Juampi Di Cesare se encuentra en pleno proceso de grabación y mezcla de su tercer disco solista –Monotoro– y se vale del financiamiento colectivo para costear el proyecto. Viajes, introspecciones y crecimientos sonoros en esta charla con AZ.

Por Pablo Díaz Marenghi
Foto de Inzendies

Juampi Di Cesare es una de esas personas que nunca se queda quieta. Oriundo de Mendoza, arribó a Buenos Aires con su guitarra al hombro y sus canciones para compartir su mundo y vivir del arte que lo mantiene vivo. Renegando de las etiquetas del clásico cantautor, grabó dos discos solistas: Silencio y Volumen(2011) con un sonido más intimista, desnudo, con tintes de folklore y aires cuyanos; y Humo (2013) con un sonido más experimental, polivalente, cargado de guitarras eléctricas, baterías y arreglos varios. El recorrido de Juampi no se detiene: se encuentra a punto de lanzar su tercer álbum solista, Monotoro, en donde vislumbra un crecimiento y un paso más dentro de su propia indagación sonora, artística y musical. A través de la plataforma Ideame se encuentra realizando una campaña de financiamiento colectivo para solventar los gastos que implican la grabación de un disco de manera independiente y auto gestionada. A cambio, ofrece recompensas como discos (nuevos y anteriores) créditos como co-productores, entradas, shows privados y horas de grabación en estudio. Además, le propone a quienes quieran colaborar que no se lo tomen como una mera ayuda sino que “sean parte de la música”. Juampi habló con AZ respecto aMonotoro, al camino que lo llevó a configurar este proyecto y a los nuevos rumbos que recorrerá abrigado de nuevas melodías.

AZ: Acabás de lanzar una campaña de financiamiento colectivo para terminar el proceso de grabación, mezcla y mastering de tu tercer disco solista –Monotoro– . ¿Cómo se fue desandando este camino hasta llegar a tu último disco? ¿De qué se trata?

Juampi Di Cesare: Empecé a componer el Monotoro en agosto del año pasado, cuando edité Humo (Las Gracias-2013). Desde aquel entonces he estado muy motivado, quería llegar a este punto desde hace tiempo.

AZ: En tus discos anteriores se nota un camino recorrido, vivencial, experimental y de una búsqueda sonora propia. Desde Silencio y Volumen -con un sonido más desnudo, intimista, acústico- luego Humo -con una pluralidad instrumental más marcada, más rockera- y ahora con Monotoro. En cuanto a musicalidad, ¿cómo podrías describir el sonido de Monotoro?

JDC: Mis discos anteriores, Silencio y Volumen, y Humo, están ligados, pertenecen a la misma hora creativa, son canciones y procesos de composición que empezaron en el 2009 y terminaron en agosto del 2013. Imaginate que las cosas cambian en 5 años, el pensamiento sobre todo. De algún modo he estado acorchetando estos años en dos discos.

Cuando terminé (liberé) este proyecto, me arrojé de lleno a la forma del monotoro, con toda libertad y nada de prehechuras. Da cappo. Frente a laberintos de hojas en blanco y la opresiva libertad de hacer lo que se me cante, terminé hace no mucho las 13 canciones que componen el álbum, me da la impresión de haber dado un salto igual de distinto al que hubo entre SyV y Humo.

AZ: Una particularidad dentro de tus canciones es el concepto del “Andavoz”. ¿Podrías explicar cómo surge y de qué se trata?

JDC: El andavoz surge como un tema instrumental para el cortometraje de un amigo mío, músico de Limón, en el momento en que las canciones que estaba haciendo ya perfilaban para algo que no era la banda (2009, en este año decidí seguir por la carrera de solista, después de 10 años de tocar en bandas). El andavoz es el pensamiento del caminante, un vector inagotable; siempre caminamos, aunque no lo hagamos, es parte del camino no caminar; encuentro en esto, entonces, un lugar hemorrágico, del que brota siempre un dato. Es por eso, que los andavoces vienen escoltando los discos que hago desde el 2011. El monotoro tiene las partes Andavoz V (pájaro negro) y Andavoz VI.

AZ: ¿Cómo fue que te decidiste a apostar por el financiamiento colectivo para bancar este proyecto discográfico?

JDC: Por encontrar la salida en esto, pero sobre todo por la valorización del disco nuevamente. Una vez que me metí en el crowdfunding me di cuenta. La gente participa a modo de proyecto en generar un objeto de transmisión cultural, es muy groso el movimiento. Me pasó antes, para empezar a entender de que iba, de participar de otros proyectos de financiación colectiva, como Brasiliala fallida tierra de nunca jamás, un libro foto-socio-morfo-aqruitectónico del arquitecto Mauricio Waisman, la sensación que tuve fue: 1º belleza! 2º hicimos un libro.

Solo menciono el estado en el que se encuentra la industria fonográfica (la autónoma). Cada vez se venden menos discos y es ya casi improbable que no puedas bajar el que quieras gratis de internet. Soy de los que alguna vez dijeron: esto es lo que hago, acá está, bájalo gratis. Pero la pelota no volvió. El público se quedó con eso, a la vez que yo me endeudaba confiado en que en los shows en vivo, por más de que lo tuvieran en su reproductor, querrían tener el disco, ayudar-colaborar con el artista que les hace pasar 40 minutos de su vida de una manera distinta. Ahora no pido ayuda, ahora digo participá, hagamos la música.

[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=s0sTWymTFHY[/youtube]

AZ: Para los que aún no te conocen, ¿Cómo fueron tus inicios dentro de la música?

JDC: Precozmente subí al piano de mi abuela con muy cortos años y empecé a tocar de oído una canción de una película que habíamos visto la noche anterior, en los años sucesivos, mi abuela se encargó de abastecerme de instrumentos, no salí futbolista.

AZ: ¿Te enmarcarías dentro de un estilo, sonido -canción, cantautor- o preferís no preocuparte por las etiquetas y los géneros?

JDC: Me preocupa lo que se entienda por género, digamos, objetivamente soy canta-autor no? Pero imaginate que el que lee una gacetilla que reza: juampidicesare/cantautor, esta noche blah blah… Puede pensar: -Naa, no me gusta la trova.- Digo, un suponer. Y yo no hago trova. Soy mi música, siempre esquivo esa pregunta haciendo escuchar lo que hago.

AZ : Sos oriundo de Mendoza, una provincia que viene aportando grandes músicos y bandas a la escena -pienso en Mariana Paraway, Mi Amigo Invencible (donde canta y toca tu hermano Mariano) o Agustina Bécares, por citar sólo algunos ejemplos- ¿Cómo ves la escena musical y artística propia de esta provincia?

JDC: Destapada, desprejuiciada, activa, potente, cebada, un tanto creída, fresca, subestimada por partes y sobrevaluada por otras, viva.

AZ: ¿Cómo fue integrarte a la escena de Buenos Aires en dónde ya estas radicado hace tiempo?

JDC: Estoy en pleno proceso de integrarme, he tenido suerte de conocer buenos amigos que me están convidando de sus mundos, a la vez que voy sembrando con mis discos y videos un porvenir, incierto a decir verdad, pero apasionante. Musicalmente, ha sido muy grato encontrarme con Tomás Finkelstein (baterista de Chau Coco), con Diego Rodriguez (bajista de Vúmetro), Pablo Maeda, y re encontrarme con Pablo di Nardo, músico autor de Mendoza, con el que tuvimos la oportunidad de tocar juntos hace mucho tiempo atrás allá en el oeste argentino. Todos ellos, hoy, son la banda del monotoro.

AZ: ¿Cuáles son los futuros proyectos en torno a Monotoro? ¿Habrá una presentación formal, shows, alguna gira?

JDC: El proyecto principal hoy del monotoro, es concretarse, entrar al estudio el 8 de agosto y conocer la calle el 28 de septiembre. El 15 de noviembre se presenta formalmente en capital federal, el 12 de diciembre en San Juan y el 13, al otro día en la provincia de Mendoza.//∆z

[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=jZ9lzE6oYOY[/youtube]