Se terminó la espera y finalmente AMC estrenó el spin-off de The Walking Dead. Fear The Walking Dead llega para enseñarnos la otra cara del contagio… o mejor dicho la otra costa.

Por Ale Turdó

Desde marzo de este 2015 -momento en que AMC dio luz verde al piloto- Fear The Walking Dead se convirtió en una de las producciones más esperadas por los fanáticos de la serie original. Con el mayor hermetismo posible teniendo en cuenta la influencia y presión de las redes sociales, poco se había revelado del nuevo show. La información nos fue llegando a cuentagotas: iba a ser una historia en paralelo a la narrada en The Walking Dead, la acción se mudaría de la Atlanta rural a Los Angeles, los personajes son totalmente nuevos, y no mucho más.

En los últimos días se revelaron los minutos iniciales del primer episodio, pero hasta ese momento no había mucho contenido dando vueltas como para deleitar a los fans de los muertos caminantes. Las incógnitas comenzaron a despejarse este domingo 23 de agosto cuando AMC transmitió -en simultáneo con los Estados Unidos- el primer capítulo de la nueva serie.

Podríamos decir que la primer secuencia va directamente a los bifes: Nick Clark se despierta en una crack house -uno de esos refugios drogones- y descubre que su novia no está a su lado. Camina unos pasos y descubre a su adicta concubina atacando a otro de los junkies del refugio. Acto seguido escapa del lugar y es atropellado por un auto, sin tener oportunidad de advertir sobre la pavorosa escena que presenció cómo entran los títulos: Fear The Walking Dead.

El comienzo no podía ser más alentador, peeeeero… después de un inicio trepidante, viene una presentación de personajes bastante de manual. Conocemos a la familia Clark -de la que forma parte Nick- y no eligen mejor forma de introducirlos que mostrando el comienzo del día en la casa de cualquier familia tipo: el papá arreglando la bacha de la cocina, la mamá levantando a la hija para que no llegue tarde al colegio y la hija repitiendo los clichés típicos de adolescente.

A continuación nos esperan un puñado de minutos con el drama familiar de Nick y la familia Clark acaparando el protagonismo mientras son constantemente interrumpidos por los cortes comerciales. El abuso publicitario fue tal, que uno no sabía si estaba viendo un capítulo de treinta minutos, un capítulo doble o una película para televisión del Hallmark Channel en esas en que las drogas son muy malas y la familia tipo de clase media alta vive el flagelo en primera persona.

Claro, en el medio de todo esto escuchamos a personajes secundarios y diversos medios de comunicación -radio, televisión, internet- hablar de disturbios y hechos de violencia aislados en distintos puntos de la cuidad, vemos videos filmados con celulares de raros encontronazos de la policía con sujetos exaltados; léase se vienen los zombies. Todos sabemos de qué se trata, pero por algún motivo el guión se encapricha en dosificarlo.

Posiblemente estemos ante el punto más flojo de este primer episodio. El drama familiar y la búsqueda de Clark es válido, pero carece de tensión. No es suficiente para mantenernos tanto tiempo intrigados ni interesados, y sentimos la necesidad imperiosa de sacarnos ese problema de encima para avanzar hacia algo más estimulante. Y tenemos que esperar hasta el último bloque para encontrar un poco de adrenalina: los Clark tienen el primer encuentro -aunque técnicamente no lo saben- con un zombie.

El reparto está a la altura. Kim Dickens (Lost, Sons Of Anarchy) como mamá Clark y Cliff Curtis (Tres Reyes, Día de Entrenamiento) como papá cumplen los requisitos del prime time, y el resto de los actores arman su juego entorno a ellos, que son quienes hacen avanzar la trama.

Algo que los críticos más acérrimos siempre criticaron a The Walking Dead fueron sus baches argumentales y algunos episodios más cercanos al drama novelesco que a la ficción zombie. Algunas cosas de las presentadas en la primer entrega de FTWD nos hacen revivir algunos de esos miedos, pero no queremos adelantarnos todavía, somos buenos y tenemos las mejores intenciones de darle una oportunidad.

Con una historia que apenas comienza a desplegarse, aún resta ver de qué forma se las ingenia el creador de la serie y el cómic original Robert Kirkman para demostrarnos que vale la pena contar una nueva historia sobre el apocalipsis de los no-muertos trasladada de costa a costa, de Atlanta a Los Angeles, del apocalipsis ya desatado al que está a punto de estallar.

La primera temporada de Fear The Walking Dead constará de seis capítulos, y ya se confirmó la producción de una segunda con quince episodios. Queda esperar que la serie comience a demostrarnos algo de todo ese potencial del que vimos poco hasta ahora… cuando no haya mas lugar en el infierno, ¿los zombies ocuparán el prime time?//z