Hablamos con Ale Bisignano Burgos, bajista de Bogado & Los Venticalores, antes de la presentación de su último disco, Respiro.

Por Santiago Berisso

Con un espíritu definitivamente más colectivo, Bogado & Los Venticalores editan su segundo álbum de estudio, titulado Respiro. El Club Cultural Matienzo es el lugar elegido para la velada de presentación, mañana a las 20 horas. Sin un concepto específico detrás, la posibilidad de jugar con abanico de matices parece incrementarse, y la banda no quiere dejar pasar la oportunidad de salir airoso al pasar de un lado a otro, de la agresividad que te levanta el traste del sillón, a la templanza que acompaña.

Que la honestidad del autor vaya de la mano con la percepción de su público, no implica no tener claro cómo debe ser su orden de aparición a la hora de hacer música, aseguran ellos. Sin embargo, la propuesta no se queda sólo en lo estrictamente musical y le abre paso a la pintura y el dibujo, siempre que la ocasión lo permita, haciendo así, quizás, honor a su génesis.

AZ: Muchos artistas y bandas entienden a las canciones como creaciones en continuo movimiento, atadas a la posibilidad de un cambio. Ustedes sostienen que la canción es la que manda en Bogado & Los Venticalores. ¿Lo hará hasta al fin de sus tiempos o esa concepción tampoco está exenta de cambio?

Ale Bisignano Burgos (bajista): Creemos que desde un comienzo, las canciones se fueron formando y deformando y transformando según la canción misma lo solicitaba. Decir que “la canción es la que manda”, por más que suene a dependencia, en cierto punto, nos da la libertad de la fluidez en la creación. Hoy nos pide esto que hacemos y disfrutamos. Mañana, ¿quién sabe? Sólo podemos asegurar que los cambios -también- son parte de una estructura creativa que hoy nos planta de esta manera ante el disfrute y el trabajo.

AZ: Mucho se ha hablado en la historia del rock y el pop acerca del vínculo entre el músico y el público, su audiencia. Lo que para algunos es demagogia, para otros es carisma. Lo que para algunos, un rockstar superado, para otros es un genuino artista abocado plenamente a su labor. ¿Son discusiones obsoletas y absurdas u hoy, también, se piensa a en el escucha a la hora de entrar a un estudio? ¿Qué lugar creen que debería ocupar el público a la hora de acercarse a una obra artística?

Ale: La primera audiencia de lo que hacemos, debemos ser nosotros mismos. Sin engaños ni chicanas. Hacer y crear para complacer al público sin tomar en cuenta lo que nos nace y lo que -justamente- la canción nos pide, es fallarle a la sinceridad del autor. Claro que la honestidad y la dirección del proceso pueden ir de la mano con lo que uno como banda percibe de su público, pero al entrar al estudio, somos nosotros los que -ojalá, afortunadamente- tratamos de lograr ése acercamiento desde nuestro puesto.

AZ: En su disco debut Parte del alma cuentan con varios colaboradores. ¿Se mantuvo esa propuesta de contar con invitados en próximo a editarse Respiro? ¿Por qué?

El primer disco es el resultado de un tiempo solista de Juan (Bogado), de ir tocando en lugares junto a la guitarra y nada más. En ese mundo, fue conociendo a cada uno nosotros y así logramos Parte del Alma. De las diez canciones, la mitad son acústicas. Cajón peruano, poca distorsión y un clima más relajado que éste. Lo que nos permitió invitar y darle el toque a las canciones con amigos que fuimos -como a Los Venticalores- cruzando en esta ruta. En tanto, Respiro, lo grabamos los cuatro tocando en vivo en el estudio. Tratamos de transmitir al máximo lo que podemos dar y así lo hicimos.

AZ: ¿Cuánto de las ideas o melodías que están, inicialmente, en el plano mental se han traducido a lo logrado en el estudio? ¿Lo ideal es que todo salga al pie de la letra según lo ensayado o existe la el pensamiento previo de que las cosas no siempre salen tal cual uno quisiera y hay que convivir con eso?

Ale: Los tres primeros temas del disco ya los veníamos tocando hace un tiempo. Los pulimos en vivo y lo retocamos en el ensayo. El resto de Respiro se fue laburando sala tras sala. Buscamos lo que cada integrante podía aportar y así le dimos forma. Dentro del estudio, -como te dije- al haberlo grabado en vivo, las cuestiones impensadas que surgieron, no fueron muchas. ¡Lo impensado ya lo habíamos amoldado! Eso lo sumamos a la adrenalina del ‘rec’ y acá estamos.

AZ: No tienen problema alguno en pasar de melodías acústicas, más bien, otoñales a riffs enchufados que se quieren morfar lo que tengan delante. ¿A qué dirían que se debe esta comodidad, si es que es así? ¿Las perciben como dos vetas claramente divisibles en su sonido?

Ale: Al partir del punto en que no se trata de un disco conceptual, nos dimos el placer de pasar de melodía a melodía tal y cómo nos fue surgiendo. Otra cosa fue el orden establecido de las canciones post estudio. Pero al sentirnos cómodos tanto en la paz otoñal como en el quilombo riffero, caminar canción por canción nos dejó un lindo recorrido. Como quien dice de que lo mejor del viaje “fue mirar el paisaje y seguir”, nosotros nos dimos ese goce sin fijarnos en las estaciones.

AZ: Sostienen que, al igual que la música en sí y la poesía, “la pintura es una piedra angular de su espectáculo”. Mismo, la tapa de su próximo álbum ya denota un interés por esta disciplina. ¿Cómo surge este deseo de cruzar distintos tipos de arte y de qué modos se ve concretado en su propuesta?

Ale: Si hay algo multidisciplinario e interdisciplinario que conocemos, es el Ciclo Multiplicá. Un ciclo donde bandas, poetas, pintores, actores, artistas de todo tipo, se sumaban una vez por semana en estos eventos que Juan organizaba y donde fue conociendo gente. En primera instancia, Wilo, Vincho Videla (pintor del arte del disco). Luego apareció Nico, después aparecí yo. Más amigos que organizaban y movían esta idea de transmitir y compartir lo propio de cada uno frente a distintas ramas del arte. Siempre que se puede, hay pintura en vivo durante los shows. Diversos artistas dibujan y pintan mientras tocamos y en éste caso, el creador del arte del disco, será quien esté con el pincel y la magia.

AZ: En menos de cinco años de vida, se han subido al escenario una gran cantidad de veces y el próximo fin de semana lo harán para presentar oficialmente Respiro en el Club Cultural Matienzo. ¿Buscan que cada uno de los shows tenga algún ingrediente particular que lo transforme en memorable o piensan que, indefectiblemente, hay un desgate en la búsqueda de frescura que lleva a cierta automatización, por decir de una manera, a la hora de tocar en vivo?

Ale: Siempre buscamos renovarnos. Tocar canciones nuevas, modificar las proyecciones de los shows, las poesías, la lista del concierto. Ir variando para no caer estancados en algo monótono y como bien decís, automatizado. Creemos que en caso de que ocurriese, llegado el día en que nos demos cuenta que caímos en hacer las cosas como robots y no innovemos ni entre nosotros, esta historia terminará de escribirse. Agitar. Expandir. Generar cosas para sentirnos energéticamente a pleno y así tocar. Motivados y felices.//z