A días de su show acústico en Palermo Club, en dónde repasarán temas clásicos y olvidados, la bajista y cantante de El Otro Yo habló de todo con AZ. Pasado, presente y futuro de una banda de culto

Por Claudio Kobelt y Pablo Díaz Marenghi
Foto de Gisela Arevalos

María Fernanda Aldana es uno de los exponentes más relevantes dentro de la escena alternativa e independiente de la música argentina. Junto a su hermano Cristian formaron El Otro Yo (EOY) en 1988 y desde allí no pararon: diez discos -de estudio, en vivo y reediciones- cuatro DVDs, 26 años de trayectoria, integrantes que pasaron por el grupo y lo enriquecieron, cada uno desde diferentes vertientes. Sonidos punk, grunge, melódicos, alternativos, festivos, rebeldes plagaron el vasto repertorio de este grupo que repasará sus clásicos -y también canciones que no suelen tocar en vivo- en su show del 23 de agosto en Palermo Club en  formato acústico; demostrando una vez más su versatilidad musical; una búsqueda inquieta sin retorno; una negación al dejarse encasillar y un manifiesto de su pluralidad sonora. En un bar de la zona de Congreso, María Fernanda habló con AZ de los comienzos del grupo, cuál es su presente, su  iniciación dentro de la música y el arte, su carrera solista, proyectos futuros y de cómo se preparan para un concierto atípico para los acostumbrados a poguear pero esperable para los que conocen la esencia de EOY.

AZ: Se viene el show acústico de El Otro Yo. ¿Cómo nació la idea de hacer un show acústico y tocar en este formato luego de 26 años de trayectoria y teniendo en cuenta la versatilidad de sonidos que siempre caracterizó a EOY?

María Fernanda Aldana: Un poco siempre estuvo esa parte tranquila en la banda. Me acuerdo de los primeros shows en Cemento donde metíamos el bloque tranqui -“bloque soft”- y tocábamos un tema cada uno,  de ahí salió “Dibujito” o “Infinito Celeste”. Hacíamos zapadas. Como una parte para chapar ponele (risas). Siempre estuvo eso en el grupo. Yo empecé  como tecladista de la banda, estudiaba piano, música clásica y siempre me interesó la música más volátil. Esta presentación es la oportunidad de poder lograr aún más esa faceta. La hicimos un par de veces ya. Una en la ESMA, otra en el ND Ateneo el año pasado pero más armadito, con violines, violoncelos. Esta vez va a crecer más todavía: arpas, banjos, músicos de verdad (risas).

AZ: También es una forma de recuperar temas y formatos…

XMF: Claro. Hay temas que si no quedan olvidados. Son tantos temas. La gente en los recitales quiere los temas viejos, pogo. Hay temas que no los podemos no tocar y esta cuestión de ir variando los shows nos da la oportunidad de ir haciendo cosas diferentes, recordar temas viejos, los arreglos, las letras.

AZ: Venían haciendo ya recitales temáticos. Hace poco tocaron la Fecha Punk y la Fecha Alternativa.

XMF: Claro, por el festejo de los 25 años hicimos ese juego. También para que no sean todos los shows iguales. El año pasado festejamos los 10 años de Colmena y hay temas en dónde yo tocaba la guitarra por ejemplo y había que recordar todo. ¡Está buenísimo! Va pasando el tiempo y uno lanza otro disco, lo toca. Yo por eso digo que no tengo tan buena memoria porque me tengo que acordar toda la música. Ahí zafo. Te queda grabado en la memoria motriz, en el cerebro y en el alma; la emoción. Los discos son como fotografías de los momentos. Te llevan a la época que estabas viviendo, a quién se lo mostraste por primera vez, en quién te inspiraste para componer tal canción.

AZ: ¿Te pasó en los ensayos para este show acústico recordar alguna canción y darte cuenta de hace cuanto no la tocaban en vivo?

XMF: Sí, me re pasa. O digo: “ah mirá, que bueno que está lo que hacemos. No somos solamente unos cabeza. Cuanta música que hay acá. ¿Esto lo hicimos nosotros?”. Me pasó con “Revolución humana” por ejemplo. Se supone que Cristian está re loco y yo soy la zen, la que hago yoga. Me parece que es un poco al revés. Yo leo las letras que hace -algunas escritas hace mucho, cuando era muy chico- y no lo puedo creer. Bueno, sacando “La tetona” ponele (risas). Pero bueno, somos seres humanos.

AZ: Este año recordábamos que se cumplen 20 años de Traka Traka (1994). Quizás, sin quererlo o no, este acústico sea una forma de celebrarlo de una forma completamente distinta a lo que fue ese disco: caos, sexo, punk. ¿Cómo recordás ese momento del primer CD y, antes, el primer casette –Los hijos de Alien (1993)-?

XMF: Era una época de mucho cassete y vinilo. Los Hijos… fue nuestro primer disco para nosotros. Lo creíamos tan así que salía como Disco Revelación en las revistas. Lo hacíamos creer también. Todo muy experimental. Éramos tan chicos. Lo grabamos con el pasacassette doble cassetera. ¡Era la revolución! Vos podías grabar en un cassette, después escuchar y en el otro grabar otra cosa arriba. Una locura. Vino el cantante de Iguana Lovers que era de Capital, entonces era “más pro”, sabía un poco más de tecnología. Cuando teníamos que grabar juntos con Cris nos grababa él. Y en Traka Traka era ver cómo era realmente. Fuimos a un estudio de grabación re lindo, Moebio. Salimos por Random, un sello que en ese momento estaba tomando a todas las bandas novedosas: Los Brujos, Daniel Melero, Suárez, Juana la Loca, Martes Menta. Tuvimos como productor a Guillermo Picolini con quien compartimos varios shows de su banda Pachuco Cadáver (donde también tocaba Roberto Pettinato). En esa época estaba mucho con nuestro baterista Omar Kischinovsky porque también pintaba, hacía muchas esculturas. Era re artista. La tapa del disco la hizo él -el dibujo del pájaro- hizo una maqueta, la prendimos fuego y le sacamos fotos. Teníamos 13, 14 años entonces teníamos todo el tiempo para darle a la banda. Estábamos todo el día pintando, desde la mañana hasta la noche: la bandera para el fin de semana, la remera que íbamos a usar; yo me hacía el vestido y él me lo pintaba. Después ensayábamos, nos metíamos a una piletita que teníamos en el fondo y mi vieja nos hacía una torta. Así vivíamos. ¡Estaba buenísimo! Así recuerdo la época de Traka Traka.

AZ: Conservaban quizás cierta inocencia…

XMF: ¡Y claro! Éramos muy chiquitos! Yo iba al conservatorio, estudiaba música, esas eran mis responsabilidades. Después cuando sos grande es distinto.

AZ: Cuando se juntaban esas primeras veces con Cristian, ¿soñaban llegar a ser lo que son hoy con EOY?

XMF: Sí, sabíamos que queríamos hacer música toda la vida. Yo decía: por más que tenga que vivir abajo de un puente quiero vivir tocando música. Eso fue siempre lo que nos empujó y nos gustó. Tuvimos la suerte de tener el apoyo de nuestros padres. No a nivel económico porque venimos de una familia muy humilde pero sí al nivel del amor, la libertad, lo espiritual. De decir: bueno, ¡dale! Yo odiaba la secundaria y descubrí, por medio de un baterista que teníamos, que podía entrar a la Escuela de Bellas Artes con tercer año terminado. Terminé y me cambié a la Escuela Belgrano. ¡Estuvo re bueno! Fue todo un sacrificio: tenía que viajar una hora y media para ir ahí y caminar 30 cuadras -de ida y de vuelta- pero estuvo buenísimo porque eso me abrió un montón la cabeza. Tenía compañeros de todas las edades, todas las ondas; me quedaba en Capital girando con mis amigos. Después a la noche volvía e iba al Conservatorio. Fueron cuatro años de esa carrera y me recibí de maestra de dibujo. También tenía la carrera en el Conservatorio así que empecé a dar clases de dibujo, de música y después ya salíamos un mes de gira y no me podía comprometer a esos laburos. Aunque es algo que me gusta mucho la docencia. Es como que estás todos los días con niños que tienen todo lo nuevo, el futuro, y dar dibujo/música está buenísimo porque les hace sacar todos sus sentimientos. A mí siempre me tocó trabajar en escuelas de villas y vez la realidad como es. En ese momento era muy duro. Los chicos iban sin zapatos, remerita en invierno, lleno de piojos.

AZ: Plenos noventa…

XMF: ¡Claro! Me acuerdo que salía por la tele una nenita llorando porque no tenía para comer y mi mamá lloraba, no quería ni comer. Después se murió, era super sensible, poeta. Era re amiga de Ricky (Espinosa). Ella era amiga de todos los que venían a mi casa. Parecía un centro cultural. Ella era super joven -tenía 56 años cuando murió- con todos los que venían -Ricky, Pity (Álvarez) de Viejas Locas- ella se quedaba hablando y hablando hasta que les sacaba la tristeza. Después vino Ricky a grabar en el estudio que teníamos en casa el tema “Punk” y a la semana se murió. Mi mamá estaba re mal. Todo le entraba mucho. Y a los dos meses murió ella. Esa fue toda la instancia de la grabación deColmena (2002). Por eso para mí es uno de los discos que más me llega.

AZ: Tu viejo también estaba siempre en la puerta de todos los shows. Era muy copado y dejó un gran recuerdo en sus seguidores.

XMF: Sí, ¡mi viejo era manager! Era como el Sid Vicious de nosotros porque era terrible. Me acuerdo cuando nos fuimos de gira a Córdoba. Íbamos en un micro de línea. Habrá sido 1991 o 92. Mi viejo se prende un pucho y una señora le dice: “Pero señor no puede fumar acá adentro” y mi viejo le dice “pero señora, si le molesta ¡bajese!” (risas). Era así en todo. Un divino. Se hacía amigo de todas las chicas. Después se murió también pero se murió re derecho el viejo porque siempre fue bien pulenta, piel dura. A medida que se hacía más grande se fue haciendo mejor persona. Más austero, tranquilo, siempre con buena onda. De joven era más chinchudo. ¡Había que bancarlo! Un día me acuerdo que le tiré un chorro de soda y le grité ¡Basta! Porque era terrible! (risas). Estaba bueno porque nos contábamos todo. Sin tapujos. Era mi mejor amigo.

AZ: ¿Sentís que tenés más de tu mamá quizás? Por la forma de ser…

XMF: No sé. Sí, debe ser. De los dos. Mi viejo también cantaba. Y no es porque sea mi viejo pero para mí era el mejor cantante de tango y de bolero. Porque tenía sentimiento, huevo, lo que se necesita para cantar tango. Él ponía eso y tenía una voz enorme. Una voz que no la tenemos ni Cristian ni yo; grave, era un tipo grandote, enorme, fuerte, con volumen y brillante. Se ponía a cantar en todos los cumpleaños. Era bárbaro. Lo único que quería era que no le rompan las bolas.

AZ: Después de tantos años de trayectoria, ¿Cómo lo ves a EOY? ¿Se siguen sintiendo como amigos que tocan?

XMF: Seguimos tocando. Somos como amigos que tocan. Esta bueno también esto que hablábamos al principio de shows diferentes porque vamos incorporando distintos músicos y se enriquece mucho el grupo. También volvió a tocar Ezequiel Araujo que se había ido unos cuantos años donde estuvo produciendo -podemos decir que es uno de los mejores productores que hay acá- y no se olvidó ni un acorde. Ahora que volvieron Los Brujos también me recuerda un poco a esa época donde tocaba EOY, Los Brujos, yo tenía una banda con Ricky (Rúa), Cristian tenía otra banda con Ricky (Rúa) que ahora no toca más con nosotros porque volvió a cantar con Los Brujos y tampoco puede hacer todo. Nosotros queremos salir de gira. Estamos empezando la gira mundial. La pensamos de acá a 4 años. Empezamos por Latinoamérica, vamos, volvemos, Argentina también, siempre. También está muy bueno lo que aporta Gabriel Guerrisi. Nos ha pasado que el año pasado se fue a Italia y nosotros teníamos un show, tocamos igual y estuvo buenísimo también. Como que estamos así, medio de enroque pero el que viene toca y está todo bien.

AZ: Tienen capacidad de adaptarse…

XMF: Por un lado se deja de lado esa cosa de la estrellita de rock viste, que sos indispensable o que te vienen a ver porque sos vos, porque es la música viste.

AZ: Puede ser también porque son una banda ante todo. Podría haberse dedicado de lleno a sus proyectos solistas o paralelos e igualmente siguen adelante con la banda.

XMF: Sí, nos seguimos manteniendo. Cristian y yo fuimos los que nos mantuvimos siempre en el grupo. Después de los bateristas que fueron más conocidos hay como cinco más. Esta bueno seguir tocando y que siga creciendo la escena del rock. Muchas bandas nuevas, bandas de chicas que la rompen y está buenísimo porque -ya yéndome por las ramas- está bueno que la energía femenina sea bien considerada y que reine un poco más en el planeta porque sino mucho palo y palo.

AZ: ¿Y de las bandas locales, nuevas, que fueron surgiendo, cuáles te parecen interesantes?

XMF: A mí siempre me gustó la música más loca, rara; lo más innovador. De ahora me gusta un chico que hace electrónica con dub que es increíble: Matu BK.  Mete unos climas, sonidos, buenísimos. También me gusta la bandaNunca fui a un Parque de Diversiones. Son de Bariloche y viven en La Plata. Es muy fresco y tiene también rebeldía, onda, es alegre. A veces lo que está bueno en una banda es que tenga “el chiste”; no sé qué es. Tiene que ver con la personalidad, el enganche o el no tomárselo tan en serio. O como si fuera “Yo me creo Slash”, “Me hago la canchera”, “Me tomo un vodka para figuretear”. Eso se ve en la música también. Con qué podés jugar. Eso es lo que a mí me puede llegar a atraer de un grupo; algo de picardía, novedoso. Me gusta Viva Elástico también. La otra vez fui a ver a Las Pelotas ahí en Bariloche. Sacan cada vez temas más lindos. Lo que me gustó mucho también fue Benito Cerati (Zero Kill). Música de exportación -canta en inglés, otro mercado- pero ¡qué lindo que canta! Si empieza así, tiene un futuro.

AZ: Hablando de eso y volviendo a lo que contabas antes de Ezequiel ¿Nunca se te ocurrió a vos producir otros artistas? Suponemos que se te habrán acercado personas, bandas a darte su disco

XFM: ¿Sabés que si? Justo hace un par de semanas estaba pensando en eso, y el mismo día que pensé en eso un amigo me preguntó lo mismo, y ahora que me lo pregunten es re loco. Pero no va a ser algo que lo voy a buscar yo, me va a llegar solo, como esas cosas del destino ¿viste? van llegando y terminan apareciendo. Que se agarren igual ¡porque los doy vuelta! ¡Les cambio todo! (Risas) Si escuchas las cosas que hago yo sola son medio raras, no son muy digeribles, no son para pasar en la radio. Tendría que ser un proyecto de ese estilo.

AZ: No te ves entonces con algo más pop, o más rockero…

XMF: ¡Sí, también!  Por ejemplo, Bárbara Zampini, que fue esposa de Dee Dee Ramone, es muy amiga mía y me dijo si le quería producir el disco. Ella está en Estados Unidos, quizás cuando vuelva podamos hacer algo. Tiene una banda, Radiotaxi, onda Ramones, incluso tocan temas de los Ramones también. Yo me re animo ¡Ya me está picando el bichito!

AZ: ¿Y cómo ves vos el tema del público, cómo fue y cómo es con ustedes con el paso de los años?

XMF: A mí me sorprende lo fiel que es la gente con nosotros, como nos bancaron en todas. Lo que más me sorprendió, y me encantó, fue cuando yo estaba embarazada y me gritaban “¡Te Amo!”. Eso no me lo olvido más, el amor trasciende todo. Pudimos construir a lo largo del tiempo una relación linda con el público, no una cosa histérica o rara. Yo voy a una provincia a tocar y me viene a saludar alguien y le doy un abrazo, es eso. Siento que lo conociera solo porque escucho la música. Hay como un código que se genera.

AZ: ¿Sentís que con todos estos años el público cambió? Es decir que por ahí el público de la época de Traka Traka no es el mismo de Colmena o que el de ahora.

XMF: Me sorprendí mucho de un show que hicimos en La Plata hace muy poco, donde hay toda una generación nueva de chicos que te tiran ¡brillantina! (risas) ¡y me encantó! Son todos muy chiquitos, como muy iluminados, que están todos en la vibración del amor. Nunca me dieron tantos besos como ese día. Se subió todo el mundo a darnos besos, abrazos, todo el tiempo, después la brillantina. A mi encantan esas cosas.

AZ: ¿Están en estos momentos grabando algo nuevo, componiendo, tienen algún proyecto de algún nuevo material?

XMF: Bueno, Cristian -el presidente de Besotico Records– es el que tiene las ideas más discográficas, está preparando algo que tiene que ver con la edición de los discos, como tenemos tantos discos está preparando algo lindo que va a salir pronto. En todo este tiempo aprendió un montón y lo está capitalizando. Está muy encargado de todo. Estamos más independientes que nunca.

AZ: ¿Siguen grabando, editando, manejándose de manera independiente?

XMF: Si, él está encargado de todo: manager,  organizar los shows. Todo lo hace él y lo sabe hacer. Tenemos gente cercana que nos acompaña, que nos ayuda, pero él es la cabeza de todo. Sin Cristian no hay EOY, sin mi puede ser (risas). Yo no podría haber hecho todo lo que él hizo, soy muy vaga, y él es un toro, tiene un montón de energía, voluntad y lucidez.

AZ: ¿Cómo describirías tu relación con Cristian?

XMF: Siempre nos unió la música, desde muy chiquitos, era nuestra forma de jugar. Desde componer, armar la banda, hasta el día de hoy.  Estamos siempre acompañados, porque más allá de los primos y los tíos que tenemos, somos la única familia que nos queda.

AZ: Hablando de grabar ¿Vos y tu proyecto solista cómo lo tomás, cómo lo llevás a cabo? Cuando tenés tiempo, ganas…

XMF: Totalmente. Si es una canción más rayada es para mi parte sola. Si es más universal, más rockera es para EOY. Siempre estoy grabando mis cositas. Lo bueno es que ahora llegue a un lugar -que me costó pero lo logré- de poder grabar yo sola: editar, bajarlo, masterizarme. Cosa que antes no lo sabía hacer y siempre necesitaba de un amigo o de alguien que lo haga, y ahora ya está, me independicé.

AZ: ¿Y estás trabajando en algún disco nuevo tuyo?

XMF: Sí, estoy preparando algo más devocional. Me gustan mucho los mantras, que son como vibraciones, canciones que se repiten y que sirven para distintas cosas: curar, alegrar, sacar la confusión de encima, estar más integro; estoy experimentando un poco con eso y con la electrónica,  desde un lugar universal, con cosas de distintos lugares del mundo, no solamente sanscrito o de la India; de todo. Estoy experimentando con eso, y después pinto, allá en Bariloche pinto…

AZ: ¿Cómo fue eso de irse a vivir a Bariloche?

XMF: Me casé con un chico de allá, y viste toda esa historia familiar que les conté. Cuando  murieron todos sentí que era necesario empezar una vida nueva. Él hace ya varios años que vivía conmigo acá, y tenía su laburo allá, su familia allá, aparte que es un paraíso y entonces terminamos yendo. A partir de eso me convertí en una viajera. Antes era así pero siempre volvía a mi casa, y ahora viajo todo el tiempo: estoy allá 10, 15 días, después vengo acá, vamos a Perú, volvemos, vamos a otro lado, vuelvo para allá, me voy con EOY, es así.

AZ: ¿Y te gusta, estás cómoda, ya estás acostumbrada a eso?

XMF: Si, ahora sí, al principio me costaba un poco. Yo vivía en Temperley, calle de tierra, silencio, estaba acostumbrada a eso, y cuando vine a Capital era como perro en bote de entrada. Después me fui acostumbrando, y ahora lo disfruto.  Estoy en un momento en que mi hijo es más grande, y si bien somos re pegotes,  no tengo un bebé que me está esperando. Me siento un poco más suelta, estoy disfrutando un poco más lo de la vida rockera. Estoy acá, vengo, salgo, voy a lo de una amiga, voy a ensayar, a lo de mi sobrina. Si tuviera que quedarme allá y no venir, no se… ¡Me pego un tiro! (Risas)  O sea me encanta allá, todo bien, pero necesito el rock. Pinto un cuadrito, compongo una canción pero ¿y los chicos dónde están? ¡Necesito el rock!

AZ: ¿Cómo es eso que nos contabas de planear una gira mundial?

XMF: Es un proyecto de acá a cuatro años, de visitar lugares que no recorrimos todavía. Ir más allá de Latinoamérica. Necesitamos hacer algo nuevo, algo que nunca hicimos, llevar la música más allá.

AZ: En Latinoamérica son muy conocidos y tienen su público en cada país, pero ¿cómo fue la experiencia en Estados Unidos, teniendo en cuenta la barrera del idioma?

XMF: Genial, muy buena onda. Me acuerdo que venían hablando en inglés diciendo “it´s ok”, “very good”, “amazing”,porque es como a nosotros, que escuchamos siempre música en inglés y aun sin entenderlas te llega.

AZ: En 25 años de convivencia, de mucho trabajo con la banda, momentos de crisis deben haber tenido miles ¿Nunca estuviste cerca de decir, o pensaste “No va para más, paremos acá”?

XMF: No, nunca. Yo sin el grupo me muero. Me sentiría muy vacía, muy mal.

AZ: ¿Nunca se te ocurrió: “Me dedico a mi parte solista, me dedico a pintar”?

XMF: ¡Ni en pedo! (risas) Ni ahí. Tengo mis discos y algunas veces los presento en vivo, pero nada que ver. Es re distinta la sensación de tocar sola y de tocar con los chicos; de tocar esta música, es otra cosa. Me siento como desnuda. Es raro. Esta bueno porque es una linda experiencia pero no es lo mío. O si no tendría que poner unos chongos atrás que bailen y me levanten en el aire (risas). Además tocar en vivo es lo que más me gusta. Es algo que no se compara con nada. Siento cuando tocamos en vivo una fuerza re grande. Por ahí me la contagian los chicos, los varones; esa testosterona, ese quilombo. En vivo siento una fortaleza, me siento una guerrera implacable, de la luz, de bien. Sin esos shows en vivo me muero.

AZ: ¿Después de tantos años tocar en vivo te siguen generando esas cosas?

XMF: Más vale, a full. No creo que nunca pierda el interés, yo me voy a morir tocando.  Ojalá me muera así. Si me llego a enfermar me escapo, a mí no me llevan a un hospital.

AZ: Y si seguiste tocando con una panza enorme estando embarazada, casi hasta último momento.

XMF:¡Sí! Hasta el último mes. Y al poco tiempo que nació, menos de un mes después, nos fuimos de gira con él a Chile,  una locura. Lo llevamos por todo el país en una gira por dos meses con nosotros, estuvo buenísimo.

AZ: ¿Por qué pensás que la música de EOY les llegó siempre más a los adolescentes? En sus recitales son la mayoría, y es una constante en el tiempo.

XMF:¿Puede ser no? Deben ser más receptivos, porque tiramos una onda divertida. No lo sé bien, nunca me lo puse a pensar, no tengo algo definido.

AZ: Pero por ejemplo lo que pasaba con todas esas chicas que se vestían o se peinaban como vos.

XMF: ¡Sí! ¡Y todavía hay! (risas). Hay muchos artistas en potencia. Vienen y me traen dibujos, poesías, y están buenísimos, pienso siempre: “Que futuro que hay acá”.

AZ: ¿Siguen siendo receptivos, manteniendo ese trato con el público de recibirlos, de hablar con ellos?

XMF: No sé si está bien o está mal, porque capaz que después te conocen y no les importa más, pero a nosotros nos pasa eso, ellos son nuestros amigos seguidores.

AZ: ¿Hubo algún momento en aquellos comienzos que te pusiste a pensar “Acá está pasando algo con nosotros”? Un comentario, un recital, un momento particular en el que te hayas dado cuenta que le estaba llegando a la gente lo que Uds. hacían

XMF: La primera vez que tocamos con EOY fue en Temperley, en un lugar que se llamaba La Biblioteca, y una chica vino y me dijo: “Qué bueno que estuvo, hacía falta algo así”. No sé porque me acordé de eso. Después no sé si hubo un antes y un después, siempre fue así. Primero venían poquitos a vernos y la gente se iba re contenta, hacían su catarsis, su pogo, su locura. Después sacamos el cassette de Los Hijos de Alien y lo empezamos a vender en disquerías y fue creciendo. A veces tocamos en lugares gigantes, otros más chicos y es increíble igual  porque estás en un pueblo con la gente de ahí y es lo más; se genera una cosa, un pogo, está buenísimo lo que pasa.

AZ: Teniendo hoy en día en las noticias nuevamente el tema de Cromañón y Callejeros  ¿Cómo vivieron el antes y el después en cuanto a lo que pasó con los lugares y los espacios donde tocaban?  Las clausuras, los cierres, las trabas…

XMF: Fue una época muy dura. Ese fin de año fue terrible. Pasó lo de Cromañón, hubo un desastre en Tailandia que mato 140 mil personas. Era una pálida atrás de otra, y lo de Cromañón fue terrible, fue una tragedia espantosa que nos afectó a todos. No sé quién tiene la culpa de lo que pasó. Trato de no engancharme mucho con las cosas feas. No miro mucho la tele, porque igual me entero de lo que pasa y si miro esos detalles me angustio, soy muy sensible y me pongo mal. Me pone mal la impotencia de no poder hacer nada. Soy vegetariana. Me alejo de la muerte de esa forma, no consumo violencia.  Con respecto a Cromañón me parece que tenemos que actuar con respeto y que ojalá que se haga justicia por los chicos y por sus familiares. Es algo muy delicado, no tengo la sabiduría para opinar de ese tema, solo sé que fue muy triste. Lo que sí puedo destacar, volviendo a la pregunta, es la lucha que hizo Cristian por la ley de la música, que incluye que se regularicen los lugares para tocar, que sean seguros, ¡que existan! porque medio que se había cerrado todo, eso sí me parece que puede aportar.

AZ: ¿Uds. sufrieron de no tener lugares para tocar?

XMF: En todo eso nosotros siempre fuimos medio surfeando las dificultades. Pasó eso, la crisis del 2001, donde muchas compañías cerraban los contratos de las bandas, y nosotros al ser independientes seguíamos grabando y girando, como podíamos. Y con esto que pasó después de Cromañón también, no sé cómo hicimos pero seguimos, nunca paramos.

XMF: Para ir cerrando y volviendo a los 20 años de Traka Traka ¿Cómo recordás al grupo de aquel entonces y como lo definirías hoy?

XMF: Era otro espíritu, más inocente. Éramos unos niños. Y ahora nos veo bien, con ganas de seguir tocando, seguir haciendo discos, compartiendo con la gente, viajar, la gira mundial. Todo lo hicimos siempre paso a paso. Recién ahora, después de 25 años, salimos a girar. Igual América la hicimos toda, Latinoamérica varias veces, Argentina muchas veces. Esta bueno poder conocer bien tu país primero. De los países que conocí el que más me gusta es Argentina. Me gusta la gente, sus lugares, sus paisajes. Más allá de que no me gusta la diferenciación de “vos sos de tal país” porque somos todos del mundo, pero me parece que como país es un país muy lindo, y que guarda todavía mucha inocencia.//z

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