El sello platense Uf Caruf! volvió al ya clásico Zaguán Sur del barrio de Once con un festival que quedará grabado por siempre en los presentes. Los culpables fueron: Pablo Vidal, La Asociación, Miro y Su Fabulosa Orquesta de Juguete y La Teoría del Caos.
Por Claudio Kobelt
Fotos de Gisela Arevalos
La fiesta comienza con Pablo Vidal, cantante de La Perla Irregular en plan solista, como invitado, quien regala un puñado de bellas canciones de amor, y nos muestra otra faceta de su talento que quisiéramos ver más seguido.
Enseguida nomas, es el turno de La Asociación. Interesante banda que navega con soltura y alegría los ritmos latinoamericanos con especial énfasis en los rioplatenses. El grupo, y presten atención a esto, está formado por ocho personas y un conejo. Sí, como leyeron. Un ágil y hábil titiritero maneja un simpático títere de un conejo que canta, corea y baila cada canción como un miembro más de la banda. Además de este dato de color, la mayoría de sus integrantes cambian de instrumentos y posición constantemente, mostrando su versatilidad, y sin nunca dejar de sonreír, La Asociación llena de energía y felicidad la velada, encendiendo la mecha de la fiesta en los cuerpos.
El próximo grupo en la grilla son los vaqueros salvajes de Miro y su fabulosa orquesta de juguete. Tras una poderosa introducción entre electrónica y shoegazera, dan paso a un festejo de melodías tan sinceras como intensas. Liderados por un carismático cowboy, un frontman formidable, que cabalga, doma y se sacude en el lomo de la canción salvaje, es esta una banda de folk/rock/country dulce y frenético que demuestra en cada nota su profundo amor por la canción. “No quiero hacer otra canción para romper mi corazón” dicen pero rompen los nuestros, en el mismo momento que nos hacen bailar. Hay espacio para la balada, el rocanrol feroz, el country y todo lo que haya en el medio. Miro solicita que la gente se acerque al escenario y le brinde su amor, siendo consciente que los mayores receptores de energía somos nosotros, debajo del escenario, que bailamos tímidamente, cantando a los gritos o en pareja como en un clásico rock. “Bob Dylan es como Picasso” grita Miro durante una canción, y reafirma lo que veníamos pensando al escucharlo, cuestión de héroes. El cierre llega con “Canciones que nadie escucha”, sensible tonada con un gran final krautock emocional, donde Miro canta, sobre un machaque constante, varias de nuestras canciones favoritas: “I’m Waiting For The Man” de Velvet Underground, “Más o menos bien” y “Amigo Piedra” de El Mató a un policía motorizado, e “Historias de amor” de Sr. Tomate, entre otras. El escenario, el aire, y las almas, quedan prendidas fuego. Ver a Miro y su Fodj en vivo es un regalo que quisiéramos recibir más a menudo.
La banda encargada de cerrar la velada es La Teoría del Caos. Con todo el público cantando y bailando sus canciones, La Teoría llena el Zaguán de energía power pop con un conjunto de canciones brillantes. Melodías elegantes y contagiosas con sonido rock y sensibilidad pop son el núcleo de una banda en plena ebullición. Si tengo que mencionar a que suena LTDC, puedo hablar de Estelares, Visitantes, y hasta de Mi Amigo Invencible, solo por mencionar algunas referencias cercanas pero que no abarcan ese impecable trabajo de guitarras, algo “strokero” a veces, y de base rítmica que impacta. El ritmo contagia e incita el primer pogo masivo, llenando el lugar de efervescencia, y con el público entonando cada verso desbordante de emoción pura. Esta es la fiesta que sus corazones buscaban, y La Teoría, una banda para no perderle el rastro.
El show termina, pero la fiesta sigue, como Uf Caruf!, que demuestra, como todas estas bandas, y parafraseando una canción que sonó esa noche, tener “Todo que ofrecer”.