A días de haber regresado a la Argentina, Tom Chapman, bajista de la mítica banda de Manchester, explica cómo es calzarse los zapatos de Peter Hook.

Por Guido Scollo

Foto por Andrew Robinson

Hace pocos días se viralizó una publicidad de una cadena de tiendas en la que, a través de un piano, se recorre la vida de Elton John. Al final, el slogan reza: “Algunos regalos son más que un regalo”, dando a entender lo importante que fue haber recibido el instrumento en su infancia. Algo similar le pasó a Tom Chapman, actual bajista de New Order, pero con una canción. Cuando escuchó por primera vez “There is a light that never goes out”, de The Smiths, tenía dieciséis años y pocas nociones musicales más allá del pop. “Un amigo me la hizo escuchar. Desde ese momento, todo cambió para mí”, recuerda el bajista. “Además, hizo que me enfocara en la ciudad de Manchester, de donde proviene esa música”. Más adelante, a los veinte, se mudó de su Francia natal a la ciudad inglesa en busca de una carrera como músico.

Dos décadas después, en 2014, al momento de iniciar las sesiones de Music Complete (2015), New Order se estaba reorganizando: Gillian Gilbert, su tecladista, regresaba al estudio luego de trece años de ausencia, mientras que Peter Hook, su histórico bajista, no iba, por primera vez, a formar parte de una grabación. Chapman, entonces, se puso sus zapatos y, lejos de querer imitar su inconfundible sonido, plasmó uno propio. “Tocar un instrumento se trata de expresarte a vos mismo. No tiene sentido copiar las notas de otro”, sostiene, a pocos días de haber pasado por Argentina, donde junto a su banda dieron un show en el Estadio Obras.

AZ: Cuando New Order comenzó a tocar, vos tenías ocho años. ¿Recordás cómo conociste a la banda?

TC: Luego de escuchar por primera vez la canción de The Smiths empecé a descubrir a otras bandas de Manchester, como Joy Division, New Order y un montón de cosas que salían en Factory Records. Principalmente escuchaba el disco Power, Corruption & Lies (1983). La música de esa ciudad realmente resonaba en mi personalidad. Y desde que me mudé (1993) en adelante, trabajé muy duro para lograr establecerme como músico hasta llegar a la banda.

AZ: ¿Y qué representa ser ahora parte de esa historia que tanto te conmovió de chico?

TC: Cuando sos adolescente soñás con algún día ser un músico exitoso, y tocar en New Order representa la concreción de ese sueño. Es increíble trabajar con ellos. Llegar a ser músico en este nivel es algo muy difícil, no mucha gente lo logra. Entonces, todavía me sigo pellizcando. ¡Ahora giro por todo el mundo con esta banda! Pero la belleza real es verlos trabajar en el estudio, donde escriben su música. Tienen un acercamiento muy inusual con las canciones, piensan de un modo completamente fuera de lo común. En la grabación de Music Complete había diferentes equipos para escribir. Yo trabajé con Phil [Cunningham, actual guitarrista], mientras que el resto lo hacía por su cuenta. Todos traíamos ideas y luego las convertíamos en temas. Quedamos muy felices con el resultado.AZ: En una crítica acerca del disco, la edición norteamericana de Rolling Stone dijo: “Al igual que el suicidio de (Ian) Curtis inspiró a sus compañeros de banda para reinventarse como New Order en 1980, la salida de Hook les dio la libertad de crear su trabajo más variado y substancial en décadas”. ¿Cuál fue tu rol en la composición?

TC: Tenía que llevar mis ideas, mi forma de tocar, a la banda. Una de las mejores cosas al escribir ese disco fue la libertad que nos dieron como músicos, algo muy astuto. Por eso creo que Music Complete terminó siendo un gran disco. Trató acerca de una banda que se estaba rejuveneciendo. Ya sabés, nuevos miembros, nuevas ideas. Una banda necesita química para trabajar, y creo que New Order la tuvo, pero ahora es diferente. Todos nos llevamos bien, nos respetamos, la banda está bien balanceada. Es casi como volver a empezar, y ahí está la belleza de New Order: tiene algo en el ADN que hace que se reinvente. La música parece ser más importante que los miembros de la banda.

AZ: ¿Sentiste la presión de reemplazar a un bajista tan icónico como Peter Hook?

TC: Sí, cuando me uní a la banda en 2011 sentí una gran responsabilidad. Había un poco de presión para ver si iba a poder estar a la altura, y si los fans y la prensa me iban a aceptar. Los shows eran geniales y sentimos esa conexión entre todos. No tenía que imitarlo, no quería hacer eso. Quise sumar mis propias influencias y estilos. Y los otros miembros de New Order me alentaron a darle algo nuevo a la música. Estaba esa presión, pero también tenía la confianza en mis habilidades, y a los dos años ya me sentí cómodo en mis zapatos. Hoy siento que soy el encargado de las líneas de bajo.

AZ: Recientemente, Johnny Marr dijo que la música de New Order es “agridulce” y, previo al show en Buenos Aires, Gillian Gilbert la calificó de “eterna”. ¿Cómo la definirías vos?

TC: Innovadora y melancólica. Pero siempre con un poco de esperanza. Mucha de la música de Manchester parece ser fiel a esa definición. Es agridulce pero siempre hay un mensaje de esperanza.

AZ: El último lanzamiento de estudio de la banda fue en 2015, pero a pesar de eso siguen haciendo giras por todo el mundo. ¿Para New Order, los shows en vivo están por encima de otros esfuerzos?

TC: No. Cuando arrancamos en 2011, era una banda nueva y no teníamos ningún disco para presentar. Y había algo muy relajante en eso de salir a la ruta mirando para atrás en el catálogo de New Order. Hicimos eso por un par de años, pero no queríamos ser una banda dinosaurio. Esos que terminan girando con sus discos anteriores para siempre. La clave en la industria musical es reinventarse todo el tiempo, y creo que New Order logró eso.

AZ: Debido a la reprogramación de su show en Santiago de Chile, volverán a presentarse en ese país en enero. ¿Hay planes para regresar a Buenos Aires?

TC: No hay planes de ir a Buenos Aires por el momento. Pero tal vez, ¿quién sabe? Personalmente, la Argentina es mi país favorito de Sudamérica para ir y tocar. Me encanta su gente y amo Buenos Aires. Es siempre una alegría viajar a la Argentina. //∆z