Por primera vez se presenta en el país la banda anónima más famosa de todos los tiempos.
Por Pablo Díaz Marenghi
¿Es una contradicción ser anónimo y famoso a la vez? ¿Es posible mantener un alter ego y construir una carrera artística bajo una identidad secreta durante más de 40 años? The Residents, la banda que se presenta en vivo con cuatro ojos gigantes de colores como rostro, galeras y traje, lo ha logrado. Con más de 39 discos editados, entre homenajes y bandas sonoras, se presentan por primera vez en el país en el ciclo Martes Indigentes en el marco de una gira por Latinoamérica. La cita: 15 de septiembre en Niceto Club. Una oportunidad única para que los fanáticos que creyeron que nunca iban a ver a esta banda en vivo puedan dejarse llevar por su estructura que mezcla géneros, ruidos, texturas, sonidos y pulsiones oníricas difíciles de encontrar en otras propuestas musicales.
Los orígenes de The Residents se remontan a fines de la década del 60. Cuenta la leyenda que sus primeros integrantes (¿cómo saber si son los mismos hasta el día de hoy?) se conocieron en la escuela y comenzaron a experimentar con diferentes lenguajes artísticos como la fotografía, la manipulación de cintas y las artes visuales. Su ideología se basa en las enseñanzas de un personaje oscuro, de quien se duda de su existencia, llamado N.Senada. Dicen que él les enseño sobre la Teoría de la Oscuridad (que establece que el arte solo es puro cuando es anónimo) y la Organización Fonética (según la cual la música puede organizarse a partir de los sonidos).
Con desparpajo y ganas de romper reglas grabaron su primer trabajo discográfico serio, luego de varios demos, en 1974: Meet The Residents en una clara referencia paródica ya desde su portada a The Beatles: la tapa replica al disco homónimo de los oriundos de Liverpool intervenido por estos dementes nativos de Louisiana, con los rostros de Lennon y Mccartney dibujados y garabateados con bigotes y sombreros con trazo de fibrón. Luego vendrían giras que terminarían en fracasos y discos extrañísimos, como The Third Reich ‘n Roll, un homenaje (de nuevo) a los impulsores de la Invasión Británica junto a Los Rolling Stones, Cream, The Doors y James Brown. Este último, rey del funk, tendría su homenaje propio por parte de los Residents en el álbum George & James (1984) en donde se lo emparenta nada menos que con George Gershwin. Como si el funk y el jazz no pudieran fusionarse. No había frontera por la cual los Residents no pudieran pasar por encima.
Uno ve videos de Residents en vivo y realmente impacta ver a estos cuatro muchachos trajeados, con esos ojos gigantes que utilizan como cascos protectores de sus rostros, tocando sus instrumentos e inmersos en una puesta de luces y escenografía de alto vuelo. A veces utilizan túnicas, luces fluorescentes, sonidos de lluvia y reminiscencias que van desde la música sinfónica, la psicodelia, el punk, el garage y cualquier otro género que se les ocurra. Su disco más reciente, Mush-Room (2013), combina violines con sintetizadores, samples y demás rarezas. Su tendencia a no repetirse, a sorprender en cada disco y cada presentación en vivo, entusiasman a la hora de pensar qué será lo que tendrán planeado para su show en Niceto. Para fanáticos, para curiosos, para todos aquellos que gusten de dejarse llevar por musicalidades atípicas, la cita del martes 15 de septiembre parece ser una oportunidad atractiva y difícil de volver a repetirse.//∆z