El autor mexicano, ganador del XXI Premio Alfaguara de novela, reconstruye uno de los operativos policiales más controversiales de México, que resultó en un duro choque diplomático con Francia.

Por Juan Alberto Crasci

Diez años antes del estallido de las fake news y de la llamada “posverdad” un operativo policial desbarató a una supuesta banda de secuestradores en México mientras el noticiero más popular del país transmitía en vivo los acontecimientos con lujo de detalles: los delincuentes y sus rehenes eran entrevistados a medida que, escoltados por la policía, iban saliendo de la casa.

El ruido generado por ese operativo (¿cómo llegaron las cámaras al mismo tiempo que las fuerzas de seguridad y por qué estaban entrevistando a los implicados?), sumado a la falta de pruebas, las declaraciones falsas y contradictorias, las rondas de reconocimiento inducidas, las declaraciones cruzadas de funcionarios, diplomáticos, presidentes y la connivencia entre el poder político, judicial y empresarial, llevaron a Jorge Volpi a intentar reconstruir la maquinaria puesta en funcionamiento en este caso que conmocionó a la sociedad mexicana y generó una ruptura diplomática entre los gobiernos de México y Francia, debido a que una de las detenidas fue una ciudadana francesa, Florence Cassez, que era pareja del principal implicado en los casos de secuestro, el mexicano Israel Vallarta.

El autor, antes de comenzar a narrar, advierte que estamos ante una novela documental, o novela sin ficción. Y a medida que avanza la lectura podemos optar tanto por creerle como por desconfiar, ya que la misma realidad está plagada de ficción: mentiras, desmentidas, idas y vueltas, acusaciones falsas, silencios, omisiones, reinterpretaciones constantes de pruebas y declaraciones.

Aunque la obra se vuelva por momentos tediosa en su construcción por el constante recuento de pruebas, lectura de legajos, archivos, entrevistas, declaraciones y videos a lo largo de sus 500 páginas, podemos acordar en el acierto del autor en no ficcionalizar un caso plagado de narración: ¿los supuestos secuestradores son realmente delincuentes? ¿Los empresarios son partícipes de la opereta y el montaje para salvaguardar sus empresas y su poder? ¿La policía capturó a simples pichones para dar cuenta de la eficaz lucha del Estado mexicano contra la ola de secuestros que azotaba el país?

El único dato comprobado, siete años después, fue el entregado por la cadena de televisión, que admitió haber realizado una puesta en escena en la detención de los secuestradores (que, según los propios detenidos, habían sido capturados la madrugada anterior, y llevados a la escena de los crímenes minutos antes de la llegada de la televisión) y que esta puesta en escena fue consensuada con las fuerzas de seguridad.

Volpi solo plantea preguntas ante el conjunto de pruebas presentadas, visitadas y revisitadas, y la única certeza que deja es lo lejos que estamos de comprender el funcionamiento de los círculos de poder y la facilidad con la que descartan vidas humanas. //∆z

VOLPI

Una novela criminal, de Jorge Volpi (Ciudad de México, 1968)

Alfaguara

504 páginas.