El ex Natas y actual Ararat, Sergio Chotsourián, renació con su disco solista debut, 1974. Excesos, nuevos aires, rock pesado y libertad.
Por Agustín Argento
Foto de Jesica Giacobbe
“Este viernes me presento con guitarra criolla y mi voz, despojado de la distorsión y de la banda”, explicó Sergio Chotsourián en la cocina de su casa en San Isidro a ArteZeta, sobre el concierto presentación de su flamante primer disco solista en Carnal Bar (Niceto Vega 5511, con entrada libre y gratuita). “Siempre estuve apoyado por grandes músicos, pero ahora decidí saltar al vacío del solista y me parece muy lindo. Pero, ojo, no se trata del inicio de mi carrera en solitario”, aclaró.
La trayectoria data desde 1994, cuando comenzó, junto a Los Natas, con la movida stoner en Argentina. Tras 18 años y giras por Estados Unidos y Europa, Sergio Ch disolvió la banda y continuó su legado con el mega power trío Ararat, donde cambió bajo por guitarra. “Esta nueva etapa -indicó- empezó hace un año y medio. Después de giras y de mucho descontrol, me di cuenta de que debía parar un poco. En este proceso, en el que me acompañaron varios amigos y mi novia, se enmarca 1974, donde hago una catarsis de 15 años de locuras y excesos. Este disco lo tomo como otra oportunidad”.
A pesar de las “locuras y excesos”, Sergio Ch se considera un agradecido. Gracias a un accidente de bicicleta que lo tuvo dos años a maltraer en su adolescencia, compró una guitarra, un equipo y una distorsión. “Busqué una afinación que me quedara cómoda para tocar”, dijo sin darse cuenta que, en aquella época, se iría plegando a un género que en el desierto de California emergía con bandas como Kyuss. “Soy un agradecido. Estoy dónde me puso la vida, que es donde quiero estar. Nunca planeé nada”.
Y la vida lo puso, además, a la cabeza de su propio sello, South American Sludge (SAS), con el que edita grupos que exceden un poco al stoner, y en el armado de otros proyectos más. Con SAS saca entre tres y cuatro discos por año, incluyendo su 1974, que verá vida, además, en formato físico de disco compacto. En cuanto a otros proyectos, acaba de formar Soldati, junto a Lucas Hospital en bajo y Ranz en batería, con el que vuelve a la guitarra con nueve canciones; además, con Gonzalo Villagra y Rolando Castelo Junior se reunió para grabar dos canciones de blues pesado, que serán editadas en vinilo el año que viene.
“1974 es como un renacer, por eso el título es el año de mi nacimiento. En cuanto al disco, no busqué ni un sonido radial ni uno para competir en el mercado. Es un sonido grabado con diferentes formatos y que tiene su fuerza en la crudeza y la poesía”, afirmó, tras lo cual acotó: “Puede ser un disco grabado en los ’40 o en los ’60. Puede que tenga pocos instrumentos, pero muchas veces ‘menos’ significa ‘más’. Me gustó mucho romper los cánones”. Con un halo intimista, en esta placa se encuentra la densidad de sus bandas anteriores, sumado a atractivas armonías vocales, en un ambiente denso y crudo provocado por la reverberación utilizada en la mezcla.
Rodeado de fotos de sus hijos, de instrumentos y equipos en la planta baja de su casa, Sergio Ch rememora varias etapas de su vida musical, tras lo cual ArteZeta le preguntó: “Hoy que las discográficas se dedican a varios estilos, SAS se especializa en un género; cuando las tendencias de grabación apuntan a la electrónica, aparecés con un disco minimalista y acústico; cuando la gente tiraba los vinilos a la calle, Los Natas editaban en ese formato en Europa.¿Siempre estuviste contra la corriente?”. Con humildad y sin hacerse cargo ese “contra la corriente”, sostuvo: “Es hacia donde me llevó la vida. Hoy estoy donde quiero estar y donde siento que tengo que estar. Lo más importante es la libertad, y yo intento ser lo más libre posible”.//∆z