Diez años después de su debut, los Yeah Yeah Yeahs vuelven a sus raíces sin perder la maduración con Mosquito, su cuarto disco.

Por Nahuel Ugazio

Corría el 2003 y la onda expansiva desatada por The Strokes y su Is This It? arrojaba continuamente nuevos nombres en el mapa musical. Siempre con una impronta vintage, nuevas bandas salieron de los sótanos y fueron fichadas por las majors, desde los un poco más veteranos White Stripes, hasta los Kings of Leon y los neoyorkinos Yeah Yeah Yeahs.

Fue ese año cuando, tras un par de tremendos EPs, la banda liderada por Karen O editaba Fever to Tell, su primer álbum. Esta ópera prima se caracterizaba por su sonido garagero y lo-fi. Los gritos salvajes de la cantante, la guitarra filosa de Nick Zinner y la certera batería de Brian Chase dieron por resultado uno de los mejores discos de la década del 2000. Se sucedieron Show Your Bones, de un carácter más acústico e It´s Blitz!, donde se permitieron jugar con sintetizadores y la música disco.

Diez años después de su álbum debut, los Yeah Yeah Yeahs vuelven a la carga con Mosquito, su nuevo LP. Nuevamente producidos por Nick Launay y Dave Sitek (miembros de TV on the Radio), el trío plantea un regreso a sus raíces, no solo desde lo sonoro, sino física y espiritualmente: tras vivir unos años en Los Ángeles, los miembros de la banda volvieron a instalarse en su New York natal. Allí, se encerraron en un pequeño y mugroso estudio del centro y comenzaron componer su nueva producción.

“Sacrilage”, track que abre el disco y que sirvió como adelanto, apuesta a ese regreso a las bases. Las capas de sonido se suceden mientras que la canción se convierte en una especie de góspel dark y futurista. “Subway”, uno de los mejores temas del disco, es una canción de amor a NY. Con el acompañamiento del sonido de un tren (un subte en este caso) que sirve como única base rítmica y un clima solemne, los YYYs declaran su amor por la ciudad y sus ruidos, a los que hacen propios.

La canción “Mosquito” (al igual que “Area 52”) es una de las que corre por el lado salvaje. Karen O dio a conocer en una entrevista reciente, su odio apasionado por los mosquitos, quienes nunca faltaban en el sucio estudio donde se alojaron, y así es como llega este tema que arranca con una especie beat africano alcanzando puntos altos con los gritos de la frontgirl.
Siguiendo en la línea de las capas sonoras, efectos y la voz susurrante de Karen O, se suceden temas como “Under the Earth”, “Slave” y “Always”.

“Buried Alive” fue producido por James Murphy y cuenta con la colaboración del rapero Dr Octagon. Este tema quizás se destaca del resto por su sonido propio de DFA Records y la incorporación del hip hop, hasta hoy algo inédito en su discografía.

Se podría decir que el volver a su ciudad afecto directamente en el sonido de Mosquito. Sin perder nada de lo que aprendieron y maduraron a través de estos últimos 10 años, Yeah Yeah Yeahs vuelve a jugar con el lo-fi y con su costado más salvaje, lo cual no significa solamente ser gritón y ruidoso, sino también ser arriesgado, innovador y creativo con el oído puesto en una experiencia novedosa.//z

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