En la segunda fecha del FestiZAS estuvieron desde La Plata los Crema del Cielo y Sr. Tomate. También estuvo Pablo Krantz en versión eléctrica y cerraron la jornada Los Pakidermos.
Por Gonzalo Penas
Fotos de Jesica Giacobbe
El Zaguán Sur festejó sus 8 años y como no podía ser de otra manera lo hizo con tres fechas bien fuertes, con bandas que siempre pasaron por el lugar y que convocan no solo a sus fans sino también a los habitué del cumpleañero espacio. El ZAS, ese lugar donde uno va con sus amigos a ver un grupo que le gusta y se va con más amigos y habiendo conocido a bandas nuevas; y donde tantos festivales de programas/revistas/editoriales se llevan a cabo, organiza cada tercer fin de semana de octubre el FestiZAS. Tal vez la particularidad, demostrada más que nunca en esta segunda fecha del festival, es que no suele juntar en la grilla a bandas parecidas entre sí. Así se entiende –y bienvenido sea- que Crema del Cielo, Pablo Krantz, Sr. Tomate y Los Pakidermos fueran las bandas protagonistas de la fecha del viernes.
Después de algunos conocidos poemas de Luis Aranosky que contaron con la participación del público abrió la madrugada del sábado Crema de Cielo. Antes de interpretar el primer acorde, Gabriel Rulli (la voz y una de las guitarras del grupo oriundo de La Plata) aclaró que “no son tan brit-pop” como había asegurado Aranosky cuando los presentó desde el escenario. De todas maneras, en acción tienen una impronta bastante britpopera. La guitarra de Fernando Glombovsky y la batería de Eduardo Carreras nos llevan en alguna medida a los ritmos de uno de los géneros por excelencia de mediados de la década del noventa. Temas como “Hoy” y “La Planta” (ambos de Espíritu de Clase, 2010) fueron muy bien recibidos por el público que empezaba a llegar al Zaguán. Con un show de unos 40 minutos los integrantes de la banda bajaron del escenario con sonrisas en sus caras y satisfechos por el recital. El DJ de la noche (Coronel Pali, de Riki Riki Tave) puso algunos clásicos como “Gimme Danger” de los Stooges y el público se volcó a la barra para refrescarse con algún trago.
La calurosa noche primaveral la continuó Pablo Krantz con una particularidad: esta vez el set era eléctrico, con un bajista y un baterista. No suele presentarse en ese formato pero para esta ocasión decidió interpretar sus canciones un tanto más aceleradas que de costumbre. De esta manera, “Bajo cero”, “Quiero aburrirme en tus fiestas familiares” y “Las canciones de amor arruinaron mi vida” – tres clásicos de Krantz- sonaron más post-punk de lo que ya son. Algo similar sucedió con “El bar de la última oportunidad” (dedicada “a los amigos que queremos mucho pero ya no aguantamos más”) y “En los brazos de Clark Kent”. A tono con todo su set, “El príncipe de Gales y la penúltima rolling stone” y la versión en francés de “Corazón Valiente” de Gilda (grabada para la película El Crítico) dejaron satisfechos a todos los que ya habían llenado en una buena parte el ZAS. El muy buen cierre con “Et c’est ainsi que tu t’en vas?” demostró que este costado poco visto –al menos en este último tiempo- de Pablo Krantz es tan bueno como la banda con la que suele presentarse. El público se lo hizo saber con fuertes aplausos y palabras alentadoras al bajar del escenario.
Algunos minutos después de las tres, empezó uno de los platos fuertes de la noche: Sr. Tomate. La banda de La Plata, que cada vez que viene a tocar a Capital tiene a su grupo de fieles seguidores acompañando, hizo un excelente show que hizo delirar a todo el público. Alternando canciones de Ritmo de vida (2008) y Allá en la Tierra (2012) el público vivió uno de los máximos momentos de agite en toda la noche. Si bien una de las primeras canciones fue “La tempestad”, temas como “Demasiadas Veces”, “La palabra macabra”, o “Infarto” hicieron que la velada tuviera los primeros pogos. No fueron los únicos ya que siguieron con “Después de la muerte”, “Dibujo un corazón” y “Aire caliente”. Como si fuera poco, en los bises la banda tocó “Tu tumba cama”, aquel viejo tema de Júbilo y Sorpresas (EP, 2005) que tanto le gustan a su público. Más aun, cuando lo tocan como el viernes, con un ritmo bastante más rápido que la versión original. Fue un punto bien alto en la noche que se mantuvo para el final del set con “Ritmo de vida”. Los integrantes de Sr. Tomate fueron bajando del escenario de a uno, siendo Shaman el último en irse. Todo el público estaba transpirado. Estaba claro que se acababa de vivir un momento tan intenso como contundente en este segundo día de festejos en el ZAS. Mucha gente salió a tomar aire a la calle. Algunos volvieron a entrar. Pero solo algunos.
Cerca de las 4 de la mañana, subieron al escenario Los Pakidermos. Con una impronta bien rockera –la más fuerte de la noche- la banda comenzó a cerrar la segunda jornada del festival. Se había hecho tarde y tal cual pasó el primer día, muchos se fueron cuando terminó la banda anterior. Para un poco menos de la mitad de la concurrencia total que tuvo la fecha, la banda hizo un set frenético –con la guitarra de Julio Crivelli más cruda que de costumbre- y aprovechó los espacios que quedaron abajo del escenario para apropiarse del lugar. Así, Rafael Ferraiolo miraba fijo a los espectadores y fotógrafos que se encontraban –relativamente- cerca y con canciones que fueron recorriendo los discos de la banda, hizo mover tanto a su público como también a los curiosos que se quedaron y conocieron a la banda esa noche. En “Una bandada de pájaros” (de Semi- Rápido, 2012) y en “Vengo de un barrio” (de Los Pakidermos, disco debut de la banda allá por el 2006), el set llegó a su punto máximo. Una excelente manera de terminar la jornada. El público salió rápidamente a buscar un poco de aire a la vereda y se dispersó. Empezaba a amanecer lentamente y todavía quedaba un día más para seguir con los festejos.//∆z