Por Seba Rubin
Me gusta Ash. Es así. No soy fan, no son mi banda de cabecera, no creo ni siquiera que su aporte a la historia de la música haya sido decisivo en algún modo. Pero me gustan. Tienen por lo menos tres discos muy por encima del promedio y una decena de canciones tremendas. Pero sin duda, el disco por el cual serán recordados, aunque sea por un puñado de noventeros, será 1977, un álbum cuyo título no hace referencia al gran año del punk y la new wave sino al de nacimiento de sus miembros. Lo editaron en 1996 y si bien nunca llegaron a ser Supergrass, impresionaba lo bien que tocaban y componían a pesar de su juventud. En ese disco está la que tal vez sea mi canción favorita de Ash junto con “Shining Light” de 2001: Goldfinger.
Me compré la remera de 1977 en Londres, en el Tower Records de Picadilly Circus, cuando existían las disquerías. Todavía la conservo. De hecho, la calidad de su algodón hace que aunque no la planche, siempre esté impecable. Una gran compra, a nivel indumentaria. Pero lo que tiene de especial esa camiseta no es su calidad textil, sino una cualidad adquirida con el correr del tiempo: la de talismán rockero.
Evidentemente, su diseño se prestaba a que la use en los conciertos: era cómoda Y canchera, más no se podía pedir a la hora de subir a un escenario. Pero el concierto en el que su cualidad especial se empezó a manifestar con mayor fuerza fue el que dimos con Grand Prix en Valencia, durante la gira de presentación de “Lejos” en España, en Octubre de 2002. El viaje de Madrid a Valencia fue de los más divertidos que recuerde, pero al llegar a nuestro destino, y con el correr de las horas, descubrimos que muy a pesar de los esfuerzos de los organizadores, la velada no sería de las más concurridas. Nos reunimos en el camarín, y con los chicos decidimos salir a pisar cabezas y rockearla como nunca. Al fin y al cabo, estábamos en la puta Valencia, y no hacía más de una semana que estábamos en la deprimida y depresiva Buenos Aires del corralito. ¡Qué importaba si había 10 o 100 personas! Y así lo hicimos y dimos uno de los conciertos más increíbles de nuestras vidas. Y ahí estaba yo, sudando mi remera de Ash.
A partir de entonces, cada vez que necesitaba un plus de confianza en un concierto especial, no tenía más que ponerme la remera y todo salía mejor de lo planeado. Y si me la olvidaba en algún lado, movíamos cielo y tierra para recuperarla, sudorosa como estuviera, en algún rincón de un camarín o una furgoneta. Así se ganó su fama de talismán, de armadura rockera. Algunos se toman un whisky, otros se meten una raya, a mí me basta con ponerme mi remerita de Ash.
Seba Rubin es porteño, oniofóbico, ex economista, aficionado al tenis, músico y productor. Ha sido un activo participante de la escena independiente porteña desde mediados de la década del 90 cuando funda Grand Prix. Después de 8 años y dos álbumes en su haber, inicia su carrera solista, editando cinco álbumes hasta la fecha, su más reciente, Más, salió hace apenas tres meses, y formando también el fenomenal trío “Los Campos Magnéticos” con Alvy Singer y Nacho Rodriguez (Onda Vaga) con quienes edita dos discos. Desde 2011 es columnista emérito en el programa Gente Sexy de Rock and Pop conducido por Clemente Cancela bajo el mote de Profesor Pop.
Rubin y los Subtitulados se presentan el Sábado 15 de Septiembre a las 21:30 hs. en Vuela el Pez, Córdoba 4379
Alvy, Nacho y Rubin interpretan a los Campos Magnéticos tocan en La Trastienda Club el 6 de Octubre.
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