Bad Manu, AtrásHayTruenos y Bestia Bebé hicieron de las suyas el pasado jueves en La Expansión.

Foto y crónica de Claudio Kobelt

Estamos viviendo una época emocionante, amigos. Surgen nuevas bandas, plataformas y lugares que generan espacios físicos y virtuales para una camada de artistas dispuestos a conmovernos. Un ejemplo de esto,  fue el Jueves 13 en La Expansión, ciclo que dio mucho que hablar durante todo el año, y esta fecha no fue la excepción.

La jornada comenzó con Bad Manu, muy celebrado por un nutrido grupo de seguidores,  que brindó un festivo show con canciones de melodías pop y energía efervescente, guiados por un carismático líder que canta con la fuerza y la simpleza de aquellos que lo han hecho toda su vida, y saben lo que hacen.

Luego, el sonido mutó a la distorsión y el grito en la melodía,  el krautrock y la canción furtiva de AtrásHayTruenos. En su última fecha del año en Buenos Aires, los Truenos dejaron todo en otro show fulminante, con temas de su disco ROMANZA (uno de los discos del año para este humilde cronista) y algunos de su esperado nuevo álbum, donde emprenden una faceta más cancionera, pero sin perder su esencia.  “Leí en algún lado que todo esto es improvisado” me dijo alguien en pleno headbanging Trueno. ¿Improvisado eso? Las diferentes capas de sonido, los cambios en la melodía y el sonido, la voz como un instrumento más, creando así una nueva lectura de la canción, que entra y sale en el momento justo. Esto esta ensayado al dedillo, con  cuidado y prolijidad, pero sin perder el impacto y la energía que generan, como quien maneja un arma de destrucción y sabe exactamente adonde apuntar. Quien no haya visto a los A.H.T. en vivo se pierde de uno de los grupos que mejor suena,  y más sorprende fecha tras fecha.

Para cerrar, las canciones al máximo de volumen y amor de Bestia Bebé.  Ya lo he dicho y sonaré repetitivo y lo acepto, pero los B.B. hacen esas canciones ideales para celebrar la amistad, para saltar y abrazarte, vivando fuerte cada verso, sentido, alegre y emocionado. Vuelvo a destacar la labor del “Topo” Topino en la  guitarra, que deslumbra y da nuevos aires a cada melodía.  Las letras y la voz de Tom Quintans son el alma, el corazón rebosante y en ebullición de sentimientos de estos himnos para pandillas. “Wagen del pueblo”, “Fiesta en el barrio”, “Yo lo quiero mucho a ese muchachoson celebradas agitando las manos en alto y gritadas con la garganta hinchada de fervor. Hits instantáneos aun antes de ser editados.  No puedo no hablar de la labor de bajista y baterista, que desde la base despliegan las alas y le dan energía a cada canción bestial.

La escena crece día a día. Nuevos sellos, grupos, bandcamps, discos en Mozcu, festivales, y más.  Y acá, desde abajo del escenario se celebra contándolo. Cantamos. Escribimos. Agradecemos a artistas como los del jueves que hacen de esta escena un lugar mejor.