Una de las mejores series animadas de Cartoon Network llegó a la pantalla grande con una aventura llena de paradojas temporales, portales dimensionales y referencias a la Cultura Pop.
Por Ale Turdó
Todos aquellos “niños de alma” lo saben mejor que nadie: la cadena de dibujos animados Cartoon Network está atravesando uno de los mejores momentos gracias a sus producciones originales. Algo que no sucedía desde Las Chicas Superpoderosas, El Labotorio de Dexter, Johnny Bravo y La Vaca y El Pollito. Al día de hoy tenemos Hora de Aventura, Clarence, El Fantástico Mundo de Gumball, Tío Grandpa y –por supuesto- Regular Show.
Para todos los neófitos que no sepan de que estamos hablando, Regular Show es una serie animada que narra las aventuras de Mordecai y Rigby -un pájaro azul y un mapache antropomorfos-, dos amigos que trabajan como cuidadores en un parque a la par de un grupo colorido de personajes: un yeti, un gordo verde y petiso que se cree musculoso, un fantasma con una mano en la frente, un hombre muy cabezón y un jefe con forma de máquina expendedora de chicles. Los episodios de 11 minutos básicamente giran en torno a algun conflicto fantástico del cual son presa y suele involucrar explosiones atómicas, conflictos multi-universales y peleas intergalácticas condimentadas con guiños a la cultura de los 80s, el VHS, los video juegos, el cine, la música y la moda retro.
La trama central de la película es una suerte de crossover entre Volver al Futuro II (Back To The Future Part II, 1989) y Bill & Ted (Bill & Ted’s Excellent Adventure, 1989). En un futuro no muy distante, Mordecai y Rigby ya no son amigos sino todo lo contrario: se encuentran en bandos opuestos en medio de una guerra que involucra un dispositivo capaz de destruir el tiempo llamada Timenado, mezcla malevolamente genial de tiempo y tornado. El Rigby del futuro viaja para encontrarse con el Rigby del presente y advertirle para evitar el conflicto. El Rigby del presente a su vez debe viajar al pasado para encontrarse con su yo del pasado y llegar al origen del problema, algo que podría tener consecuencias nefastas para su amistad con Mordecai.
Los 69 minutos del largometraje condensan en buena forma el espíritu de la serie y la mecánica argumental sigue los mismos pasos: Rigby es el intempestivo del dúo con buen corazón, quien no suele tomar las mejores decisiones y Mordecai es quien ayuda a resolver un conflicto que no ocasionó, acompañado por personajes secundarios que agregan color con sus personalidadaes eclécticas.
A las influencias ya mencionadas se le suman La Guerra de las Galaxias (Star Wars, 1977), Un Experto en Diversión (Ferris Bueller’s Day Off, 1987) y la cultura gamer como parte de las referencias más notorias dentro de un film que expande ese mundo episódico nacido en la caja chica, y lo transforma en una épica espacio-temporal dentro de un universo temático que es familiar para los fans de la serie pero se desarrolla en un plano de acción mucho más grandilocuente. La banda sonora en clave “larger than life” también suma porotos al momento de transmitir esta idea de que estamos presenciando algo GROSSO en serio.
Los más fanáticos de la serie seguramente disfrutarán ver a sus personajes favoritos en la pantalla grande haciendo lo que hacen mejor, meterse en quilombos épicos; y al mismo tiempo la película se vuelve un vehículo óptimo para aquellos que desconozcan la clase de aventuras que pueden tener un pájaro y un mapache con todos los tics de la generación de los millennials.//∆z