El domingo en el Teatro de Flores hubo euforia y pogo. Nadie se quiso perder estar cerca de la provocadora Taylor Momsen, la joven actriz, modelo y cantante de una de las bandas más llamativas que dio la escena under neoyorkina: The Pretty Reckless.

Por Gonzalo Iglesias

Foto de Nadia Guzmán

Superado el frío tras la larga espera antes de ingresar al Teatro de Flores, donde los asistentes -en su mayoría chicas sub 20- que se quejaban insistentemente por el mal manejo en el ingreso de las colas diferenciadas, hicieron que este fotógrafo devenido por una noche en cronista, no dejara de pensar en la cantidad de veces que esperó sin chistar en la fila para entrar a un megafestival o al más pequeño de los bares rockeros para ver una banda. Pero no nos vayamos de tema y hablemos de lo ocurrido en la noche del furioso show de The Pretty Reckless.

Al ingresar encuentro en plena acción, a las chicas de Heartless: poder sonoro y actitud que no se suele ver a menudo. La banda formada por cinco chicas, está escalando en la escena rockera pesada demostrando que, si bien “es difícil tener una banda de chicas”, sienten el apoyo y la buena onda del público.

Más gritos, música en los parlantes y a las 21:35 clavadas se devela el misterio tras el telón. Luces amarillas y humo. Los músicos ingresaron uno a uno, y la última fue la ovacionada blonda, Taylor Momsen, de pelo hasta la cintura y remera negra del Che. Canto de cumpleaños de por medio (cumplió 19 años el 26 de Julio), y el primer tema en iniciar la descarga de la noche fue “Hit Me Like A Man” y le siguieron “Since you’re gone” y “Zombie”.

Un corpiño llegó volando al escenario antes de iniciarse “Miss Nothing” y “Cold Blooded”, y Momsen lo colgó automáticamente en el micrófono. Terminaron estas canciones, la blonda gritó: “¡¿Dónde están mis chicas?!” e hizo que subieran dos fanáticas al escenario que se quedaron sin sus remeras mostrando sus pechos al aire. Hasta la mismísima Taylor, mientras cantaba el sugestivo “Goin’ Down”, se encargó de mostrar lo suyo, aunque estaban tapadas con cruces negras de cinta. Hubo dos canciones ajenas a la banda:”Seven Nation Army”,  de White Stripes y “Aerials”, de System of a Down.

Luego de un impasse la cautivadora líder se calzó la viola para interpretar “My Medicine”, “Make Me Wanna Die”, uno de los temas más saltados y cantados de la noche y “Factory Girl” antes de salir del escenenario. Pero el grito “un tema más, y no jodemos más / one more song” hizo que la banda saliera de nuevo para tocar el acústico y emotivo “Nothing Left to Lose”.

Cuando rockeros de larga trayectoria se dan a conocer a las nuevas generaciones a través de publicidades, marketing y otros menesteres, las nuevas generaciones de bandas como The Pretty Reckless responden con una sencilla formula: retomando el rock más crudo para no olvidar que, en definitiva, lo importante es la actitud y la música.