Algunos de los sellos independientes del país realizan un balance sobre el año que pasó y reflexionan acerca del futuro. ¿Mañana es mejor?
Por Lucas González y Juan Martín Nacinovich
Hay un enunciado que se viene repitiendo como mantra desde hace algunos años: el rock está muerto. No obstante, 2018 fue otro año prolífico dentro de la escena argentina, que definitivamente ha roto barreras territoriales y se despliega con profundidad en otros puntos del país con Mendoza, Córdoba y Rosario como máximos referentes geográficos. Todo esto sin contar al trap, un nuevo movimiento cultural que se afinca alrededor de las generaciones jóvenes y asciende ininterrumpidamente. El auge sirvió como aire fresco y, a su vez, retrotrajo una vieja tradición de la industria discográfica: la publicación de singles.
Entre la reflexión y la expectativa, entre la preocupación por la realidad y la esperanza por el futuro, representantes de sellos independientes reflexionan sobre la situación actual de la industria musical. Si bien existen discrepancias entre los distintos modelos para llevar adelante esta clase de proyectos artísticos, la música, el motor vertical que hace funcionar la maquinaria, sigue estando allí afuera, a unos pocos clicks de distancia, en plataformas digitales, discos y cassettes. Al respecto, opinan Lautaro Barceló, de Pontaco Editores; Estanislao López, de Casa del Puente Discos; Diego Acosta, de Discobabydiscos; Juan Pablo Rodes, de Fuego Amigo Discos; Caleb Martínez, de Lo-Fi Records; y Valentín Prieto, de Polvo Bureau.
AZ: ¿Cuál es el balance que hacen de 2018?
Fuego Amigo Discos: Debido a la crisis que atraviesa el país, todxs coincidiremos en que fue un año difícil para los sellos autogestionados. El neoliberalismo nunca fue bueno para la cultura independiente en general. Dicho esto, 2018 nos trajo grandes alegrías. Conocimos muchas personas valiosas con las que trabajar y descubrimos talentos musicales. Vivimos la consolidación de Pyramides, que no para de crecer e inclusive abrieron el show de The Drums en Niceto Club (15/05). Editamos una decena de nuevos trabajos de forma virtual y física. Ampliamos nuestro abanico sonoro con la incorporación de lxs Regy, lanzando Vómito Millennial en cassette. Organizamos junto con otros sellos el “Cassette Store Day” (evento internacional que celebra al formato). Realizamos la edición latinoamericana del LP Candy Valley, de Bigott, un carismático y genuino músico zaragozeño que reside en Los Ángeles. Nos dimos el enorme gusto de traer al gran cantautor chileno de esta época: Cristóbal Briceño, de Ases Falsos. Hasta tuvimos el orgullo de que grandes portales indies y revistas de música que amamos consideren a Fantasía Peligro, el primer LP de Medalla Milagrosa, como uno de los discos del año.
Discobabydiscos: Fue un gran año para este proyecto. Editamos los LP’s de Tani (Mew) y de Tobogán Andaluz (Fuego en las Naves), para el cual hicimos alianzas con diferentes socios regionales de Chile y Perú, que nos permitieron el apoyo del lanzamiento. Además, publicamos los singles de El Príncipe Idiota (“Delirio New Age”) y Marina Fages (“Hardcore Disnei”). Estos últimos dos son artistas que queríamos integrar y es una alegría que estén en nuestro catálogo.
Lo-Fi Records: El balance que hagamos del año siempre va a ser bueno en cuanto no nos hayamos estancado. Fue difícil pero nunca paramos. Por suerte nos movimos -como siempre a un ritmo muy lento-, pero lo hicimos. Sumamos a Juan Viento con su disco, Ya se fueron todos, y eso nos dio bastante ánimo. También largamos tres cassettes (Juan viento, Ultrasuave y Fonez). Esto es importante, porque bajo este formato fue como Lo-Fi Rec. dio sus primeros pasos en los noventa. Es este sonido de grabación no profesional el que en la mayoría de los casos define al sello.
Por otro lado, Fonez, a pesar de que no tocó tanto como otros años, sumó música para el film Instrucciones para flotar un muerto, de Nadir Medina; se presentó en el CCK ; y hace un par de semanas musicalizó la película Metrópolis, de Fritz Lang, en el patio del Cineclub Municipal, algo así como la meca del cine cordobés. Por último, y no por eso menos importante, Clochard volvió a grabar después de aproximadamente seis años.
Polvo Bureau: Sin dudas recordaremos 2018 como el año en el que más cerca estuvimos de bajar la persiana. La creatividad sigue intacta, lo mismo que el entusiasmo. Pero la crisis económica trajo aparejada una de identidad cultural, que notamos alarmante para intentar promover materiales estéticos de minorías. Si a eso se le suma la caída de los medios que se dedican a la crítica cultural, hablamos de un contexto de desinterés e indiferencia que desmoraliza a nuestra actividad.
Pontaco: Ampliamos un poco el concepto de nuestra editorial. Al principio consistió en compendiar los proyectos más personales de los miembros de El Estrellero, pero ahora abrimos la puerta a algunos amigos que nos inspiran y con los que compartimos infinidad de cosas.
Casa del Puente: Fue un año complejo, extraño y en parte duro. Que los precios estén dolarizados (replicadoras, vinilos, imprentas) nos complicó las cosas. Laburamos un montón y hay que hacerlo aún más, como para poder surfear la ola. La crisis afectó todos los ámbitos.
AZ: ¿Cuál es la tirada promedio? ¿Tuvieron que variarla en 2018?
Fuego Amigo Discos: Planeamos de antemano ediciones cortas, con la posibilidad de agotar y reeditar constantemente, manejar el ingreso mensual a mano y a la vez publicar todo el material (al final solo un ítem del catálogo no tuvo edición). Fue una planificación austera en comparación a la de 2017, pero más real. En ese plan, manejamos tiradas de entre treinta y cincuenta cassettes; para el caso de los CDs, el promedio es de cien copias. Mejoramos también la calidad de las ediciones sin trasladar exageradamente el costo al precio de los discos, ni en feria ni en disquerías. Se notó la retracción en las ventas, pero el deber era que eso no impidiera nuestro ritmo de ediciones y logramos mantenerlo.
Discobabydiscos: Nuestro sello, en particular, se dedica a la distribución digital y el posicionamiento en tiendas digitales. Trabajamos con diferentes distribuidores que elegimos en base a los requerimientos de cada lanzamiento. No descartamos ediciones físicas a futuro, pero hoy día vemos que el potencial de llegada de la música grabada está ahí.
Lo-Fi Records: Hacemos pocos discos, siempre. Acorde con la situación nefasta que vivimos, bajamos (un poco más) la cantidad de ediciones. Lo bueno es que nos metimos en Spotify. Que no deja de ser una gran contradicción para un sello que defiende los formatos físicos, pero repito: nos tenemos que desplazar hacia lugares que les permitan a las personas el acceso fácil a nuestra música.
Polvo Bureau: Las ediciones físicas de los discos se estancaron con el correr de los años. En 2018 logramos editar el debut homónimo de Valle gracias a un apoyo del Instituto Nacional de la Música (INAMU). El trabajo es de 2017, pero aprovechamos para agregar algunos bonus tracks, con simples y lados B. Por su parte, Mi Nave lanzó Ojos cuadrados, su cuarto disco, y fue el primero de su carrera que no pudo ser materializado. Sin embargo, a modo de consuelo, lxs chicxs se las ingeniaron para hacer un tirada de cien cassettes.
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Pontaco: Cada grupo se hace cargo de la edición física, pero en general tuvimos que bajar los números porque cada año se vuelve más marginal la compra de discos nuevos de bandas independientes. Hoy casi que no pasa de un objeto de colección para regalar en los shows. Como todo, calculo que tendrá su efecto rebote.
Casa del Puente: Hacemos entre cinco y ocho ediciones físicas por año, con una tirada de trescientos a quinientos, dependiendo el artista. Hubo casos en los que editamos más, y otros en los que fueron menos. Tuvimos la suerte de haber pagado casi todas las ediciones previo a la primera subida del dólar. Aunque sí debimos aplazar para principio de 2019 la realización del vinilo del último de Niños del Parque, El medio de todo.
AZ: ¿Cuánto publicaron en 2017 y cuánto en 2018? ¿Cómo creen que viene el 2019?
Fuego Amigo Discos: Sumando EP’s y LP’s, en 2017 editamos trece discos en total de forma virtual, ocho de ellos con edición fìsica (cassette y CD). En 2018 fueron nueve discos de forma virtual, ocho de ellos con edición física. Este año incorporamos a Gente Conversando (No me olvides del todo), más los nuevos discos de Bigott (Friendly Monsters), Guazuncho (Existe), José Unidos, Césped, Medalla Milagrosa y Los Días, entre otros. Para marzo tenemos preparado un festival de sellos con lxs compañerxs de Polvo Bureau, Lo-Fi Records, Cosmodemónica, Sin Tierra Discos, Solo Le Pido A Dior, Mínima Discos, Lagunera, Inerme Discos y más.
Discobabydiscos: En 2017 relanzamos toda la discografía de Tobogán Andaluz, que no se encontraba en las tiendas digitales, y editamos también un single nuevo de ellos (“Juventud”). Lanzamos un EP con Las Trampas (Participantes) y un single con Tani (“League of Legends”), en coedición con Yolanda Discos. En 2018, editamos los LP´s de Tobogán Andaluz y Tani. Para esta primera mitad de 2019 planeamos el lanzamiento del nuevo LP solista de Facu Tobogán (Teléfono Blanco), también lo nuevo de Marina Fages y singles de El Príncipe Idiota y Tani. Estamos a punto de cerrar una alianza con un artista trasandino.
Lo-Fi Records: Siempre largamos más o menos la misma cantidad de discos, que son pocos. Es mejor así. Si tuviésemos mucha demanda sería muy complicado prestarle atención a todos los proyectos, y si hiciéramos tiradas grandes, probablemente no sabríamos qué hacer con las cajas llenas. Esto sigue siendo una gran diversión y es mejor así, sino creo que sería otro dolor de cabeza. 2019 es un horizonte medio complicado, pero mientras exista la creación de canciones y el ímpetu por darlas a conocer, vamos a seguir con esto a como dé lugar.
Polvo Bureau: En 2017 editamos cuatro discos completos, mientras que en 2018 fue más de lanzar simples y videos, una dinámica muy habitual a las que nos arrastraron las nuevas formas de distribución digital. El único larga duración de 2018 fue Ojos Cuadrados, de Mi Nave. En 2019 esperamos acompañar los segundos discos larga duración de Camperas, Valle y Perro Fantasma.
Pontaco: En 2017 sólo Fus Delei y El Estrellero sacaron disco, pero en 2018 se sumaron bandas con material nuevo: Niños Knoll ( “20 de junio” y “Verano boreal“), Los Años Rojos (La vida que llevas y El Lugar), Los Valses (Asia Menor), Pels (Destellos del futuro), Baro Latrubesse (“Juegos del puerto”). 2019 vendrá con muchas novedades, pero ante todo buscaremos el modo de organizar algún evento que sea especial y del que todos participemos.
Casa del Puente: En 2017 editamos nueve discos. Mientras que en 2018 fueron siete. El último en salir de fábrica fue el de Flavio Etcheto, Superbrillantes, en CD. Y están viniendo, desde Estados Unidos, los 12″ del material. Aunque en 2019 editemos uno o dos menos, ya anunciamos los primeros títulos del año: Unreality, de SRSQ, el proyecto solista de Kennedy Ashlyn, de Them Are Us To; y Dreaming The Dark, de Tamaryn, que estará acompañado con un tour por Sudamérica.
AZ: ¿Cuáles son las principales trabas a la hora de grabar?
Fuego Amigo Discos: El año pasado nuestras bandas se encargaron ellas mismas del proceso de grabación. Nos mantuvimos al margen y nos ocupamos principalmente de la edición de sus trabajos, difusión de fechas, tareas de prensa, y producción de recitales y eventos.
Discobabydiscos: Seguro que presupuestarias. Uno de los principales objetivos del sello es el financiamiento total de la producción, cosa que nos diferencia de la mayoría de los emprendimientos de este tipo. Creemos que, en gran parte de los casos, es una problemática que los sellos pequeños evitan. Recepcionan el material ya grabado, financiado por las bandas y solo se dedican a la difusión. En nuestra visión, es un modelo que hay que tratar de cambiar. Consideramos que el acompañamiento integral favorece mucho más al desarrollo de las producciones.
Lo-Fi Records: Siempre hay problemas: de plata, personales, los bares que (no siempre, pero en la mayoría de los casos) se rigen por la cantidad de entradas que vendés, el tiempo que nos consume y una realidad que va a contramano con lo que estamos dando a conocer desde el sello. Sin embargo, todos estos problemas se disipan cuando escuchamos alguna canción de cualquiera de las bandas del sello y decidimos volver a empujar desde el entusiasmo.
Polvo Bureau: Hace años que estamos asociados con “El Salvador”, estudio de la Ciudad de Rosario que comanda con virtud y generosidad Martín Greco, bajista y productor de Mi Nave. Su predisposición permite que, sean los recursos con los que se cuente, siempre va a haber voluntad de hacer ingresar un proyecto al estudio para materializar un disco. Después, el tiempo y empeño que se le ponga a eso ya depende del artista. Digamos que lo más complejo no viene a la hora de grabar, sino una vez que el proceso se termina.
Pontaco: Somos afortunados, dentro de Pontaco hay muchos productores e ingenieros de sonido, así que no nos privamos de grabar nada. Pero el tiempo y el dinero, como parte de la misma ecuación, siempre es lo que más pesa.
Casa del Puente: Los costos, que aumentaron a causa de la dolarización, complicaron el asunto. Las horas estudio, los servicios de los productores e ingenieros, todo está más caro. Por eso, en vez de hacer un LP o un disco largo, muchos optan por realizar un EP de tres o cuatro temas, o inclusive singles. Son formatos que vienen de la mano con la crisis.
AZ: Al igual que en la industria del libro, ¿el éxito de una publicación condiciona la salida del siguiente?
Fuego Amigo Discos: Si el o la artista con quien decidimos trabajar nos gusta y comparte nuestro amor por la música, nosotros lx apoyaremos siempre y seguiremos haciendo todo lo posible para que tenga su lugar en la escena. El éxito va y viene. Hay trabajos discográficos que al salir a la luz no son valorados y que quizás con el paso del tiempo, y con una obra más acabada, cobra un valor que antes no tenía y una popularidad mayor. Por lo tanto, a nosotros no nos parece que el éxito sea un factor condicionante. Por otra parte, también deberíamos preguntarnos qué es o qué significa el éxito para cada uno.
Discobabydiscos: Es relativo. Creemos que la curaduría de un catálogo tiene enfoques diferentes para completarse. Seguro hay artistas o discos que aportan desde el éxito o el rendimiento, pero otras/os aportan desde su calidad o reconocimiento. En sí, veo al grupo que compone el catálogo como complementario.
Lo-Fi Records: Todo depende de la manera en la que medís las acciones. Si el éxito está regido por la cantidad de ventas de discos o tickets cortados, creo que Lo-Fi ya hubiese mutado en una carnicería o en algo que esté relacionado a la ingesta de alimentos, que de seguro da más plata. Personalmente, me siento cansado de ir a tocar en vivo y/u organizar tocadas para los grupos del sello. Nunca te devuelven tanto como grabar en tu casa y escuchar lo que hiciste; ahí hay mucho más (éxito) que en un bar, donde (muchas veces) prevalece otra cuestión que no tiene que ver con escuchar a un grupo en vivo.
Polvo Bureau: Sin dudas. Si un disco no funciona del todo bien eso atraerá acarreado una dificultad para que el grupo toque en vivo todo lo que precise para lograr que la rueda empiece a girar. Un primer disco debe también generar trabajo, y ese trabajo será redituado casi siempre con recursos que van a posibilitar grabar y editar el siguiente.
Pontaco: Sí, ni hablar. Hay que procurar no mortificarse si los resultados no son los deseados, claro. Pero conservamos esa obsesión por la competencia, el fuego sagrado de los antiguos griegos. Observar los pasos de un compañero de Pontaco mejora constantemente la apuesta. Supongo que todos estamos agradecidos de estar rodeados de gente que sube su vara día tras día. Quedarse atrás es algo que uno agradece, ver el esfuerzo del otro inspira a querer volver a tomar la delantera. Es el juego de la vida.
Casa del Puente: Sí y no. Es complejo, porque no siempre se encuentra el mercado exacto. Igual, si al disco le va bien, sabemos que será mucho más fácil realizar una nueva versión física. No obstante, el sello, que no es un major, siempre estuvo en pos de lo artístico, en el apoyo al artista independiente y en la difusión de géneros que no son los más comunes (electrónica, shoegaze, dream pop, post punk, chillwave).
AZ: ¿Por qué seguir grabando/editando?
Fuego Amigo Discos: Porque apuntamos a que el oyente tenga una experiencia multi sensorial con la obra. Que pueda contemplar el arte de tapa con la fascinación con que mira un cuadro en un museo, que viva la maravillosa sensación de tocar este objeto de arte. Que se conecte desde otro lugar con la música de su artista favorito, despojado de esa inmediatez y del bombardeo de virtualidad de las plataformas digitales. Si bien no las rechazamos, algunas veces no nos permiten vivir a fondo lo que es sentarse a escuchar un álbum entero sin hacer nada más que estar ahí, presente en el instante, en cada sonido, en cada nota. Editar un disco es el arte del romance.
Discobabydiscos: ¿Por qué seguir pintando cuadros o editando libros? Las grabaciones son obras de arte en sí mismas, que inclusive exceden a la misma canción como un conjunto de acordes y melodía. Una grabación es un registro en el tiempo que queda capturado, como una fotografía. También, es una carta de presentación. Y si hablamos del potencial que hoy tienen las tiendas digitales, una grabación bien posicionada te permite llegar a público muy lejano a tu lugar.
Lo-Fi Records: Para seguir mostrando cómo somos y cómo nos sentimos. Eso es lo que las bandas de Lo-Fi hacen: mostrarle a la gente lo que nos está sucediendo, para que se lo apropien y lo interpreten como puedan o quieran. Es una hermosa manera de perpetuarse y ahí juega mucho la cuestión de seguir editando en físico. De lo digital te podés deshacer fácilmente, en cambio de lo físico… no. Tenés que tirar un pedazo de plástico a la basura o llevarlo a un compra-venta, y aun así vas a seguir existiendo, porque luego otra persona va a darle valor a lo que hiciste. Me gustaría que de acá a diez años generaciones de sangre joven vengan a preguntarme cosas de Lo-Fi. Así me pasó con Ultrasuave, cuando me puse a tocar con ellos, allá por 2008.
Polvo Bureau: Sigue siendo el único modo de inmortalizar la música que hacés. Aunque no la escuche nadie, quedará para la posteridad.
Pontaco: Terminar un disco es dar por zanjadas una infinidad de inseguridades y dificultades. Es como resolver un cubo Rubik, pero con una simbología personal y una entrega infinitamente mayor. Es un paso adelante hacia un nuevo ciclo.
Casa del Puente: Es apoyar a la cultura y a la industria musical de este país, que es pequeña, como una Pyme. Por el lado del sello, consideramos que es muy importante respaldar a los artistas, porque es darle voz, difusión. Por eso hacemos un esfuerzo muy grande todos los días para poder llevarlo a cabo. Nosotros sólo somos un canal para que su mensaje llegue. Traducimos la idea de los artistas a algo físico o digital.
AZ: ¿Qué define al catálogo del sello?
Fuego Amigo Discos: Es complejo hablar de personalidad en un momento programado sobre efectismos y poses. En ocho años definimos una identidad musical y conceptual que como primer rasgo impuso lo colectivo sobre lo personal. En ese sentido, reivindicamos siempre una sintonía entre el carácter único de cada artista del catálogo y a la vez su inclusión dentro de un impulso grupal artístico y activo que promueve el sello. Esa dualidad, sumada a la originalidad del catálogo (transversal a los géneros y también a las generaciones y edades de cada proyecto) creemos que fundamenta lo que hicimos (y también lo que nos negamos a hacer) este año. Así también, esperamos el año que vendrá.
Discobabydiscos: Artistas con una propuesta musical impecable. Parte de dos generaciones seguidas que están en la misma galaxia, aunque en diferentes sistemas solares. Creemos que dentro de lo emergente, tenemos un catálogo heterogéneo pero que dialoga entre sí. No es raro que encuentres a dos de nuestros artistas compartiendo el mismo festival, ¡aunque sus propuestas artísticas pertenezcan a puntos opuestos! Nos parece importante mantener un catálogo pequeño, para así poder darle el cuidado que merece.
Lo-Fi Records: Estar en una circunstancia distinta a la que –generalmente– se dice que tenés que seguir. Eso es Lo-Fi. En fin, somos un grupo de gente que se junta a compartir y nada más. Cuando no tengamos más qué compartir, probablemente se termine todo o quizás nos dediquemos a un rubro que nada tenga que ver con la música. Por el momento, seguimos teniendo canciones para mostrar.
Polvo Bureau: La pregunta del millón. Supongo que al catálogo lo define algo que solemos llamar, medio en broma, la “estética laboral”: una forma de hacer las cosas que caracteriza a todxs los integrantes de los proyectos que conforman Polvo. Nosotrxs no somos Polvo Bureau, Polvo Bureau es nuestro sello.
Pontaco: Confluyen dos cosas: primero es un catálogo de nicho social/cultural. El nexo es El Estrellero, el pasado y presente de sus integrantes. Pero también hay un valor innegable, y es que logramos álbumes de una calidad altísima. No sabría nombrar un sello no mainstream o local que concentre tantas buenas plumas. Quizás es un vacío mío, pero qué más da, arrojar una piedra al río…
Casa del Puente: Al catálogo lo define una palabra: vanguardia. Trabajamos con artistas, tanto nacionales como internacionales, que crecieron muchísimo, como Dive. La premisa siempre pasó por hacer cosas distintas, romper barreras desde el lado cultural y artístico. Poder darle una vuelta de tuerca a las cosas, crear algo nuevo. O en lo posible fresco. No es para nada fácil, pero en eso estamos trabajando. //∆z