La primera congregación stoner-doom latinoamericana se realizó ayer en el Teatro de Colegiales. El festival, un proyecto llevado adelante por Sergio Ch. de Los Natas, contó con la presencia de bandas locales como Banda de la Muerte, Dragonauta, Avernal, Sick Porky y bandas internacionales como Hielo Negro de Chile, Astafix de Brasil y Guachass de Uruguay. Las líneas que siguen son algunos recuerdos de la memorable noche de ayer.

Por Gabriel Feldman

Ya cuando me estaba acercando a la puerta del Teatro de Colegiales me encontré con un amigo que me mira y, al verme con auriculares, me dice: “Te los vas a dejar, ¿no?”. “Eh no, lo dudo”, le contesto; “mirá que va a ser una tarde bastante al palo. Yo me vine preparado”. Bien precavido, el muchacho había llevado tapones cual europeo en sus mega-festivales. 18:30. Arrancó puntual. Me adentré en el Teatro y sí, estaba en el lugar correcto: largas melenas, largas barbas, algunas camisas leñadoras, algunas tachas y señoritas muy bonitas con tatuajes.

En el hall ya estaban bien ordenaditos dos puestos para los que llevaron algún peso de más pensando en comprar algún disco, remera o poster. Entre todos los discos habidos y por haber, destacaban las flamantes ediciones de vinilo de Los Natas. Esos eran una pinturita. Las bandas iban a dividirse entre dos escenarios: uno dispuesto en la planta baja, “el escenario mayor” si se quiere, y otro en el segundo piso.

La velada stoner-doom-sludge la abrió Banda de la Muerte en “el escenario mayor”. Ningunos improvisados. Cuando subieron ya había gente, aunque sólo unos pocos se congregaron frente al escenario. El cuarteto repasó las canciones de su único disco y contó con la participación de Sergio Ch. en voces, coros y agite a la hora de interpretar “Esqueleto”. Sergio aprovechó para dar la bienvenida al South American Sludge 2011 y así comenzó una tarde con mucha distorsión.

Arriba ya se preparaban los Deloreans, stoners de Mendoza. Por supuesto, en sintonía con su nombre, antes de empezar a tocar se escuchaba de fondo la clásica canción de Volver Al Futuro: “¿Carreteras?, adonde vamos no necesitamos carreteras“. Esa frase del Doc. Brown bien podría definir al stoner: un viajero de ida. Con su cantante descalzo (tal vez para sentir que todavía está en la tierra), empezaron a darle duro, pero ya abajo se agolpaba gente porque Dragonauta iba a empezar.

Nunca antes había visto a Dragonauta en vivo y me dejaron completamente dado vuelta. El quinteto liderado por el Topo Armetta en bajo y voces es un banda de doom, algo así como un metal psicodélico: sonido bien denso y algunas secciones más cuelgue. El problema es que nunca te dejan cómodo, porque cuando ya creés sentirse a gusto y en tranquilidad, las dos guitarras y la batería arremeten con todo de nuevo, y a agarrarse… Luego de cinco temas se despidieron y el escenario se organizó de nuevo para el turno de Avernal. A mover las cabezas de nuevo. La banda hizo un desparramo para dejar algunos restos de masa encefálica cubriendo el piso del Teatro. Nunca fui muy fanático de las voces guturales, pero en vivo la banda contagia. El piso temblaba por lo fuerte que sonaron. El bombo y el bajo penetraban para hacer bullicios en el estomago. Un set corto, como ya era la constante, y la despedida. Tiempo de una cerveza para aprovechar y despejar un poco los oídos (mierda, lo de los tapones quizás hubiera servido).

Ahora sí, de nuevo el escenario se abrió. Ya habían pasado las 21hrs y Guachass -banda uruguaya más cercana al rock tradicional con bases sólidas, riffs contundentes y la particularidad de estar integrada por chicas- se hizo cargo del ruido. Antes la banda eran tres mujeres y un hombre que se hacía cargo de la batería. Yo pensaba que seguía así la cosa, pero no tarde en darme cuenta que el bajo ahora lo toca un hombre. La verdad, fue una grata sorpresa. Lo único que sabía es que Sergio Ch. les había producido el disco que editaron en 2007 y no mucho más. Sonaron muy bien. Su cantante, Camila Jettar, tuvo algunos inconvenientes con el micrófono y no se escuchaba bien su voz, pero lo resolvió con una actitud provocativa y despliegue en el escenario, para el deleite de la parcialidad masculina. A propósito, también se pudo apreciar la belleza de Mariana G. Deus, quien, afortunadamente, no sólo es una cara bonita, sino que también marca la pauta musical con su Gibson Les Paul al hombro. Si una mujer con una guitarra es algo muy sexy, una mujer con una guitarra y con otra que baila atrás suma más, y si además suenan bien… ¿qué más querés? Guachass, una banda a tener en cuenta.

Pasadas las 22, el momento que se estaba esperando. Ya tocaron todos; una lástima que perdí la oportunidad de ver a Hielo Negro, que venían a la Argentina por tercera vez desde Chile, pero bueno… cosas que pasan. Así es la vida. En fin, las luces se apagaron, el olorcito a planta se apoderó de la atmosfera y empezó a sonar “Dos Horses”, para entrar en clima. Qué decir de Los Natas… Verlos es una experiencia mejor que hacer yoga, porque tu cuerpo, guiado por la música, hace movimientos que creías imposibles. El trío compuesto por Sergio Chotsourian en voz y guitarra, Gonzalo Villagra en bajo y Walter Broide en batería, hace lo que quiere. Era su único show del año en capital antes de embarcarse en una gira con Kyuss Live! y la rompieron. Repasaron los temas de todos sus discos. Salían como pan caliente, uno tras otro: “Rutation”, “Tufi Meme”, “Planeta Solitario”, “Humo negro del Vaticano”, “Patas de Elefante” y más. En sus recitales, se genera algo raro. Y es que se convierten en una especie de rito espiritual, porque las canciones más directas como “Las campanadas”, “El bolsero” o “Amanecer en blanco” se mezclan con transes psicodélicos para la introspección. Así, el show se desenvuelve entre el agite y el cuelgue. Tras interpretar “El nuevo orden de la libertad”, de su último disco, no podía faltar “Meteoro 2028”, el clásico por excelencia. “Si es que cambiamos tanto” atinó a decir Sergio para que el público enloquezca. La intro característica del bajo (al principio Gonzalo no entendía porque no le salía sonido de su bajo hasta que se le acercó uno de los asistentes y le movió la perilla) sirvió de cierre ideal para una noche perfecta. Las luces se prendieron y los que todavía estaban en pie pudieron volver a sus hogares.

Para el que se quedó con ganas y no pudo ir o quiere más, este miércoles, en las ya clásicas fiestas Motoclub en The Roxy Live, va a estar tocando Hielo Negro, Astafix y Buffalo, entre otras bandas. A partir de las 21hrs en Niceto Vega 5542. Una nueva jornada a pura distorsión.