Luego de tres años sin presentar nuevo material, Muse lanza The 2nd law, su sexto disco de estudio. Un álbum marcadamente experimental que sintetiza el rock, la electrónica y la música sinfónica demostrando la constante evolución del trío ingles.

Por Nayla Madia

Un infinitivo para definir a Muse es: innovar. Tras haber ganado un premio Grammy en la categoría Mejor Álbum de Rock por su disco The Resistance (editado en el año 2009), el grupo británico regresa con The 2nd law. Desde el arte de tapa del disco se vislumbra una representación del cerebro humano, enfatizando -a partir de colores fluorescentes- los circuitos que establecen las neuronas al realizar el mecanismo de procesar información.  A su vez,  el nombre del álbum está relacionado con la Segunda Ley de la Termodinámica  -una de las leyes más importantes de la física-  la cual dictamina que, si bien la materia y la energía no se pueden crear ni destruir, sí se pueden transformar.

Estos conceptos –tan relacionados con los intereses de Matthew Bellamy, vocalista de la banda- parecen conjugarse con lo sonoro. Esta idea de sinapsis, conexiones simultáneas y transformación queda expresada a lo largo de las quince canciones que conforman este LP. Tal como afirma Bellamy: “Cada canción ha sido producida de manera  muy específica. Creo que definitivamente es nuestro álbum más diverso”.

El disco comienza a todo ritmo con “Supremacy”, una canción en la cual durante los primeros veinte minutos se aprecia un potente guitarreo que se mezcla con arreglos orquestales y la presencia de una contundente batería. A todo esto se le suma el falsete de Bellamy, que termina conformando una melodía cargada de misticismo.

Posteriormente, se produce un cambio musical y llega “Madness” (un tema más intimista y reflexivo), seguido por “Panic Station”, sin dudas será uno de los tracks que más llamen la atención dentro del álbum, ya que expone un estilo de canción totalmente atípico en Muse. Se trata de una melodía bailable y pegadiza que por momentos -al recurrir al funk- recuerda a “Suicide Blonde”, del  grupo INXS.

A continuación, “Prelude” instala el clima instrumental y le da lugar a “Survival”, tema oficial de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Le sigue un sonido más pausado en  “Follow me”, canción que a medida que avanza comienza a fusionar el rock con la electrónica, marcando algunas semejanzas con canciones como  “Love is Blindness” y “Acrobat” de la banda irlandesa U2. En ese sentido, Bellamy lo confirma: “Hemos estado de gira con U2 el año pasado en Sudamérica. Definitivamente hay un poco de influencia de ellos en este nuevo álbum, sobre todo nos influenció Achtung Baby.

Siguiendo el recorrido musical irrumpe “Animals”. La densidad del sonido de este tema queda plasmada gracias a la utilización de sintetizadores y buenos arreglos de guitarra eléctrica, en una melodía envolvente que  se combina con una letra crítica donde el grupo expone los problemas que acarrean en el mundo actual la manipulación, el poder , la ambición y el egoísmo.

A esta canción le sigue “Explorers”, una melodía hipnótica en la que predominan los coros y el sonido de un potente bajo. Según detalló Matt “tiene que ver con el hecho de sentirse como un alienígena en tu propio planeta. Es sobre el deseo intenso de crecer y expandirse;en algún momento la naturaleza será una minoría“.

Una particularidad de este nuevo álbum, es que  el baterista Chis Wolstenholmel presta su voz  en dos canciones: “Save me”  y “Liquid State”, una de las melodías más rockeras del disco. Finalmente llega “The 2nd law” la última canción del disco, dividida en dos partes: “Unsustainable” e “Isolated System”, dos piezas musicales centradas en el rock progresivo y el dubstep, que culmina en un sonido sumamente enérgico. “Es el ruido de la humanidad en un diminuto planeta en medio de la nada”, detalla Bellamy.

Teniendo en cuenta la discografía de la banda, The 2nd law es un álbum completamente diferente y estructurado a partir de una gran heterogeneidad sonora que invita al oyente a atravesar un torbellino de sensaciones durante los cincuenta y tres minutos que dura el disco. Con este nuevo LP, resulta sumamente perceptible el giro musical de la banda respecto al estilo que mantuvo durante casi dos décadas.

Es precisamente esa capacidad innovadora, esta posibilidad de asumir riesgos, lo que permite que el grupo de Teignmouth continúe en busca de nuevos sonidos, demostrando que siempre tienen algo nuevo para ofrecer.//z

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