y levrerianas. Asimismo, resulta tentador registrar sus vértigos como parte de un clima de profetas que ha marcado el horizonte de la “teoría-ficción” poshumanista, instanciada en obras revulsivas como Animal Money de Michael Cisco, Ciclonopedia de Reza Negarestani o Phyl-Undhu de Nick Land.
Farrés es un constructor exigente: sólo admite erigir una casa bajo la condición de incendiar y espoliar previamente todo el terreno. Sólo quedar rendirse a sus peligrosos ademanes aniquilatorios. Agustín Conde De Boeck
Un barroco de trinchera, Correspondencia (1977-1986), de Néstor Perlongher y Osvaldo Baigorria (Blatt & Ríos)
¿Tiene sentido abrir el debate aún acerca de la intimidad, la privacidad y la publicación de cartas de escritores muertos en tiempos en donde el grueso de la humanidad hace de su vida un reality show en las redes sociales? Lo cierto es que esta nueva edición de Un barroco de trinchera agrega dieciséis cartas más a las doce de la primera versión publicada en 2006 por Mansalva. Los escritores Osvaldo Baigorria y Néstor Perlongher mantuvieron una conversación epistolar profusa, con demoras y vaivenes, a lo largo de una década. Aquí es posible leer sólo la voz de Perlongher -ya que las cartas de Baigorria, según cuenta en la introducción, se perdieron- y Baigorria aparece por medio de interesantes y aclaratorias notas al pie. No sólo aparece la inconfundible y mutante voz del poeta que supo escribir un cuentazo como “Evita vive” y poemas memorables que esquivaban tabúes y travistieron el lenguaje.
Perlongher se interesa por saber más de la vida hippie de Baigorria en San Francisco mientras confiesa que, por momentos, tiene ganas de amasijarse porque no le encuentra sentido a la vida. Escribe: “Me veo cada día más viejo y más feo”. También permite que el lector lea una época a través de los ojos de un escritor y académico que lejos estaba de los panteones donde suele colocarlo el cánon actual y era, más bien, un precarizado trabajador de la palabra. Este libro no sólo colabora a expandir el universo de este poeta plebeyo y neobarroso. También es un culto a la amistad, un arma textual cargada de amor. Pablo Díaz Marenghi.
Vendiendo Inglaterra por una Libra. Una historia social del rock progresivo británico (Tomo 2), de Norberto Cambiasso (Gourmet Musical)
Los orígenes son siempre difusos, nada es tan directo o puro como, de manera didáctica, nos quieren hacer parecer. Norberto Cambiasso investiga, en el segundo tomo de su historia del rock progresivo británico, las relaciones entre el folk estadounidense -con Dylan como máximo exponente- y la música tradicional inglesa, y cómo de esta relación se crea el caldo de cultivo de los cantautores folk ingleses, del acid y el progressive folk, hasta llegar a algunas de las cimas del género “pastoral”, como lo son Genesis y Jethro Tull. Cambiasso recupera algunas figuras -injustamente- olvidadas y otras con mayor reconocimiento de la contracultura inglesa de fines de los años 60, en la que todavía las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial se hacían sentir tanto en lo económico como en lo cultural, y el auge de la psicodelia y las drogas calaban hondo en la sensibilidad artística de la juventud. The Incredible String Band, Dr. Strangely Strange, Tea & Symphony, Spirogyra y Comus, entre otros, abrieron las puertas de la experimentación más radical, con la utilización de instrumentos, armonías y estructuras no convencionales para el rock, y luego Genesis y Jethro Tull clausuraron las posibilidades del género con sus obras maestras y su nivel de exposición y masividad. En especial, el capítulo sobre Jethro Tull es una joya, en el que el autor realiza un análisis exhaustivo de las luces y las sombras de esta banda fundamental para la historia del progresivo liderada por el carismático Ian Anderson, que, a pesar de su semblante de vagabundo, parecía ser un auténtico señor inglés, atento a todos los detalles y manejando todas las situaciones de la agrupación. Cambiasso los valora sin adular, los cuestiona sin malicia, ambas cualidades analíticas e intelectuales bastante ausentes en la crítica cultural de hoy en día. Juan A. Crasci.
Piquito en las sombras, de Gustavo Ferreira (Alfaguara)
Piquito en las sombras es la tercera entrega de la saga comenzada con Piquito de oro (200) y Piquito a secas (2016). En ella, Piquito cumple condena en Marcos Paz por el asesinato de una persona, mientras que se comunica con un viejo amigo a través de mails. El registro varía de acuerdo con el punto de vista. Por un lado, los monólogos alucinados, delirantes, mesiánicos de Piquito dan cuenta de su estado mental -más verborrágico y desatado que nunca-, que solo lo llevarán de la cárcel al psiquiátrico. Por otro lado, el tono realista sigue la vida de Daniel, Josefina, Bruna y demás personajes envueltos en el malestar mental y físico del universo Piquitesco. Las largas reflexiones sobre política, filosofía, religión -en síntesis: el poder- estallan en la cabeza de Piquito, que, como una licuadora, mezcla todos los temas y realiza largas exposiciones/monólogos cuya finalidad sea la de, quizás, nunca dejar de hablar. Claro, el poder es lo central: de la cárcel al psiquiátrico; del psiquiátrico a la libertad. Pero nadie sale indemne en el universo Piquito. Solo resta conocer el devenir de nuestro héroe en las próximas entregas de la saga. ¿Será posible seguir hablando y hablando? Juan A. Crasci.
Membrana, de Jorge Carrión (Galaxía Gutenberg)
Membrana es un texto híbrido que recrea el catálogo de la exposición permanente de un Museo del Siglo XXI. Es un ejercicio de extrañamiento y de imaginación del futuro fascinante. En un fragmento, el escritor y crítico cultural español escribe: “Nuestro Museo se ha especializado en los relatos que explican el siglo XXI, pero no se pueden entender esos cien años de historia sin los miles que los precedieron y moldearon y alumbraron: que los tejieron”. Pasado, presente y futuro se mezclan y funden para intentar entender lo incomprensible, con una pandemia aún no resuelta como telón de fondo que se exhibe inquietante. De hecho, Carrión desliza la idea de que el covid-19 marcó el verdadero inicio del Siglo XXI. Al igual que en su excelente podcast Solaris y en sus columnas, esta novela funciona no sólo como un delicioso experimento narrativo. Es una pregunta arrojada al aire que interpela el porvenir y le sacude el rostro al lector del aquí y ahora. Pablo Díaz Marenghi
Escuchar Malvinas. Músicas y Sonidos de la Guerra, de Esteban Buch y Abel Gilbert (Compiladores) (Gourmet Musical)
“La percepción de la guerra de Malvinas ha estado dominada por la visión, es decir la imagen y la palabra escrita. Por eso estudiar el oído y el sonido es una manera novedosa de encarar la historia del conflicto”, afirma Esteban Buch, uno de los compiladores del libro Pensar Malvinas (Gourmet Musical). Allí se reúnen artículos que abordan el análisis sonoro y musical no solo del conflicto armado y sus diversos vaivenes sino también sobre el contexto socio cultural de la época. Allí se analiza desde el polémico Festival de la Solidaridad Americana (luego recordado como Latinoamericana), pasando por el tema “No bombardeen Buenos Aires”, de Charly García o el éxito de “Puerto Pollensa”. También la vuelta de Mercedes Sosa o los aspectos estrictamente sonoros del conflicto bélico, con artículos de Mariano Del Mazo, Sergio Pujol y Mercedes Liska, entre otros. En un año en donde no pararon de publicarse libros sobre Malvinas debido al 40° aniversario, este libro da en el clavo encontrando un enfoque más que original y poco abordado para adentrarse en una de las heridas abiertas más profusas de la historia argentina. Pablo Díaz Marenghi.
Laiseca, de Agustín Conde De Boeck (Entre Ríos Ediciones)
Si el 2023 será el año en que, finalmente, la literatura argentina hace justicia con la obra de Alberto Laiseca a partir de homenajes y reediciones, 2022 habrá sido el año en el que con una monumental biografía se cerró el círculo de su definitiva trilogía crítica. Hace varios años que Agustín Conde De Boeck viene realizando una profusa labor basada en analizar y desmenuzar el realismo delirante del Maestro Lai. Doctor en Letras por la Universidad Nacional de Córdoba y becario postdoctoral de Conicet, publicó los libros El Monstruo del delirio. Trayectoria y proyecto creador de Alberto Laiseca (La Docta Ignorancia, 2017), Sinfonía para un Monstruo. Aproximaciones a la obra de Alberto Laiseca (Eduvim, 2019; en coautoría con Celeste Aichino) y este volumen editado por Entre Ríos. Suerte de ensayo biográfico/perfil ensayístico, aquí Conde De Boeck repasa de manera caprichosa y, a la vez, minuciosa, la vida y obra del autor de Los Sorias, uno de los más grandes secretos a voces de la literatura argentina. En un pasaje escribe: “Los Sorias parece replicar un cerebro”.
En un enfoque obsesivo y rizomático, que le hace honor a su delirante maestro, el autor logra una semblanza formidable de uno de los autores argentinos imprescindibles que, ojalá, sea cada vez más leído y comentado. Sus libros son una puerta de entrada/complemento ideal. Pablo Díaz Marenghi. //∆z