El primer disco de El Mató a un Policía Motorizado cumplió 20 años, lo celebró con cuatros shows agotados y, otra vez, rompió con la nostalgia.
Una noche de verano, el anuncio de otro diciembre pre apocalíptico, la birrita en la vereda, los brindis interminables, los deseos de un futuro mejor. Todo eso puede ser musicalizado por El Mató a un Policía Motorizado, la banda platense que hace más de 20 años nació para romper con la nostalgia.
Santiago Motorizado, también conocido como El Chango, construyó un universo lírico que reflexiona sobre el paso del tiempo, cómo las personas se transforman y el progreso. En cada disco de El mató podemos encontrar frases que disparan contra el pasado y el conformismo: “El fuego que hemos construido”, “Más o menos bien”, “El día del huracán”, “Un segundo plan” o “El nuevo magnetismo”, por citar algunas canciones.
En 2024 se cumplieron 20 años del primer disco El Mató a Un Policía Motorizado (2004), y cómo no podía ser de otra manera la banda decidió rendirle homenaje en diciembre pasado. Fueron cuatro noches: 19, 20 y 22 en el C Art Media (CABA) y el 29 en Atenas (La Plata). Revivir ese disco fue la muestra de cómo su sonido mutó. Antes eran el enclave argentino del shoegaze, dignos hijos sudamericanos de Sonic Youth, y ahora son representantes de la canción del rock nacional con melodías pegadizas y estribillos inmortales (“Chica de Oro”, “El tesoro”). En su público conviven ambas vertientes, los hijos del pasado y los nuevos fans. La lista de temas de las cuatro presentaciones siguió la misma línea. La primera parte de los shows estuvieron dedicadas a repasar en orden el LP debut homónimo. Nina Suaréz fue la invitada estelar en las noches porteñas, cantó en “Terrorismo en la copa del mundo”. Otra muestra de cómo romper con la nostalgia: la nueva sensación de la canción independiente compartiendo escenario con el buque insignia del indie vernáculo. La segunda mitad fue un mix entre hits de la trilogía de Eps (2005-2008), La dinastía Scorpio (2012), La síntesis O’Konor (2017) y Súper terror (2023).
Todos aman la figura de Santiago Motorizado, uno de los últimos mohicanos de un mundo que no existe más, quien durante uno de los shows disparó “tienen que aprender que todo tiene un final”. Esa frase ¿a qué hacía referencia? Seguramente a que se estaba por terminar la lista de temas. Pero puede leerse en clave de que el público acepte que los artistas transitan por diferentes etapas. Es muy lindo recordar y celebrar lo que fuimos pero no se puede vivir anclado a la nostalgia. El camino de El Mató siempre fue ir para adelante: sus letras, discos y declaraciones siempre marcaron ese norte. //∆z