Hablamos con la banda sobre Fantasía Peligro, su disco debut.
Por Juan Martín Nacinovich
Fotos por Nadia Guzmán
Son apenas pasadas las siete y está atardeciendo lentamente. Poco a poco Buenos Aires se sumerge en su característico clima húmedo. En el barrio de Almagro, en la esquina de Sarmiento y Aníbal Troilo, se encuentra uno de esos recovecos extemporáneos que todavía reniega de la cerveza artesanal y ofrece botellas industriales, o café decente. Nos sentamos en una de las mesas externas del Café Río. En el televisor Nueva Chicago le gana 1-0 a Los Andes por la Primera B Nacional. Mientras Marcos Díaz desenfunda su kit de tabaco, Fabián Tripi se reclina sobre su silla y espera atento al primer intercambio con ArteZeta.
AZ: Durante los primeros registros de Medalla Milagrosa se nota cierta comodidad dentro del paraguas lo-fi, con una continuidad ligada a tu proyecto anterior cuando eras Yoimpresionista. ¿Esas canciones del primer EP, Pasadizo, las venían trabajando antes de que naciera la banda?
Fabian Tripi: La realidad es que los temas del primer EP estaban casi grabados, maquetados y todavía no éramos una banda. Nosotros nos íbamos compartiendo material, había un ida y vuelta interesante. Queríamos sacar algo para poder empezar a tocar. Él eligió unos temas y señaló cierta continuidad, ahí vimos que había un disco para lanzar. En relación al lo-fi nos gusta porque era lo más cercano que teníamos para hacer en nuestras casas, pero también nos gusta el sonido con mejor definición. Es una mezcla de los dos.
Marcos Díaz: Fue lo que teníamos a mano en el momento. Si hubiésemos juntado más herramientas, con la posibilidad de regrabar esos temas de cero, capaz lo hubiéramos considerado e incluso hecho, pero fue un lanzamiento medio urgente. Estábamos ensayando, queríamos empezar a tocar, había un par de fechas y no nos daba arrancar sin nada.
Fabian Tripi: Todavía no teníamos ni el nombre.
AZ: Cuenta la leyenda que en Francia, en el siglo XIX, hubo una Santa a la que se le presentó la Virgen María a través de una suerte de acto clarividente y le transmitió la misión de acuñar una medalla milagrosa alusiva a su Inmaculada Concepción…
FT: Ahora que contas así la historia, con esa fantasía… me encanta pensarlo así, no por una cuestión religiosa sino más mística. Es como robarle a la Iglesia esa palabra, siempre tan ligada a la religión. Pero no tiene nada que ver con la religión ni con ninguna estación de subte. Nos costó mucho el nombre, pero cuando pensamos en él a todos nos gustó.
MD: Teníamos un listado mundial de treinta y cinco nombres. Hasta que pensamos en algunos de Boy Scouts, y quedó el de Medalla Milagrosa por la zona.
AZ: Durante ese primer acercamiento como banda, al principio, ¿lo tomaste a Marcos como una suerte de productor o más bien como un compañero de ruta que te daba una mano?
FT: Era casi el mismo papel de productor pero sin el nombre oficial. Me ayudó mucho. Antes de Medalla grababa incluso peor todavía, por línea, más lo-fi.
MD: Yo estaba cebado, me había comprado una placa para grabar en casa. Y estaba a full mezclando temas míos (Entidad Animada). Me pasó las pistas y las mezclamos, también le grabé unas cosas encima.
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AZ: ¿El resto de la banda cuándo se suma?
FT: Lea (Farina) era conocido de él y también andaba con ganas de armar algo. Tocaba el bajo y era justo lo que necesitábamos. Faltaba solo el baterista. A Martín (Saralegui) lo recomendó Alf, de Verde y los Caballos a Marte.
MD: Le habíamos propuesto a Alf si quería tocar la batería pero estaba hasta las manos con sus bandas. Conocía un pibe que estaba buscando algo así, que le gustaba la onda y nos propuso a Martín. Lo que pasó también es que justo en 2016 dejé de tocar con Bosques y tenía tiempo para meterme de lleno en una banda. Ahí, ante la urgencia, empezamos la búsqueda de los músicos. Hace poco también se metió Nico (Tomassino) en teclados.
FT: Nico tiene un criterio que nos ayuda a cerrar algunas ideas. Por su oficio de grabar, de escuchar, él es más técnico y complementa de ese lado.
AZ: Con el lanzamiento de Fantasía Peligro hubo un salto de calidad sonoro, ¿Pablo Acosta tuvo injerencia en este cambio?
FT: Lo que pasa es que ya grabar ahí (Invisible Estudio) es sonar bien. De hecho nos pasó que lo veíamos demasiado limpio y lo queríamos ensuciar, romperlo un poco. Pero Pablo nos dijo que no seamos boludos, que lo escuchemos un poco más. Y terminó teniendo razón, aunque hicimos algunos cambios.
AZ: ¿Qué querían ensuciar, específicamente?
FT: Queríamos volver a esa cosa más opaca, con las guitarras menos brillosas.
MD: Las voces, más que nada, que las baje un poco. Pero por suerte le hicimos caso. Además del estudio sarpado, los fierros y el talento que tiene para producir y grabar bandas, le cabió la propuesta y se metió en el proyecto aportando un sonido más allá del laburo técnico de productor. Le puso su onda y se nota en el disco.AZ: Hay todo un valor enigmático alrededor del disco, desde el nombre, las letras, la tapa.
FT: A mí no me gusta nada de la idea del disco conceptual. Por ese lado no va. Tengo una libreta donde anoto una frase al pasar, dos palabras por la calle, me gusta eso. Ir completando letras y no decir una idea conceptual de corrido. Quizás no todas las frases tienen que ver con las que siguen, pero ahí está la idea. Voy coleccionando frases y palabras.
MD: Igual, viéndolo desde afuera, pertenece todo a un cierto mundo. Las palabras que usás, los nombres de los temas.
AZ: ¿”El tesoro está…” encriptado?
FT: Es como lo que pasa con el Indio Solari: él está queriendo decir algo pero lo encripta. Bueno, es su estilo, como quieran, pero a mí no me gusta que se vea de esa manera. Lo más lejos posible de ahí.
AZ: Hay distintos tópicos que resuenan alrededor de la órbita del enigma: coordenadas, la guía para el descenso, eslabones perdidos, señales secretas, oráculos.
MD: Es el mapa del tesoro. Está bueno que cada persona que lea las letras las pueda interpretar a su manera. Flashear con qué habrá querido decir, o si fue algo pensado o no. Que quede el misterio ahí. También es un poco la gracia de todo; si hay un factor común en esas frases que separaste, es ese concepto de enigma. Meterse a investigarlo o a descifrarlo puede ser un sin sentido.
FT: Las ideas con las que voy armando las letras a veces no las pienso tanto. Creo que el mensaje llega después. Tampoco me gusta cuando aparece algo y digo: “de acuerdo, esto puede pensarse como determinada cosa”. Dudo un montón, todo el tiempo. Es como la duda sobre la duda. Pero me gusta que se genere esa intriga. Tampoco quiero que piensen que no hay nada porque no es así, sería frustrante.AZ: También se encuentran elementos cyberpunk, retrofuturistas y de vida extraterrestre.
FT: Me gusta la ciencia ficción más retro, de cuando realmente estaban diciendo algo que todavía no existía. Ahora con el avance tecnológico cambió ese panorama. Ya te imaginas más o menos por dónde puede salir todo.
MD: La ciencia ficción actual es menos fantasiosa, ahora capaz hay un chip en la sangre y antes era más el palo de las naves espaciales.
FT: No sé si mis letras son de ciencia ficción porque sería tomarse un atrevimiento grande, pero puede ir por ese lado. Siempre me gustaron los Ovnis, o Carl Sagan, él me encanta, me parece una persona perfecta.
AZ: ¿Sintieron la presión del primer disco? Inrockuptibles los colocó como una de las diez bandas a seguir de la escena local
FT: Presión siento todo el tiempo por el hecho de estar expresándome, diciendo o haciendo algo. La presión de que si gusta o no, de si realmente vale la pena.
MD: Cuando se arma una banda van surgiendo cosas en el camino que generan presiones. Particularmente con este disco estaba más ansioso que otra cosa.
AZ: Quizás tu alter-ego anterior te permitía refugiarte desde una plataforma virtual, sin exposición. ¿Tu presión en particular es a dar la cara, a mostrarte?
FT: Sí, me cuesta un poco esa cuestión de poner la cara pero igual me animo, lo hago. A veces me pregunto si vale la pena exponerme a tocar, porque igual esto lo haría aunque no tuviese una banda. Me gusta hacer canciones. En mi infancia siempre toqué otro instrumento, la batería. Pero tocar la guitarra y cantar es otra cosa, algo que a veces todavía creo que no sé hacer. Hay ciertas cosas que sé que me faltan y las trato de superar.
AZ: ¿Su Medalla Milagrosa tiene una misión?
MD: Seguir tocando. Tenemos la suerte de que todos en la banda somos amigos y eso está muy bueno. Compartir todo ese tiempo con ellos.
FT: Hacer canciones. No sé si es una misión, pero si las cosas se siguen dando, la misión es seguir por donde venimos. En lo posible, salir más de la Capital, tocar en nuevos lugares, conocer nuevas personas. Es la parte más divertida. //∆z