Varese: tiempos oscuros requieren movimiento
Por Gerónimo Kener /// Fotos: @nastychinchilla

Hablamos con este dúo electrónico, que toma su nombre de una playa marplatense de donde son oriundos, acerca de Uno, su debut discográfico. Los vínculos entre el rock y la música electrónica, la mística platense -ciudad que adoptaron como propia- y la idea de cómo el sonido puede forjar una expresión de resistencia son algunos de los tópicos en esta charla a fondo antes de la presentación oficial de su disco el 17 de noviembre.


La música altera la vida cotidiana y puede alterarse a sí misma. Varese es la unión de dos mundos: la electrónica y el rock. Dos universos que están más cerca de lo que parece. Desde la aparición de artistas como Tangerine Dream y Kraftwerk que los elementos electrónicos tienen lugar en el rock. 

El dúo techno conformado por Manuel Tello y Gonzalo Rojas nació en un territorio propicio para la fusión entre la guitarra y el beat. La Plata, ese mismo lugar que fundó a Virus, Los Peligrosos Gorriones o El Mató a Un Policía Motorizado, también tiene una historia particular con la electrónica. La ciudad de las diagonales formó grupos como Peces Raros, B Sides y, en este caso, Varese. Son parte de un movimiento musical que trae experimentación y aire fresco para aquellos dispuestos a abrazar el baile como una acción más que física. 

Formados en 2018 y luego de varios EP, Varese editó Uno (2023) su álbum debut. ArteZeta dialogó con el dúo, para entender la visión del mundo que ambos engloban en la música como lucha, frente al contexto del país y generacional. 

 

AZ: Si tuvieran que describir a Varese para alguien ajeno a los sonidos de la electrónica ¿Como lo harían?

Manuel Tello: Somos un dúo techno de canciones electrónicas. Utilizamos los recursos del género como los tracks que suelen sacar los djs y productores. También tenemos nuestro lado más cancionero, que está desde el comienzo del proyecto. Siempre hay una voz dando vuelta y un mensaje. Esa es la síntesis más concreta que encontramos para describirnos.

AZ: Sienten que dentro de lo que es la electrónica describirían a la banda de forma distinta?

MT:  Yo creo que el que ya conoce el código se acerca muy fácilmente. Es mucho más sencillo para alguien que está dentro de la electrónica y que sabe lo que es un set, un dj y sale a recorrer esos mundos. De todas formas, nos escuchan de muchos movimientos. La canción en Argentina es un eje central, está en todos lados.  Lo que se genera en el público es una heterogeneidad muy grande. 

AZ: ¿Sienten que hay un prejuicio con respecto a mezclar la electrónica con el rock? ¿Alguna vez lo escucharon o al venir de la escena de La Plata tan variada se sintieron apadrinados?

Gonzalo Rojas: No creo que sea un prejuicio sino más bien una confusión sobre la propuesta híbrida que hay en nuestro sonido. Cuando recién arrancamos la gente no entendía el contexto. No sabían si éramos para escuchar en una previa de una joda o si era un recital. Tratamos de formar nuestra propia identidad en un espacio donde no había tantos proyectos con esa intención. El desafío fue juntar los dos mundos, el de banda con el dj/live set. Con el disco nuevo, consideramos que el concepto es mucho más claro y el público ya sabe qué esperar de nosotros. Fue un trabajo que nos llevó mucho tiempo.

AZ: ¿Cuáles son los djs y las bandas del rock que influyeron a Varese?

GR: En el contexto internacional, nos nutrimos de las bandas que hacen música electrónica o dj set como Disclosure, un duo britanico que hace ese formato hace bastante. Siento que el proyecto surgió en un contexto muy de acá, de nicho. El grupo nació en La Plata y en esos años se dio naturalmente esa fusión entre el rock y la electrónica. Están los ejemplos de Peces Raros, B Sides, Fus Delei y Laika Perra Rusa. Juntos fuimos moldeando ese sonido como una necesidad de expresarnos como músicos a través del género. 

AZ: En La Plata sucede algo muy específico en cuanto a fusionar sonidos. Antes de proyectos como los que nombraron estaban Adicta, Víctimas del Baile o Audio Perú ¿La constante renovación de personas en la ciudad ayuda a traer nuevas ideas?

MT:  La espacialidad es muy importante. Ahora que vivimos en Buenos Aires, notamos lo lejos que están las personas. En La Plata, salís con la bici y seguro te cruzas con un amigo o con un compañero de la facultad. La gente va a estudiar pero también a salir los fines de semana y eso hace que proyectos como el nuestro tengan una potencia fuerte como impulso inicial. Desde que llegamos, siempre vimos fiestas y shows llenos, que por ahí en otros lugares del país no pasa tanto. Es una ciudad de experimentación para las personas y eso se ve reflejado en la música y la particularidad de cada artista. Bandas como Él Mató a un Policía Motorizado o Peces Raros marcaron en distintas épocas una diferencia en la escena.

AZ: Todos los EP que salieron antes de Uno fueron como una especie de práctica o prueba para ver si estaban listos para un disco?

GR: Corresponden a cada etapa que pasamos como dúo. Por ejemplo, Desaparecer (2019) fue bajo un contexto platense. Los que siguieron fueron una expresión nuestra de la pandemia, sin fiestas en vivo y escuchar música en casa. Uno (2023) es la síntesis de lo que veníamos armando, canciones con un sonido más techno. La producción fue algo que no habíamos hecho antes. Nos encerramos para producir todos los días material, acomodarlo y darle un sentido visual. Nuestra intención es buscar más fuerza en los temas para presentarlos en vivo. 

AZ: ¿Podrían dar más detalles sobre la producción del disco?

MT:  Hicimos un trabajo de pre producción muy grande, donde hubo muchísimas ideas y disparadores que fueron premisa de lo que terminó siendo el álbum. Estuvimos gran parte de diciembre de 2022, enero y febrero de este año encerrados en una casa en Mar del Plata. El desafío fue hacer los temas en el momento. Nos sentamos y pensamos primero una base, después la letra, un poco de instrumentación y las formas. Lo que hacíamos antes era que alguno de los dos traía una idea, aparecía la lírica y estaba la maqueta preparada. Quisimos partir de la hoja en blanco y luego sí, hubo muchos meses hasta junio, donde seleccionamos los tracks y laburamos en detalle en Buenos Aires el resultado final. 

AZ: ¿Volverían a repetir esta forma de hacer un disco?

GR: Fue una época muy productiva. Hicimos como 40 canciones. Definitivamente lo volveríamos a hacer. No se si lo que sigue para nosotros es hacer un disco o que, no está decidido del todo. Nos ayudó mucho a pensar los conceptos como las visuales para cada tema y el orden de las canciones. 

AZ: Hay como una especie de personaje que va llevando la trama del disco. Parece una persona destruida y desorientada ¿Cuál es la historia detrás de las letras?

MT: Cada tema tiene su perspectiva de la actualidad. Hay un poco de panorama de actualidad política, un contexto lleno de incertidumbre. Es un país que no se sabe hacia dónde ir y eso genera una angustia muy grande en todos nosotros. Hemos estado en situaciones más esperanzadoras. Por otro lado, la sociedad está muy mediatizada. Está condicionada por plataformas y monopolios nefastos, que hacen que la gente se comporte de manera individualista y superficial. Somos de una generación donde no tenemos Tik Tok, no somos instagramers ni influencers, quedamos en el medio de distintos modos de vida. Por ejemplo en “Kraut”, habla de un pibe que no tiene lugar en Buenos Aires. Son cosas que se van repitiendo en el país. En todos los temas está la soledad, las apariencias falsas y la idea de demostrar algo que no sos. Nos gusta expresar nuestras ideas a través de lo poético y la canción. De todas maneras, no es que estemos peleados con la tecnología, porque mucho de lo que hacemos está ahí. Gonzalo es muy entusiasta de la Inteligencia Artificial, por ejemplo. Todo el tiempo hablamos de ese tipo de cosas, pero hay algo en la generación de apariencias, que nos hace ruido y es un llamado de atención.

AZ: El escritor Mark Fisher, muy interesado en la electrónica, dijo en una entrevista que la música siempre fue más vibrante cuando reflejaba o de alguna manera “transducía”  la volatilidad social. Ustedes ya manifestaron por ejemplo en “Desaparecer” que les interesaba hablar sobre el contexto político ¿Qué les pasa con la realidad actual? ¿Es necesario que los artistas expresen lo que piensan?

GR: Hay muchas formas de mostrar resistencia. De hecho, la música electrónica es una resistencia, porque estás disfrutando un momento que no necesariamente es “productivo” para conectar y generar sensaciones con otras personas. Lo siento místico y de lucha. El espacio de divertirte y evitar la alienación del trabajo es algo muy valorable. En el hecho de ir a ver una banda y en cualquier ámbito cultural, hay una acción de resistencia que no necesariamente es levantar una pancarta y decir algo sobre un político. Si además de la simpleza del acto, se suma la reflexión, bienvenido. No creo que nuestras letras sean explícitas sobre política, pero sí creo que intentamos una concientización para una reflexión propia de cada uno que nos escuche. Eso ya es una acción que comunica y que tiene un sentido político. 

MT: Está bueno que haya músicos que se involucren desde lo poético. Hay un contexto donde la gente la está pasando mal. También hay música que no expresa disenso ni reflexión. Yo por lo menos no la escucho porque no me genera nada. El compromiso poético es algo que me interpela. Tiene que haber un ojo en los mundos alternativos. Desde ahí, está el diferencial, en poder decir algo que no dice un periodista o los formadores de opinión. Los artistas también pueden serlo pero con una sutileza mucho más fuerte y me gusta promover esa idea. Nos hacemos cargo de lo que somos y en cada material que sacamos, profundizamos nuestra identidad. 

AZ: Si bien desde el principio tienen la idea de mezclar el track con el formato canción, en “Desaparecer” hay una influencia mucho más directa de la electrónica y en el nuevo disco dejaron fluir más la forma de la canción, las guitarras, incluso del Kraut ¿Qué influencias hay en este nuevo trabajo?

GR: Siempre hubo una búsqueda de no perder la estructura de canción pero si involucrarla con el techno y el formato electrónico puro. Por ejemplo, el Krautrock, es la respuesta alemana al rock progresivo britanico. Incorporó elementos electrónicos y que incluso podría considerarse precursor de lo que se conoce popularmente como electrónica. Si vos escuchas las bandas de ese momento, son todos instrumentos tradicionales del rock pero con sintetizadores y nuevos conceptos para la canción como las repeticiones y segmentos instrumentales y prolongados. En la actualidad, es una influencia directa para el techno, que está pisando muy fuerte en Europa. No podemos alejarnos de lo que estamos viviendo, no solo en el contexto político sino en lo que escuchamos. Hay mucha música de los 90 y bandas de Krautrock pero no sé si hay un artista que tengamos como influencia directa, sino que lo que tomamos son conceptos generales de los movimientos que nos interesan. 

MT: En lo concreto, canciones como “Ciclos” es un tema dark disco con una batería bien marcada. “Uno” es un downtempo agresivo mezclado con Acid. “Kraut” es mucho más rockero. “Ficción” es una mezcla extraña de la electrónica con mucha guitarra. Lo que salen son disparadores y ahí nos vamos acomodando. Es nuestro trabajo más variado. Hay canciones melancólicas y otras que son de pura electrónica. Incluso el cierre es un tema instrumental, algo que queríamos repetir desde “Desaparecer”. 

AZ: Justamente en Desaparecer hay una línea muy interesante: “Habrá que poner el cuerpo” que puede tener varios sentidos ¿Qué ven en el concepto de baile? 

GR: Para mi es una forma de relacionarse entre personas. Hay una conexión momentánea y real que se aleja del sistema y que crea algo nuevo. Yo veo en el goce personal, una militancia que nos aleja de la locura social. No es una situación individual sino una especie de red al compartir un denominador común como es un beat. El baile es sagrado y siempre lo fue. No importa de donde venga cada uno, lo importante es el disfrute del momento. 

MT: Todo el tiempo se busca inundar al mundo de productividad y actividades para hacer y nunca queda tiempo para uno. Todos tenemos dos o tres trabajos porque no hay forma de tener una vida tranquila. Si no estás ocupado por el trabajo, lo estás por las redes sociales, un vicio enorme. Donde haya espacios de desconexión y placer, hay algo sagrado. Tenemos que seguir estando ahí, para proponer y producir ante este sistema opresor. 

AZ: Nacieron en Mar del Plata, se mudaron a La Plata y ahora están en Buenos Aires. Se han nutrido de distintos lugares ¿Qué es lo próximo para Varese? 

GR: Buenos Aires nos está aportando un montón. Es realmente una ciudad muy grande, con una escena muy extensa. Ahora, queremos abrirnos para un Varese federal. Tenemos muchas fechas por anunciar. El objetivo es una presentación nacional del disco. 

MT: Vamos a tocar en Buenos Aires y Mar del Plata. Vamos a ir a Córdoba, La Plata y nos gustaría volver a Rosario, Paraná, Monte Hermoso. Queremos expandirnos porque sabemos que hay gente para lo que hacemos. //∆z

Varese presenta Uno el sábado 17 de noviembre en Project Wormhole (secret location). Entradas disponibles aquí