Recomendamos Feria de Editores ´21
Pauta Agosto 2021

Mañana comienza la Feria de Editores 2021 en el Parque de la Estación. En esta lista, entre novedades y no tanto, 10 libros recomendados que se pueden encontrar en la decima edición de la feria que nuclea a las editoriales independientes más importantes de Argentina.

La conspiración china, de Carlos Chernov (Conejos)

En 1993, Carlos Chernov ganó el Premio Planeta por su novela Anatomía humana. Allí planteaba, sin proponérselo, una suerte de distopía que se leería en clave feminista: casi el total de la población masculina se extinguía. Esa era la premisa. Autor de novelas y cuentos destacados, psicoanalista y psiquiatra, este autor es un secreto a voces para muchos dentro de la literatura argentina. Le escapa a las etiquetas facilistas y recurre, muchas veces, a procedimientos más bien clásicos. Se aleja de la cómoda, almidonada y cada vez más recurrente autoficción para pergeñar tramas maquiavélicas y revulsivas. Como en La conspiración china, reeditada en 2020 por el sello independiente Conejos, en donde entrecruza a un agente de la CIA con la diva de Hollywood Marilyn Monroe. Este se obsesionará y descubrirá un complot que habría llevado a la diva sexual al suicidio en donde se entrecruza la China comunista, el Amazonas peruano los poetas beatniks. Un relato vertiginoso y dinámico que se asemeja a una de Osvaldo Soriano pero con menos ternura y más oscuridad. Pablo Díaz Marenghi

Animales, de Santiago Craig  (Factotum Ediciones)

Craig no para de crecer, Craig no para de reafirmar que es uno de los mejores escritores argentinos contemporáneos. Libro tras libro lo demuestra. En Las Tormentas (Entropía, 2017) rescata la gran tradición fantástica del cuento rioplatense y plantó bandera. Fue un “acá estoy yo” y le valió ser finalista del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez en 2018. En 27 de maneras de enamorarse (Factotum Ediciones, 2019) juega un poco a ser un Cortázar postmoderno en plan Historias de cronopios y de famas mutante. En Castillos (Entropía, 2020) se calza el traje de novelista y nos regala una historia lyncheana. Y en Animales arma su propio bestiario lleno de derrotas, anomalías y personajes rotos pero con una ternura que encandila. ¿Querían cuentos? Craig los escribe. Joel Vargas

El dios salvaje, de Al Alvarez (Fiordo)

Este ensayo sobre el suicidio se estructura en grandes dos partes: el prólogo y el epílogo, en los que el autor da cuentas de casos particulares –el suicidio de su amiga la poeta Sylvia Plath y el intento propio–, y los capítulos en los que, con argumentaciones de la literatura, sociología y psicología, se recompone la visión histórica del hecho en sí y de sus perpetradores, los suicidas, desde el medioevo hasta la segunda mitad del siglo XX. Quizás el lector, por las recientes ediciones de la obra de Alvarez, esté más habituado a leer al escritor íntimo, biográfico, que narra su vida a través de sus experiencias en varios deportes –la natación, el póker, la escalada en roca–, pero en este libro, el primero en ser traducido al español, publicado originalmente por Norma y reeditado por Fiordo, se va a encontrar con un ensayo riguroso, complejamente documentado, en el que no solo se analizan los orígenes o causas del suicidio, sino también del papel del artista en la toma de esa decisión –la dimensión gestual del suicidio. Juan Alberto Crasci

Sanmierto, de Emilio Jurado Naón (Leteo)

Dentro de los múltiples afluentes de la literatura argentina, es posible hallar una corriente a través de la cual naufragan autores como Laiseca, Lamborghini, Perlongher, Copi, Fogwill, Aira, entre otros. Plumas que no dudan en tensar las cuerdas de la realidad hasta el punto máximo de la parodia y el delirio. Más acá en el tiempo, vale destacar lo hecho por Pablo Katchadjian, cuyo gesto de vanguardia hacia El Aleph de Borges casi lo lleva a la cárcel. Y también es menester sumar a dicho panteón pantagruélico a Emilio Jurado Naón quien en Sanmierto construye uno de los libros más originales, si es que existe eso acaso, de los últimos tiempos. Tomando a, nada menos que, Domingo Faustino Sarmiento como personaje, objeto de deseo y obsesión, recurre a diversos procedimientos metamórficos para parodiar, deformar y enredar aspectos de su vida. En estas páginas se lee, en la voz del polémico prócer, diatribas con Chile y encuentros con el sanguinario Coronel Sandes. Jurado Naón demuestra un exquisito tratamiento del lenguaje como pocas veces se observa en una literatura local cada vez más influenciada por el mid tempo de las redes sociales que por las tradiciones clásicas literarias. Este autor demuestra estar realmente consciente y preocupado por esculpir hasta la última capa de lenguaje posible. Un ejemplo: “El ejército desenrolla su heterogéneo intestino delgado por la pampa”. Mezcla de homenaje y profanación en partes iguales, esta lectura espantará, enhorabuena, a los políticamente correctos. Pablo Díaz Marenghi

Atomizado Berlín, de Julia Kornberg (Club Hem) Cómo se cuentan las experiencias de la clase alta de manera mordaz , cómo se narran las rupturas mentales de una generación, cómo se construye un escenario de escape. Julia Kornberg lo hace con maestría en Atomizado Berlín, su primera novela. Vayamos por partes: no es realismo, no es costumbrismo, no es ciencia ficción, no es distopía, no es utopía. Atomizado… es todo eso y más. Kornberg realiza una radiografía de los vínculos familiares, explora los individuos y vaticina un futuro ¿posible?. Es una lectura obligatoria de 2021. Joel Vargas

Retratos de poetas rusos, de Ilyá Ehrenburg (añosluz editora)

Fulvio Franchi describe en el prólogo a este libro como “Un intento de comprender a Rusia y su época retratando a sus poetas”. A través de perfiles breves, de pocas páginas y mucha contundencia, el escritor y periodista soviético de familia judía Ilyá Ehrenburg no solo construye perfiles bellísimos de los poetas rusos de su tiempo sino, también, captura la foto de una época. Tiempos en los cuales la Revolución Rusa había regado de ilusiones e incertidumbre casi en partes iguales, donde varios poetas se ilusionaron y otros tuvieron que marchar al exilio. Todos los poetas aquí retratados terminaron sus vidas de forma trágica. El exilio, la persecusión y el suicidio fueron el final de su destino. Ehrenburg da muestras de una sensibilidad impresionante para describir a estos poetas, los principales nombres de la poesía rusa universal. Allí están Maiakovski, Boris Pasternak, Marina Tsvietáieva y Anna Ajmátova. Párrafo aparte para la notable traducción de Nikita Gusev y la edición a cargo de años luz que incluye poemas de los autores perfilados, tal cual constaba en la edición original, bellas e históricas fotografías y notas a pie de página aclarando aspectos coyunturales, historiográficos y anecdóticos que clarifican la lectura. Este libro es una clase magistral de cómo escribir un perfil o semblanza de un personaje. Vale más que cien clases de periodismo en cualquier escuela creada para tal fin. Hay belleza. Por ejemplo, en un pasaje, Ehrenburg escribe: “una boca cerrada con amargura”. Funciona, también, para entender un poco más acerca de la historia de Rusia y el lugar que ocupó la poesía en los albores de la Revolución Bolchevique: una suerte de zona incómoda, gris y trágica. Sobre el autor, Franchi lo define de manera notable al comienzo: ““Evidentemente no se conformó con ser editor de una antología o redactor de biografías. Tampoco crítico. Quiso ser un poeta que escribe sobre poetas”. Pablo Díaz Marenghi

Acá empieza a deshacerse el hielo, de Lucila Grossman (Editorial Marciana)

En 2017 Lucila Grossman sacudió la escena literaria vernácula con Mapas terminales, una novela digna de que David Cronenberg la adapte a la pantalla grande. Grossman empezó a ser un secreto a voces, la editaron en Chile y sus lectores y lectoras esperaban otro libro. Al fin llegó Acá empieza a deshacerse el hielo. Un texto híbrido y frenético, un viaje en crucero, chetos, laburantes, desamor, una peste, ¡una pandemia!, un tratado, filosofía, una locura extrema. Grossman siempre deja con ganas de más, nunca falla. Joel Vargas

Por qué escuchamos a Lou Reed, de Walter Lezcano y Por qué escuchamos a David Bowie, de Juan Rapacioli (Gourmet Musical Ediciones)

Hay más de un punto de contacto entre estos dos libros y allí radica la justificación de esta reseña conjunta. Se publicaron en diciembre de 2020, el año marcado a fuego por la pandemia del COVID-19 y la incertidumbre que desparramó. Los dos forman parte de la más que interesante colección Por que escuchamos a… de Gourmet Musical: libros que pretenden ser una suerte de hipótesis de lectura de artistas que marcaron a fuego el inconsciente colectivo. Ambos están escritos por escritores/periodistas culturales notables, jóvenes y de amplia trayectoria: Walter Lezcano y Juan Rapacioli. Y abordan a dos artistas anglosajones (uno estadounidense, el otro inglés) que supieron no solo cruzarse, ser amigos y hasta compartir cama: supieron fulgurar como estrellas que se funden en una supernova artística, musical y humana. David Bowie y Lou Reed han dejado toneladas de canciones y seguirán generando ríos de tinta que intenten explicar el por qué de su magia.

Estos libros, a su manera, siguen las vidas de estos artistas más o menos en orden cronológico. No hay dogma ni ortodoxia. Aquí hay capricho de fan y obsesión de analista. Hay respuestas pero, sobre todo, hay preguntas. Hay ideas, diálogo con el artista y su obra. Horas y horas de escucha y reflexión transmutadas en papel y palabra escrita.  Aquí hay anécdotas, datos y descripción. También hay semblanza y análisis. Pero, sobre todo, lo que une a estos dos artistas inmensos, que sacudieron al rock and roll y a la música popular en su totalidad para siempre, es una interpelación única hacia el porvenir. Hacia lo inexplorado. Las zonas indeterminadas. Parafraseando al escritor Fabián Casas, queda claro leyendo a Lezcano y Rapacioli que Lou Reed y David Bowie hicieron música de una manera tal como si su público aún no hubiese nacido. Forjaron una banda sonora para ser escuchada por extraterrestres cuando ya no quede nada en pie sobre la Tierra. Lezcano escribe: “The Velvet Underground, como cualquier artista interesante que interviene el tiempo que le toca vivir desde la hostilidad, siempre trabajó para el futuro”. Rapacioli: “Bowie trascendió las fronteras de la música, e incluso del arte, para convertirse en un modo de entender el mundo (…). Un modo de saber que, aunque no exista, podemos inventar el futuro”. Pablo Díaz Marenghi

Las revistas culturales latinoamericanas, de Horacio Tarcus (Tren en movimiento)

 

¿Qué sería del mundo literario sin las revistas culturales? ¿Cómo sería ese mundo? Quizás con menos debates, menos polémicas, menos pasión. Algo muy contrafáctico, ¿no? Las revistas culturales fueron, son y serán el espacio para debatir, teorizar, argumentar, tomar posesión y escribir manifiestos, Las revistas culturales son parte de la historia de la literatura, Y ahora ¿cuál es su historia en Latinoamérica? ¿Qué peso tuvieron a lo largo de la historia? Horacio Tarcus lo analiza y teje un mapa del peso simbólico de cada publicación en Latinoamérica. Imprescindible. Joel Vargas