Entrevista con Carlos Alonso, el hombre detrás de UnoxUno, que desde hace medio siglo se reinventa en una búsqueda artística poco convencional e inclasificable, clamando por la imperfección desde las podredumbres del under.

Por Gaby Feldman

 

 

 

El Ciclo de Conciertos de Música Paralela no detiene su presentación mensual, generando otro espacio para la música escondida. El viernes 4 de octubre será el turno de UnoxUno, la banda que hace casi treinta años lleva adelante Carlos Alonso, pionero de la música electrónica en nuestro país y uno de los máximos cultores de la experimentación sonora, tanto por sus composiciones como por promover distintos ciclos en la Ciudad de Buenos Aires o en San Miguel, su hogar. Actualmente en UnoxUno lo acompañan Héctor Ongarato (bajo, coro, electrónica) y Francisco Jaime (batería, accesorios, percusión).

Multifacético, ingeniero electrónico, docente de física acústica y matemáticas, con la guitarra colgada –principalmente la guitarra, pero no solamente– UnoxUno es su alter ego, un nombre que se intercambia y se confunde con su documento de identidad (es su identidad), el espacio para desplegar sonidos, mutando tanto de formatos como de repertorio en una búsqueda interminable: presentándose en distintos tríos eléctricos y acústicos, o en solitario; repasando sus canciones, poesía, diseñando ambientes sonoros o haciendo estrictamente improvisaciones con proyecciones caóticas de fondo.Cualquier género parecía más bien el punto de partida y no la determinación de una forma. Empezó su camino en los ’60, hijo directo del rock en su génesis y apogeo, y desde ahí no detuvo su andar. Músico independiente y autogestionado, a fines de los ochentas armó su estudio de grabación, La Cabeza Graba, que le permitió consolidar su propia estructura de estudio-sala-sello y seguir bien activo desde “las profundidades”, grabando y produciendo lo propio y ajeno.

En esta oportunidad repasamos parte de su historia, los nuevos proyectos que lo movilizan, su visión del mundo del rock y la dicha de la imperfección. En busca de la otra forma (o la no-forma) todo parece posible.

 

Creo que estaríamos de acuerdo en afirmar que te moviliza, más allá de un gusto por la música, una obsesión por el sonido. O los sonidos. Porque en un principio fue el acercamiento a la guitarra, pero también sos ingeniero electrónico y profesor de Física Acústica y Matemáticas. Para el que no los conoce, ¿qué es UnoxUno? ¿Y de dónde nació justamente esa obsesión?

Yo venía de estudiar guitarra en conservatorio desde los siete a los catorce años y cuando escucho el sonido rock me impactó esa crudeza en las guitarras (que para mí una guitarra era solamente de concierto con cuerdas de nylon, y música la que estaba solamente en las partituras escrita). En un principio armamos Los Brujos, un grupo de rock eléctrico instrumental con mi hermano mayor como baterista, con el cual toqué diecinueve años y luego se alejó totalmente de la música. Escuchábamos a The Ventures, The Shadows y tocábamos esos temas. Al poco tiempo me di cuenta que sería músico por siempre, cosa demasiado complicada hoy, mucho peor en los ’60. La gente no entendía vernos con guitarras eléctricas colgadas, batería, bajo eléctrico,  jóvenes y lindos, vestidos iguales con trajes negros y botas de charol.

Al terminar la secundaria decido seguir ingeniería electrónica como una forma de continuar ligado al sonido, válvulas, amplificadores, potencias, circuitos. Además, esa carrera tenía como materia optativa imagen y sonido. En el último año fui de cabeza hacia ahí.

Escuchaba todo el tiempo música rock, lo que se podía escuchar por radio y compraba discos en La Púa, la única disquera que existía en San Miguel (nos traían discos importados de Paraguay, acá era imposible). El único rock en español era el mexicano: La Bomba del Ritmo, Los Teen Tops y sus imitadores locales Los Pick Up. Recuerdo ir con mi papá al cine, el Cine Mayo en San Miguel (yo era menor) a ver a Elvis en su película y no entender nada cuando toda la gente se paraba a bailar con “El rock del reloj” o “Zapatos de gamuza azul”. La aparición de los Beatles fue lo que me voló la cabeza. Los King, Rolling Stones, Herman’s Hermits, escuchaba todo. Toda esa primera etapa escuchando encerrado sin luz, analizando cada disco. Luego nos juntábamos en casa a escuchar y ensayábamos.

Cuando empezaste en los ’60 el rock nacía, otro contexto global, ese movimiento tenía un impulso transformador, y viéndolo en retrospectiva parecía que todo fluía más libremente. Cualquier campo era fértil, o así lo parecía. ¿La música, el rock más específicamente, todavía puede ser un gestor de cambios, un movilizador de ideas? ¿Cómo lo ves en la actualidad?

La actitud rock hoy no está en el género rock oficial, pero sí está en muchas músicas. Creo que continúa siendo un generador de cambios, de ideas, y no lo veo en la superficie. Lo veo, como siempre, en las profundidades. Esta vez hay un fenómeno por demás interesante: la música de las profundidades no busca salir a la superficie. Sabiendo en cómo terminará les interesa seguir en sus ámbitos naturales, generando y produciendo cada vez con mayor libertad. Tocando como sea, donde sea, en búsqueda de su sola expresión. Y esto ya hace unos años que está instalado. Es el fin de las agendas de rock oficial y existe una escena por demás interesante, que apoyo y genero en diferentes espacios. Esto está ocurriendo en todo el país. Está muy bueno tocar para quince, veinte, treinta personas en el ámbito que sea. Eso es ROCK, el ROCK que no está en el rock.

UnoxUno se ha caracterizado por transitar distintos géneros y  presentarse en distintos formatos, haciendo la música que les gusta. En una nota definías esa búsqueda como “una misma canción que no termina”. ¿En qué se encuentra esa canción? ¿Por dónde se está moviendo?

Continúa en desarrollo con la misma necesidad de búsqueda utilizando todos los instrumentos y formas posibles a mi alcance, con una libertad mayor que me da la experiencia. Con el mismo espíritu y energía como la primera vez que me calcé una guitarra eléctrica y me moviliza hoy aún más. Estado rock, en el sentido más amplio de la palabra rock, sin ningún tipo de ataduras. En estado de canción viva, sin búsqueda de la forma perfecta. Improvisación constante en estado de libertad absoluta de expresión. La canción aun no terminó y está disfrutando de su estado de imperfección.

¿Están trabajando en nuevo material? ¿Cómo sigue el libro que estabas escribiendo sobre el recorrido de UxU?

Este año el sello Cabello editó una actuación en vivo en el taller de Remedios de Escobar que se llama Eslabón UXU, se editaron también dos nuevos videos, de pronta difusión.Tenemos ganas de grabar un disco totalmente de improvisación con la actual formación, y también hay un disco grabado y mezclado en el 2010, Canciones muy impresionantes, que cierra la trilogía: Flores japonesasMelodías gigantes y Canciones muy impresionantes, despedida del maestro Horacio Contursi, baterista del UxU desde 1993 a 2010, por problemas de su corazón dejó de tocar.

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Lo del libro Todo me parece posible, lo propuso un periodista fan del grupo hace dos años, por lo cual hizo todo un trabajo de investigación y entrevistas. Ahora está en la etapa de edición. Yo solamente di su aprobación y una serie de encuentros y entrevistas en mi estudio. También hay una idea de hacer un documental y de tocar mucho donde sea, interior y exterior.

Aprovechando que editaste material en diversos formatos, incluso hoy en día tanto el casete como el vinilo están siendo reutilizados como soportes físicos, ¿qué opinión te merece Internet y la distribución de música por la red?

Nada en especial, para la música independiente es un medio que nos sirve como medio interesante de difusión. Cuando en los ‘80s me di cuenta que mi música no interesaba a nadie comencé a conectarme por carta con pequeños sellos del exterior con una estructura ya instalada. Envío a EEUU y Europa. Hoy Internet facilita mucho más, aunque la pasión y energía puesta en los envíos vía carta no se supera. Se extraña.

Diego Capussotto los ha elogiado en distintas notas e incluso aparecieron en Peter Capusotto y sus videos, ¿cómo nació esa relación?

Realmente es muy interesante para nosotros la actitud de Diego Capusotto. Nunca había tenido relación alguna con él. Estamos tocando mucho en vivo y el año pasado lo hicimos en la Facultad de Filosofía y Letras, en marco del Ciclo Umbral Experimental, fue un muy buen concierto y la gente así lo hizo saber luego del mismo. Mientras desconectábamos nuestros instrumentos muchos se acercaron, y entre esa gente vinieron dos: los Marcelos. Uno de ellos había filmado con un celular el concierto y lo subieron con un gran prólogo por lo vivido con UnoxUno en vivo. Empezaron a venir a los conciertos hasta que finalmente nos dicen que trabajan con Capusotto  y si nos interesaba participar, si teníamos algo filmado para pasarles. Gente con códigos rock similares a los nuestros. Meses después hicimos un asado en el estudio con Diego y El Griego [Marcelo Iconomidis] y la pasamos por demás bien.

Creo que el hecho que Diego nos difunda en su programa y nos mencione en todas sus entrevistas es muy importante por lo que representa en el estado rock. Se dio una conexión impensada y no buscada. Sus códigos y los de su equipo son los míos. Es uno de los nuestros. Y formar parte de su programa con nuestra música es lo mejor que nos podía pasar.

Me acuerdo una fecha en el Garrick que fue un show muy eléctrico bastante caótico, en el que en sintonía se proyectaban imágenes de ciudades y edificios, ¿Qué podés adelantar de la presentación en el CMP 2013?

Sí, fue en el marco del ciclo que organizo, Pasajero uno. La presentación en el Centro Cultural de la Cooperación tendrá seguramente mucho de improvisación, composición instantánea en tiempo real con la misma estructura que aquél show: inecuación electrónica + diferentes formatos de audio +kaoss+set de batería/percusión + imágenes + música+búsqueda+ manipulación de parámetros + kaoss. Cada presentación en vivo, como cada ensayo, como cada grabación, es única e irrepetible, un instante de estos 30 años de UnoxUno y de estos primeros 50 años de otro rock.

*UnoxUno se presentará el viernes 4 de octubre en el CCC (Corrientes 1543), el día del concierto la boletería cierra a las 00.00 y se inicia a las 00.30 puntual. Las entradas sólo se consiguen en el lugar. Valor de la entrada $40; el sábado 12, a las 21.00, las canciones eléctricas se trasladan al Lado B de Niceto Club (Humboldt 1356); y el sábado 19 se presentarán en el 4to Encuentro de Música Experimental en el Centro Cultural de la UNGS (Roca 850, San Miguel) desde las 20.00 junto a Klauss, Honduras Libregrupo y Proyecto Gomez. Entrada gratuita, capacidad limitada, por reservas escribir a uxu@walla.com

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