Hablamos con el músico y productor sobre su nuevo proyecto, el recuerdo de Go-Neko!, el krautrock como motor de su obra y el trabajo que, incansablemente, hace dentro de la escena nacional.

Por Juan Martín Nacinovich

Fotos por Nat Motorizada y Norberto Ayala

En Parque Patricios todavía se ven casas bajas. Los edificios que aparecieron post noventas se yerguen sobre la zona cercana al Tomás Ducó, el estadio del Club Atlético Huracán. Entre fábricas, galpones abandonados y terrazas, Parque Patricios es uno de los últimos guetos de Capital que mantiene esa esencia rigurosamente barrial. Sobre Avenida Caseros, detrás de una puerta alta sin timbre, aparece Jose “Peta” D’Agostino, una leyenda de la escena local independiente de los últimos quince años. Fundador de los Go-Neko!, actualmente enfocado con su proyecto personal Ex-Colorado, sumando participaciones estables en Koyi, Srta. Trueno Negro y La Suma de Todos los Tiempos, el Peta está en constante movimiento, creando, tocando y, también, produciendo a bandas locales.

Casi siempre de modo autodidacta, a los trece años agarró la guitarra mientras intentaba tocar arriba de sus canciones favoritas de Sumo y Los Redondos. Todo cambió cuando un amigo le prestó un cassette con Doolittle (1989) de los Pixies de un lado y King of Bongo (1991) de Mano Negra en el otro. “Fue el puntapié para escuchar cosas nuevas, raras. A partir de ahí empecé a investigar e indagar en retrospectiva, absorbiendo contenido, asimilando bandas de todos lados”, cuenta sobre esa primera adolescencia donde cimentó las bases de su acervo musical. Enseguida apareció la feria de discos y cassettes en el Parque Rivadavia, con el monumento a Simón Bolivar como punto de encuentro: “Íbamos ahí a hacer el background musical del momento”. El Peta recuerda algunas trabas ocasionales: “A veces iba la policía, capaz caían con los caballos y tenías que salir corriendo… por querer comprar música. Una incoherencia total”. De ahí, junto a sus amigos, mamaron la escena británica de Blur, The Charlatans, The Jesus & Mary Chain y Primal Scream, entre otros baluartes, y formaron una banda que nunca se presentó en vivo: Planeta Agua. Rápidamente se sumó a las filas de Ultravelocidad, otra banda influenciada por el brit-pop, hasta que en 2004 se reencontró con Mariano Silverman y Manu Gómez y se gestó el germen de Go-Neko!

El Peta pone el agua para los mates, pincha el primer disco de Michael Rother, Flammende Herzen (1977), y oficia de guía para recorrer el estudio/sala de ensayo. En Moloko se grabaron muchos discos importantes de la escena local. Por estos pasillos pasaron algunas de las bandas que definieron la nueva era del rock nacional: 107 Faunos; Atrás Hay Truenos; Go-Neko!; Sué Mon Mont; Las Ligas Menores. En las paredes del estudio hay flyers cuidadosamente enmarcados de viejas fechas o lanzamientos. Se lee: “Koyi presenta Carteles”, un simple que adelantaba el regreso de Diego Darrigrán hace un par de años. O también: “Jugando con fuego, homenaje latinoamericano a Spaceman 3 / Spectrum / Spiritualized”, un registro exquisito por parte de Pleroma Discos. En la habitación de al lado, atravesando una puerta de vidrio, está la sala de ensayo con todo el roster seteado de Ex-Colorado, topándose rápidamente con el ARP OMNI, un sintetizador de fines de los ‘70 que marca conceptualmente el sonido de este flamante proyecto del Peta D’Agostino. Todas las flechas parten de esas teclas.

ArteZeta: Siete mares lo grabaste entre 2010 y 2017, ¿por qué se dio un proceso tan largo?

Peta D’Agostino: En 2010 había una serie de temas que había grabado y me habían gustado, todos instrumentales. Estaba tocando con Go-Neko! y veía que podían entrar. En ese entonces las ideas eran de cualquiera, después le íbamos poniendo y sacando cosas, saboteándonos en pos de algo que sabíamos a dónde nos llevaba. Pero empecé a tocar en otras bandas y los temas quedaron medio relegados. Siempre tenía la idea de sacarlos pero no encontraba el momento ni la forma. En 2016 aparecieron nuevas canciones y empecé a reflotar las anteriores.

AZ: ¿Ese fue el momento en el que decidiste que todo eso era Ex-Colorado?

PDA: Fue más o menos por esa época. Cuando tenía los temas y pensaba que los podía resignificar agregándole letra y voz; que es lo que no tenía porque siempre me base en un bagaje más instrumental. Pero quería darle otra vuelta de tuerca, con nuevas herramientas que había adquirido, y pensé que estos temas podían servir para darle esa impronta que quería meterle.

AZ: ¿Los primeros tracks de 2010 los reversionaste o se mantuvieron igual?

PDA: Los dejé tal cual estaban, solamente agregué teclado a “El que lo sabía todo” y “El Palmar”, que está grabado con una máquina de cinta vieja que me lleve al Palmar. El sonido del momento de la cinta, me gustaba esa idea. “Ataraxia” también es de esa serie. Los grabé con batería acústica, con escobillas y guitarra criolla, con una impronta más suave. El resto empezaron a gestarse en la segunda parte. Había una concordancia entre todos, porque más allá que son distintos, hay un hilo conductor entre todos los temas.

AZ: Más allá de que aparezcan distintos géneros en el álbum, el kraut es tu ascendencia más orgánica.

PDA: Tal cual, es un lugar donde me siento cómodo y me reconforta. Tanto para escucharlo como para transmitirlo. Hay géneros que te sientan más naturales que otros. Mucho de lo que hago es sin voz, pero diciendo algo a la vez. A partir de lo que fue Go-Neko! y toda esa genealogía me fui forjando para lo que vino después. Más allá de tocar en otras bandas, con otros estilos, siempre tuve esa bajada natural.

AZ: Al género alemán le agregas otra faceta más bien hibrida. En el Bandcamp figura como “Dreamy”.

PDA: Hay ciertos temas que remiten a algo ensoñador, entonces fue como crear algo. Hay tantos géneros y subgéneros hoy en día, tampoco sentía que era muy encasillado, entonces surgió esa palabra que engloba: Dreamy kraut rock. Cuando me preguntan qué hacés con tu banda y tenés que explicarlo es difícil, capaz queda medio raro pero se entiende (risas).

AZ: Go-Neko!, en parte, hacía kraut en una época donde el kraut sólo se hallaba a través de matices en algunos tracks de El Mató, que tampoco era 100 % de género.

PDA: No era tan de género, sumábamos lo que escuchábamos los demás. Tom y Pipe (los hermanos Quintans) venían de la escuela del metal. Entre todos nos fuimos creando. Lo que tuvo Go-Neko! es eso: es medio transgénero, particular. Había influencias combinadas para que nos guste a todos.

AZ: En ese entonces la escena no estaba tan articulada como en estos años, ¿cómo se dio el nexo con La Plata y principalmente con el sello Laptra?

PDA: Nosotros los conocimos en el 2006 o 2007. Una vez tocamos con ellos de casualidad en La Castorera porque se había caído la banda que cerraba y pusieron a El Mató. Los pibes llegaron y nos vieron probando sonido a nosotros. Había similitudes pero no entendían bien qué estábamos haciendo. ¡Y se coparon! Cambiamos discos, hablamos un rato. Y al tiempo tocaron en Arlequines, en San Telmo, y los fuimos a ver. Ahí también aparece el Gato de 107 Faunos con su primer disco. Se da la conexión musical: había algo que nos unía a todos.

AZ: Durante los últimos años se dieron algunos regresos en la escena local: Suárez, Jaime Sin Tierra, Peligrosos Gorriones, Avant Press. ¿Es posible que Go-Neko! se vuelva a juntar en algún momento, al menos por el mero hecho de tocar?

PDA: Yo creo que sí, si nos juntamos es desde otro punto de vista, juntarse a tocar para divertirse y pasarla bien. Está bueno poder representar o dar lo que hicimos en su momento para la gente que no lo conoció. Después veremos si gusta o no, pero que vean que no es algo agarrado del aire, y que está bueno. Que tengan la chance de poder verlo de nuevo. Que esté la posibilidad. Go-Neko! era particular: es difícil tener una banda sin cantante pero que a la vez quiera decir algo, que a la vez no caiga en solos largos, o cuestiones de bandas instrumentales. Fue algo de la época y del momento. Hoy en día estamos musicalmente en otra parte de la vida, aunque ese gen permanece. En Ex-Colorado trato de ser lo que siempre toqué, lo que siempre me gustó. No lo puedo evitar, no me sale otra cosa.

AZ: Volviendo a Ex-Colorado, ¿el corpus de la formación está definido o sigue en proceso de gestación? Ha pasado Natalia Drago de Srta. Trueno Negro en guitarra o Chicho Guisolfi de Bestia Bebé en el bajo.

PDA: Al principio estaba tratando de armar la banda. Había grabado todos los instrumentos, pero no tenía tiempo para dedicarme a todo. A partir de marzo, abril, empecé a tener la banda definida con Iván Calcagno en batería, Emanuel del Río en bajo y Nicolás Godini en guitarra, terminando de cerrar todo. La formación ahora está acoplada, ya asimilaron bien las canciones y la idea conceptual. Ahora al estar más forjada la banda empiezan a aflorar otras cosas. A partir de ahora podemos ver qué hacemos todos juntos.

AZ: ¿A futuro, a la hora de armar un nuevo disco, lo encararías de otra manera?

PDA: Sí, seguramente. Hay cosas que ya tengo y otras que se están dando. Estamos con algunos temas nuevos. Tengo un primer proceso de composición que es ese: empezar a plantear la canción y los instrumentos con los cuales me manejo y transmitírselos, hacer la maqueta y pasársela a los demás. Ahora quizá pueden surgir cosas de estar tocando juntos, de ensayo.

AZ: ¿El nombre Siete mares se remonta a los distintos géneros dentro de las siete canciones?

PDA: Me gustó la idea de que cada canción tenga su propio mar. Son siete canciones y lo mezclé con la antigua radio 7 Mares, que podías escuchar desde distintos lugares del mundo. El concepto es ese: cada canción tiene su propio sustento, pero a la vez se conjuga en un todo, en el concepto propio del disco. Es lo que yo quería tratar de dar, si se entiende o no es otra cuestión.

AZ: Hay muchos elementos dream-pop que también aparecen muy naturales, en perfecta armonía. Inmediatamente surge la figura de Beach House.

PDA: Está lo que me gusta del género: las melodías, arpegios de guitarras, algún cuerpo de teclado. Beach House me gusta mucho, no tengo la décima parte de ellos, pero hay algo que me lleva a ponerlo en práctica. El nuevo disco no tiene hits como los anteriores, pero hay una evolución constante. Más bases de batería sucias, más shoegaze, pero siempre con la marca de ellos.

AZ: 7, el último disco de Beach House, está producido por Peter Kember (a.k.a. Sonic Boom/Spectrum), ¿lo tomas como un referente en tu faceta de productor?

PDA: Kember es un genio. Me encantan todas las cosas que produce, Panda Bear, MGMT. Siempre tiene su marca. Respeta a la banda, pero siempre aporta algo interesante.

AZ: ¿Cómo lograste hacer funcionar todas tus facetas, la de músico, compositor, productor, etc.?

PDA: Es difícil. Lo hice por ganas, por querer sacar el material y querer salir adelante. Todos los años que tengo de haber grabado bandas, producirlas. Quizá fue un poco impulsivo, si me tomaba más tiempo podía quedar distinto. O mismo laburando con un productor. Pero sentí que tenía que hacer eso. De acá a futuro seguro que me gustaría trabajar con un productor. Si otra persona te ayuda a dar otra pincelada está muy bueno. Tener otras orejas pendientes. Creo que ya ese primer paso está dado, lo que surja a partir de ahora es bienvenido. Estar un poco más libre y dócil para escuchar distintas campanas.

AZ: Con la vuelta de los vinilos se dio un cambio de paradigma. Ahora parece ser el turno del cassette, que si bien en principio parecía un ejercicio nostálgico, de fetiche, ahora se convirtió nuevamente en un canal tangible. ¿Por qué elegiste ese formato?

PDA: Puse la plata yo porque quiero que esté físico. Si bien el formato no es tradicional, lo puedo solventar y puedo lanzarlo. El tema es que no quede como un formato fetiche. El CD también lo es, ¿quién escucha desde el CD? A mí me encantaría editarlo en los tres formatos, pero el CD te lleva a tener que hacer mil copias, con un presupuesto elevado. Una banda chica no puede solventarlo. Por eso lo llevamos al cassette. El que lo quiera escuchar, lo va a escuchar. //∆z

*Ex-Colorado se presenta el viernes 20 de julio en Distrito POMO junto a Verde y los Caballos a Marte, Los Darwin y Cariño.