De los puntales del género como Diego Schissi y Agustín Guerrero hasta las nuevas intérpretes de fuego como Julieta Laso y Victoria Di Raimondo, el año de la pos-pandemia trajo otra buena colección de discos trascendentales.
Por Facundo Arroyo
Como una red de agua potable que se establece en una zona, del Nuevo tango argentino siguen brotando artistas y discos. Este año se registraron más de treinta, de la milonga al tango canción, del foco electrónico al criollo. Instrumental y de autor, orquestal y solistas. Cada vez más protagonizado por mujeres que ofrecen una nueva perspectiva a una música que nació en el malevaje y en los prostíbulos de la costa del río bravo. Un circuito que, como el del jazz, son alternativos en Argentina, pero hacen base por opulencia de estudio, composición y shows, ahora, en vivo.
ArteZeta seleccionó diez LP’s que, de ida y vuelta, reflejan el pulso de sus mayores referentes, amplitud, focos estéticos y líneas narrativas diversas. Injusta como toda selección, este repaso sirve para armar tu propio árbol de un género que incluye a las minorías y no se muere en la tradición ni en el for export, que también existe. El Nuevo tango argentino no se hace sólo desde Buenos Aires y esa es otra prueba de su vigorosidad actual. Rompan el cerco mediático que sufre el género y fortalezcan el corazón de los compositores para que versos como este de Acho Estol –“No importa lo que hacés si nadie mira / Lo decía el fileteado de un camión”- tengan una nueva interpretación.
1) Té (2021) – Diego Schissi Quinteto
Cuarenta y siete palabras son las que tiene “POR”, canción compuesta por Luis Alberto Spinetta y Patricia Salazar e incluida en el trascendental disco Artaud (1973). Forman entre sí un rompecabezas sin sintaxis posible que inspiraron a Schissi y a su Quinteto de vanguardia a pensar una obra en relación a veinte de esas palabras: diecinueve canciones y un título. Estos retazos de música instrumental corresponden a distintos estados de ánimo del compositor con fuga definitiva hacia la obra conceptual. Densa, compleja y de largo aliento. Con suspiros de Spinetta que apenas salen a la superficie como en “Nube”, alternando composición y melodía de referencias hechas por el fundador de Pescado Rabioso. La descendencia más clara de Piazzolla en el nuevo tango cumple con uno de los puntos de su fundamento: pensar la música argentina en tanto tradición popular y no por género. Este proyecto fue anunciado durante varios años por su compositor y durante este 2021 finalmente vio la luz. Dale luz al instante.
2) La caldera (2021) – Julieta Laso
Además de ser la continuación del celebrado Martingala (2018) y de insistir con la estética del Río de La Plata, en La Caldera (2021) Juli Laso profundiza un foco argentino. Anclada entre los ‘60 y los ‘70, las canciones que la intérprete más sobresaliente de los últimos años en el circuito de Buenos Aires elige tienen un hilo narrativo diverso. Uno de ellos es el cine: ahí está la escena de Graciela Borges bailando en La ciénaga mientras suena “Cara de gitana” (Diego Magal – Rubén Lotes), Sandro con “Corazón de Lobo” o el faro definitivo de esta guía de selección con “Trapito” (Néstor D´alesandro). Sumado a esa decisión, Laso no pierde el foco contemporáneo y agrega además dos temas de Diego Baiardi, su socio compositor (“Desatanudos” y “Muñecas”) y hasta uno de Lucio Mantel. Esa canción llamada “La sombra” fue compuesta exclusivamente pensando en Laso y su voz. Una que, como dice ella, suena a fonola con tierra y, de a poco, se forja en el centro de una escena que la desea tanto como intérprete, pero también como traductora.
3) Hikikomori (2021) – La Chicana
Si bien a La Chicana siempre se la ha relacionado con el tango por tenerlo como hilo conductor, eso no está tan claro durante sus últimos diez años de carrera. De Revolución o Picnic (2011) a este nuevo Hikikomori (2021), el centro gravitacional fue más bien la música popular del Río de La Plata con estandartes como Charly García y Tata Cedrón. Y estas nuevas dieciséis canciones no son la excepción. Sin ir más lejos, hay una versión criolla de “Pedro trabaja en el cine” (Charly García), una interpretación cumbiera de “Malísimo” (Negro Rada) y una experimental y yumbera de “Candombe del que hasta ayer reía” (Alposta-Cedrón). Lo demás, no menos importante, son composiciones de Acho Estol que siguen manifestando su gusto por la cultura rock y los bordes de los folklores del mundo más cancioneros. Un cóctel de un bazar atendido por la voz de Dolores Solá en donde, como decía García, “los espejos son sonrisas y la sortija, un aparato de amor”.
4) Juntos y separados (2021) – Tango Cañón
Del Cuarteto Coviello al trío Cañón, para finalmente lograr la síntesis de un dúo constituido por Julio Coviello en bandoneón y Nicolás Di Lorenzo en piano más bombo y definir así su nombre: Tango Cañón. Una unión que le presta real atención a las rítmicas del género, y que se atreve a pensar tanto en términos orquestales como en los individuales. Aún así, este segundo disco (dedicado a Raúl Scalabrini Ortiz y a Quino) arranca con canciones como “Puerto” y “El cedrón y la lechuza”, donde la melodía se vuelve trascendental para el ánimo, la geografía y la estética. Además de haber editado Brujos (2017), tanto Coviello como Di Lorenzo representan dos piezas claves del Nuevo tango argentino. En ellos respira la Fernández Fierro, el nuevo ensamble del Tata Cedrón y hasta su propia milonga llamada “La milonga del pez cañón”. Una real explosión activada en el inicio de esta nueva era.
5) Horacio Salgán Piano Transcriptions (2021) – Pablo Estigarribia
Hace exactamente treinta años, en los Lagos de Palermo, tuvo lugar el “Festival de pianos en el escenario del lago”, un ciclo de conciertos de piano solo en el que participaron grandes artistas como el Cuchi Leguizamón, Baby López Furst y Horacio Salgán. El hecho de que este último tocara un repertorio de tangos en piano solo era ya un acontecimiento sumamente especial, ya que generalmente se presentaba, o bien con Ubaldo De Lio, o con el Quinteto Real. No se había planeado registro alguno del evento, pero por suerte el Mono Fontana -que comprendía la importancia histórica del concierto- lo grabó por sus propios medios. Así como lo hizo aquel trabajador de Phillips en el histórico regreso de Mercedes Sosa al país luego de su exilio con la versión de “María va”, que tocó junto a Antonio Tarragó Ros. La grabación del Mono llegó a las manos de Estigarribia hace más de una década y, siendo un fanático de la música de Salgán, el músico quedó totalmente embelesado con ese documento sonoro: era un concentrado de buen gusto, swing tanguero, armonías increíbles y destreza técnica. Desde entonces, tuvo el profundo deseo de transcribir todo ese recital y estudiarlo. Para Pablo Estigarribia, con incontenible CV personal, ese archivo fue como hacer un doctorado. Le dedicó años de trabajo y, gracias a la pandemia y solvencia extranjera, logró terminarlo.
6) Estupidez (2021) – Agustín Guerrero Quinteto (con textos de Pablo Marchetti)
Un poeta comunicador y un músico de estudio y calle cruzándose, reflexionando existencialismo, entrando juntos a las noches sin fechas, activando el WhatsApp para una nueva idea, adjuntando un mail con alguna base progresiva o clásica, popular, tanguera o criolla. Dos artistas pensando en la estupidez humana con recitados e instrumentales de cierre. Haciéndola obra, conceptual, musical y narrativa. Una estupidez con rasgos criollos, pero también universales. Una que arruina un asado y también el mundo. Una que, con un poco de buena voluntad, podría ser menor. Quizá una obra artística como Estupidez (2021), de Agustín Guerrero y Pablo Marchetti, abogue para eso. Para que el mundo sea un poco menos estúpido. Estupidez para el mundo con música, con ironía, con sarcasmo, con arreglos demenciales. El niño prodigio del NTA, que ya es hombre de pelos y peleas, entre sus múltiples proyectos que acarrea desde hace unos años también se hizo presente en 2021 desde la edición. Salud universal para su desparpajo hecho obra con edición física de lujo.
7) 100 (2021) – Escalandrum
Se esperó bastante para que Escalandrum, esa banda de ensueño en la que participa un músico con apellido Piazzolla, se dedicara un tiempo a explorar el mundo de Astor. Lo hicieron con el tremendo Piazzolla Plays Piallozza (2011, Gardel de oro) y ahora se fue la segunda. Un 100 (2021) que busca el festejo por el centenario del astro, pero también la exploración de los rincones. Para este nuevo trabajo, grabado en los estudios Abbey Road y algunas sesiones en ION, hay hasta un arreglo original del abuelo de Pipi. Es impactante y movilizante escuchar a Escalandrum, ese remolino perfecto de jazz, acompañar un solo de Astor Piazzolla inédito (“Suite troileana”). Montaje y realidad, cosas de este siglo. A raíz del centenario del compositor más importante de la música argentina, también se editaron Piazzolla Lado B de Mariana Villalobos, Piazzolla – Rovira: the edge of tango de Sónico, Hora Cero de Paralelo 33 y Piazzolla 2021 de la francesa Louise Jallu, entre otros. Astor para no parar.
8) Canciones con niebla (2021) – Cuarteto La Púa y Victoria Di Raimondo
El Cuarteto La Púa, que funciona desde 2006, tomó una decisión clave dentro del género y el circuito que transitan: incorporar letras e interpretación al proyecto. Porque nace eso en el NTA, la necesidad de un aporte al género. Y qué cantante agregaron: la tremenda Victoria Di Raimondo, oscura y filosa, de Mendoza y ex Altertango. Lo primero fue Mariposa negra (2017) y ahora la afirmación de lo nuevo. Canciones con niebla (2021) es un LP de seis tracks que bordean la urbanidad de la noche con nostalgias y desesperación. Con los desechos de la ciudad y una mujer cantante poniéndole los puntos a los desbordes del cotidiano. Brava, Di Raimondo, eleva la voz en “Descampados” cuando dice, apoyada en el perfume que mejor le queda al cuarteto: “Milonga mustia, milonga negra, si el polvo no se subleva será noticia, será justicia, será otra tumba sin pena”. El Cuarteto guitarrero, con mucha púa, está integrado por Leandro Angeli, Cristian Huillier y Juan Otero en guitarras más Pablo Sensottera en guitarrón criollo. Junto a Victoria son los autores de las seis canciones, que están resguardadas detrás de la mejor tapa de esta selección de discos: una oveja que tiene aspecto de lobo. Una imagen con mucha presencia, con sectores con fuera de foco y pasado a un fondo magenta. Una guardiana que, si es preciso, puede picarse y ponerte los puntos. Como el canto de Di Raimondo, como las púas del cuarteto.
9) Bandoneón de concierto (2021) – Daniel Ruggiero
El segundo disco solista del académico y músico de extensa trayectoria Daniel Ruggiero cuenta con dos lados en términos de vinilo: “Bando y banda” (I, II, III) y una segunda parte denominada “De Nacar” (I, II Y III). Bandoneón de concierto (2021) busca nuevos colores sonoros y compositivos en el género y reelabora el lenguaje tradicional con el bandoneón como eje conductor en un marco orquestal. Durante la primera parte está el riesgo de la disrupción y en el lado dos un diálogo más amable con la tradición, esto sin hacer base en ella. El disco es el final de un proceso de estudio, exploración, escritura, ensayo y grabación de las obras con foco en el bandoneón. El tango y el bandoneón (el que se toca en Buenos Aires) nacieron separados, pero paradójicamente crecieron y se desarrollaron juntos y todos los períodos históricos del género están signados por el instrumento. Con esa visión nació este disco: en busca del aporte de una nueva perspectiva en el instrumento y en el género. La orquesta lo espera.
10) Viento sur (2021) – Trova tanguera
La Trova Tanguera nació de la necesidad de construir una obra colectiva y una mirada militante desde el tango. Cada participante de este proyecto donó su saber y su arte para realizar una obra conceptual que los define estética y políticamente dentro de un género que ha transitado diversas ideologías y épocas. Este primer material, con un total de diez canciones, sirve para encontrar muchos, muchísimos, nombres de la nueva escena del tango. Productiva y sin frenos. El proyecto está coordinado por Vanina Steiner, Luz Balaña, Pablo Sensottera y Cintia Trigo. Cuenta con letristas como Alejandro Guyot, Coni Banus, Juan Serén y Marisa Vázquez y compositores como María Laura Antonelli, Elbi Olalla, Noelia Sinkunas y Juan Martín Scalerandi, entre otros y otras. Por las versiones, que van de lo más tradicional del tango a las milongas “con corajes de mujer”, se pasean intérpretes como Gisela Magri, Julieta Laso y hasta la Orquesta Típica La Vidú.