Los neoyorkinos de Ra Ra Riot acaban de lanzar Beta Love, el álbum que enmarca el nuevo rumbo de la banda luego de la imprevista salida de la chelista Alexandra Lawn.

Por Nayla Madia

Tras siete años de carrera, Ra Ra Riot supo posicionarse como una de las bandas indies más originales de la escena actual. Gracias a la combinación del baroque rock y la utilización de instrumentos de cuerda como el violín y el chelo -y luego de tocar en el MCJ Music Marathon-, la banda logró el reconocimiento de la crítica especializada. Este suceso marcó un punto de inflexión y posibilitó que la banda editará dos placas con éxito: The Rhumb Line (2008) y The Orchard (2010).

Sin embargo, no todo es color de rosa para los músicos oriundos de Syracuse (Nueva York): a través de la cuenta oficial de la banda en Tumblr, la Chelista Alexandra Lawn decidió alejarse de la agrupación. Este inesperado suceso implicó un quiebre para el grupo. En vez de incorporar nuevos integrantes, el ahora cuarteto formado por el vocalista Wes Miles, la violinista Rebecca Zeller, el guitarrista Milo Bonacci, y el bajista Mathieu Santos optó por un cambio de rumbo a nivel musical. El resultado es Beta Love, el tercer álbum del grupo, que tiene la particularidad de haber sido grabado en Mississippi, bajo la producción de Dennis Herring y la colaboración del baterista Josh Freese (A Perfect Circle, NIN).

Desde el proceso creativo la banda buscó que esta nueva producción discográfica abarcara una temática que  permitiera lograr un disco conceptual. Como su nombre lo indica, Beta Love abre una mirada reflexiva acerca de la manifestación del amor en una era donde se produce el avasallador avance de la tecnología y la   interacción humana mediada digitalmente. En relación a este abordaje futurista los músicos han manifestado que para componer las once canciones que integran el álbum se inspiraron en los descubrimientos del inventor estadounidense Ray Kurzweil (especialista en inteligencia artificial y futurología) y el escritor de ciencia ficción William Gibson (considerado el padre del movimiento “cyberpunk”).

En cuanto al aspecto auditivo, este nuevo material presenta canciones marcadas por una base mucho más electrónica la cual se combina con toques de pop y folk. “Dance with me”, la primera canción del disco, comienza con un ritmo furioso y parece anticipar la idea central del disco, ya que si bien propone un cuestionamiento en torno al amor, ello no implica que el álbum se torne oscuro. Por el contrario, desde el primer tema irrumpen con fuerza los estribillos alegres y pegadizos junto a melodías sumamente bailables, que llegan como una bocanada de aire fresco.

Esta energía mantiene al disco bien arriba con canciones como “For Once”, “Angel Please” y “Binary Mind”, donde los sintetizadores toman el control. Luego llega “Beta Love”, canción breve pero bien pensada gracias a la yuxtaposición de instrumentos como el teclado y la batería. A continuación, “Is It Too Much” comienza con un segmento instrumental cercano a la bossa nova que le aporta al disco un aspecto sumamente original y novedoso.

Posteriormente, “What I do for U” combina el estilo synthpop junto al marcado sonido del bajo, que le otorga densidad a la canción, y la convierte en una de las más experimentales del álbum. Siguiendo esta línea, When I Dream” marca otro de los puntos fuertes del disco. El tema arranca con potentes sintetizadores que se enlazan a una batería sonando con firmeza junto a los sublimes falsetes de Wes Miles, dando lugar a uno de los momentos más intimistas.

Sorprendentemente, cuando la electrónica y los riff de guitarra eléctrica parecían apoderarse del álbum (en temas como “That Much”), se produce un giro inesperado. Llegamos a la segunda parte del disco, en la que  la banda presenta un sonido más sutil e incorpora vientos en temas como “Wilderness ” y “I Shut Off”, la última canción del disco.

Sin bien en un primer momento la escucha de este nuevo material genera la sensación de un cambio demasiado abrupto, a medida que avanza el álbum es posible percibir que el gran mérito de la banda al lanzar Beta Love -más allá de las particularidades de cada canción- se vincula a la capacidad del grupo para surfear en nuevos territorios sonoros. Lejos del sonido que los llevó a la fama con canciones como “Boy” y “Foolish”, Ra Ra Riot logró revertir eficazmente la salida de Law con un disco que no solo contiene una excelente calidad desde lo auditivo sino que también, a partir de melodías sumamente bailables, demuestra que no todo está perdido.

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