La banda comandada por Ariel Minimal se presentó el sábado en Niceto Club, con los Utopians como invitados de lujo.

Por Gabriel Feldman

Foto de Pablo Lakatos

Un show apto para todo público, decía el flyer. Y así fue: “dejen que los niños vengan a mi”. Pasadas las 21hrs, las luces se apagaron cuando salió el cuarteto liderado por Bárbara Recanati con “Say hello”, para calentar el ambiente. Si alguno creía que en la Argentina ya no había bandas de rock, les sugiero que escuche Utopians, rock sin vueltas. Cantando en inglés o español, el idioma es indistinto: “rock, rock, rock”, diría Marta Minujín. Con una estética rockabilly y baterías aceleradas, los Utopians redondearon una buena presentación donde destacaron “Come Baby” y “Allá voy”, los dos caballos de batalla que no podían faltar, para luego, sobre el final, terminar con una versión de “Salgan al sol” de Billy Bond y La pesada y enganchadita, fundida por la intro del bajo, “Estallando desde el oceano”, clásico de Sumo en una versión al estilo Utopians, con la hermosa voz de Bárbara. Lo único que puedo pensar ahora es que sería muy bueno que alguna vez toquen “Love Buzz”, aquella canción que inmortalizó Nirvana con su versión en Bleach; a los Utopians les quedaría muy bien. El 15 de julio se estarán presentando en The Roxy Live.

Ahora le tocaba a Pez. 22:15 se abrió el telón. Euforia del público, salieron a la cancha los jugadores (con este equipo no empatábamos con Bolivia: “1-1 con Bolivia, Montonero Batista renuncie”): Ariel Minimal con gorrito en la cabeza y Galasso en mano, y sí, en Buenos Aires hacía frío señora; Fósforo con una camisa a cuadros y su Galasso colgado (gracias Fósforo); Franco Salvador, pañoleta en cuello que duró tres temas, y con un hermoso gong colgado entre sus platos; y el señor Pepo Limeres, sin musculosa esta vez, pero rodeado de sus teclados, perillas y artilugios.

Podría haber venido cualquiera y empezaron con “Talismán”, una joyita de aquél primer disco, Cabeza, el de los tres prepucios (a juzgar por mi apellido, deducirá que nunca podré imitar esa imagen….). Luego, enganchadita, otra de las históricas y el primer pogo con “Rindiéndole Cuentas a quién” y pegadita, no hubo respiro, no, “Vamos”, de su último disco: “…vivió, vibró, partió”, y arrancó “Roma” del Porvenir. Cuatro en uno: dos de los primeros dos discos y dos de los últimos dos, como para cubrir los extremos de los casi veinte años de la banda. La quinta es la nueva, dice un dicho oriental, y así fue. ¿Pez es del metal como el porro?, parece que sí. Nueva canción que terminó cuando nadie sospechaba que podía terminar. Silencio y aplausos. Ya era raro que Ariel no tomara el micrófono para hablar: “Esta canción que tocamos recién se llama <<De cómo el hombre perdió>>. Es el prólogo de nuestro disco nuevo que tenemos grabado y sale en septiembre”, avisó. Para continuar sobrevino otra nueva, la segunda del disco en palabras de Minimal, llamada, “Lo interesante es por afuera”. Otra bien al palo. Como viene lo nuevo ¡eh! Otra vez un final abrupto: un corte seco, silencio, ¿terminó acá? Sí, así parece, el disco nuevo viene imprevisible con los finales de las canciones. Luego de un momento para la afinación de la guitarra, Franco arremetió con la batería para “Soñar Soñar”. Un respiro.

Pez sabe cómo manejar los climas y tiempos de un recital. Por eso, después de cuarenta minutos directo a la mandíbula (Argentina a esta altura iba 0-0 de local), “Vientodestino en vidamar” para apaciguar a la congregación. El recital venía muy derecho, algo faltaba. Eso era, faltaban los gags, faltaba esa cosa que tiene Pez que parece que asistís a un ensayo. Miminal estaba por presentar la canción y Pepo, que jugueteaba con las teclas, lo interrumpió cuando éste se disponía hablar. “Pero… ¿puede ser?”, le dijo dirigiéndole una mirada socarrona,  “como estaba diciendo… esta canción es de un disco que se llama Convivencia Sagrada”. Y ahora sí, luego de un comienzo fallido -falló la cuenta y Ariel empezó solo – “Vientodestino” y para seguir en modo relajado, “Bettie al desierto”.

Fósforo y Ariel esperaron la señal de Franco: tres golpes al cencerro y arriba la metal-cumbia con otra de las nuevas, “Cavernas” esta vez, que vendría a ser la primera parte de “Edificios (Cavernas II)” que estaba en su primer disco. “Cavernas”, a través de los años, pasó de una versión punk en aquel demo de Martes Menta, a una versión recitada que alguna vez tocaron en vivo, y finalmente a ésta en su formato metal-cumbia, como lo definió alguna vez Minimal, con la que fue registraba en su nuevo disco que se llamará justamente Volviendo a las cavernas: “La ambición nos ha cagado, volviendo a las cavernas ya”, nos canta.

“Sos de la B” se escuchó desde el público, los sucesivos “huuuuuuuuu”, “hooooooooo” y otras onomatopeyas. Uno que agregó “va a volver, el globo va a volver” en forma de cantito y Minimal, hincha de Huracán (aclaro por las dudas), que seguía afinando su guitarra, finalmente rebatió: “Y, la verdad, vos sos de cuarta”. Después de los aplausos de buena parte del público por el “ajusticiamiento”, Franco, en calidad de observador, agregó: “Y la verdad es como el programa del Diego. Diego responde y todos aplauden, sos como el monigote ahora”. Bueno, después de este momento que tranquilamente podría haber sido un sketch de Monty Pyton, de nuevo a la música. Momento ciento por ciento Pez.

“Nubes toman forman tontas” es la que llegó y dos cosas: sí, Franco le pegó al gong. ¡Hermoso! (que forro que soy), si no le pegaba al gong el recital no hubiera valido la pena, y por otra parte, Ariel, a la hora de entonar: “con qué llenar este globo que sale de mi cabeza”, acentuó la pronunciación de “globo” con orgullo y mucha honra (es quemero el hombre, aprovecho la oportunidad). “Domando Tormentas” y al finalizar, de nuevo en forma distendida, como si fuera un íntimo interactivo, “¿Están bien?, ¿el sonido está bien?… cualquier cosa al Vikingo que está allá le tiran de la barba” refiriéndose a Mauro Taranto, sonidista de la banda, “que anda buscando novia” dice Franco, “o novio” agrega Minimal, “…es un muchacho amplio en todo sentido…”. Y sí, verdaderamente es grandote Taranto, evitaría cualquier clase de enfrentamiento con él. Mis respetos para el Sr. Taranto que hace un gran trabajo, pero en fin, de nuevo en Niceto, otra de las nuevas que ya venían presentando en los anteriores recitales: “Seremos Recuerdos”.

Otro momento del unipersonal de Minimal que frente al grito de “¡Drogadicto!”, Fósforo, entre una mímica graciosa, intervino: “Eso es una acusación seria” y Ariel: “…drogadicto es muy amplio… naturista”. Los acordes del piano cortaron el momento y era esa que todos pensaron: “Lo que cuenta”, otra joyita de Quemado que irrumpió en Niceto. Verdaderamente el clima fue muy distendido, como en un ensayo a puertas abiertas, aprovechando para hacerse chistes unos a los otros y hacer pasar un buen momento a los que asistieron. Cambiasso de Galasso por una SG y tras la calma, a subir el volumen nuevamente: “La estética del resentimiento” – A Franco se le chisporroteó el palillo pero lo resolvió al toque manoteando un palillo y un mazo que andaban por ahí y siguió lo más bien -, “Eyéctenlo” – fue raro, la tocaron dos veces, ta bien que dura poco pero bueno, andá a saber porqué la repitieron; Ariel amagó a tocarla una tercera vez en chiste y agregó “<<Eyéctenlo, Eyéctenlo>> se llamaba el tema”, como para justificar la repetición. Más temas nuevos, seguiditos dos de los que venían tocando. La primera la venían presentando como “Y ahora de qué vamos a hablar”, ahora simplemente  se titula “Eléctrico”. La otra, recién bautizada acorde a Minimal, se llama “El motivo”: potente y con estribillo repetitivo. El nuevo disco se viene picante (esta palabra ahora parece prohibida, no fue adrede).

Tramo final. “Te voy a borrar de facebook” amenazó uno ante la perspectiva del final inminente. “Franquito…” no hizo falta que lo complete Ariel, desde el público se escuchó “cantame Cassette”, ya un clásico (eso que es del último disco); pegadita “Salvajes”, que levantó a la gente hacia otro pogo y, luego, así como están en Fragilinvencible, “Creo que amamos el dolor” y “La gota”, en donde Minimal se olvidó un poco la letra, algo normal en él, pero no importa, la gente la cantó en el medio del agite.

Llegaba el final. En la lista figuraba “Caballo Loco” pero había tiempo para una más: “Eso es lo que está escrito pero no siempre es lo que es”, comentó Minimal. Luego de un barullo en el que cada persona gritaba la que quería escuchar: “las antenas, Arieeeel”, “mooonstruoooo”, “malaaambooo”, “Fueeeerzaaaaaaa”. “Las antenas no me lo acuerdo ni loco, tiene que ser una de las de siempre…” dijo el carismático frontman. Si nos organizamos cogemos todos, dicen, pero bue, finalmente Franco arrancó desde la batería con “Fuerza” y la gente se prendió fuego. Ahora sí, nuevo cambió de guitarra, Galasso II al hombro y “Caballo Loco” para dar cierra a la velada. Se finí, se acabó. El 5 de noviembre van a presentar el nuevo disco, Volviendo a las cavernas, en el Teatro de Colegiales. Los que andaban más desabrigados por el calor del show, se pusieron los kilos de ropa de nuevo para salir al frío de la intemperie y comer unas empanadas o algo antes de emprender el regreso o continuar la noche. ¡Viva Pez!