La artista estadounidense habla sobre la fórmula del hit, la masividad en tiempos de streaming, su activismo en la comunidad LGBT+ y el feminismo y el sinuoso camino hacia el reconocimiento.

Por Rodrigo López

Laura Pergolizzi, mejor conocida en el universo sonoro como LP, es una de las artistas más talentosas, eclécticas e interesantes de su generación. Sin ayuda de los grandes peces de la industria musical, esta cantante y compositora norteamericana construyó una carrera tan trabajosa como exitosa, que siempre giró alrededor de dos pilares elementales: la confianza en su arte y la perseverancia durante los momentos en que las cosas no estaban cambiando tanto como en estos días agitados. Su historia personal no es un cuento de hadas ni mucho menos, y el camino que tomó no fue el más simple y directo, dos cuestiones que no deben ser ignoradas a la hora de hablar del reconocimiento global que ganó –en medio de la gira presentación de su nuevo disco de estudio, Heart To Mouth (2018)– a partir de la (tardía) explosión en plataformas de streaming de la tremendamente nostálgica y poderosa “Lost On You”.

Ícono de la comunidad LGBT y referente del movimiento #MeToo, la oriunda de Long Island, Nueva York, siempre tiene la respuesta correcta (y muy honesta) para cada pregunta. Gran defensora de la escena underground y de la gestión independiente, habló muy cordialmente con ArteZeta durante casi media hora y reflexionó sobre una gran cantidad de tópicos: sus comienzos como compositora para algunos de los nombres más grandes de la música pop, las (no tan) escondidas trampas que yacen bajo el reino de las plataformas de streaming, el rol clave de las artistas mujeres en una industria tan misógina, el día que Warner Music la despidió tras escuchar la canción que hoy supera las dos millones de reproducciones y la lucha que las mujeres llevan en nuestro país por la legalización del aborto y la Ley de Cupo Femenino para festivales.

AZ: Vayamos directo a tus inicios. ¿Cómo recordás aquellos días? ¿Todavía creés que la sociedad mantiene su desaprobación en lo que refiere al éxito mediante “carreras” artísticas?

Laura Pergolizzi: Sí, eso es todo un tema. No estoy segura de que vaya a responder tu pregunta, en caso contrario avisame (risas), pero creo que en lo que refiere al entretenimiento o al arte o a cualquier otra actividad relacionada a ellas, lo que separa a los hombres de los niños y a las mujeres de los hombres es el hecho de saber la razón por la que lo estás haciendo. Preguntarte a vos mismo si el arte es tu pasión o no. Y la realidad es que yo siempre lo sentí de esa manera. Claro que uno tiene la esperanza de tener éxito, es sabido que el camino que se puede recorrer sin tener un ingreso constante es muy corto. Lo que yo buscaba era ganarme la vida como escritora de canciones y al mismo tiempo conseguía contratos con discográficas, por lo que en el momento en el que empecé a tener éxito dentro de mí yo ya era exitosa hace mucho tiempo. Por diez largos años me pude ganar de muy buena manera la vida escribiendo canciones para otros artistas, pero no por ello me sentí satisfecha y completa en cuanto a mi recorrido personal. Nunca dije: “Listo, ya está, hasta acá llegué” (risas). Como compositora, sin importar si terminaba o no cantando las canciones, siempre intenté llegar a la mayor cantidad de gente posible. Ese fue siempre mi objetivo, así que escribí canciones de forma continua para sentir que estaba haciendo lo necesario para seguir rompiendo barreras.

AZ: Hablando sobre componer canciones para otros artistas, ¿cuál es la diferencia entre esa actividad y trabajar solamente para vos misma? ¿Cómo logras conectar con los pensamientos y necesidades de otro artista?

LP: Para ser honesta, creo que lo que uno debe hacer por momentos es apegarse a alguna verdad universal acerca de las cosas que más te importan y, al mismo tiempo, esperar que todas ellas también sean de relevancia para el artista con el que estás trabajando. Es algo muy cercano a eso, porque creo que aunque no hayamos pasado por alguna experiencia en concreto, todos nos podemos relacionar con ella. Esa es la razón por la que la gente escucha canciones de rupturas amorosas o por la que los más pequeños escuchan cierto tipo de música. Conozco muchos niños que aman la canción “Lost On You” y solamente tienen seis años. En ese momento te preguntás a vos misma por qué, y la realidad es que ese gusto se basa en cualquier cosa que tengan en sus mentes en esa etapa de sus vidas: su empatía, su compasión, sus emociones… Esas cosas sirven como disparador de algo oculto en lo más profundo de su alma que aún no ha sido experimentado, pero con lo que se pueden relacionar en cuanto seres humanos. Tal vez son como peluches rellenos (risas) pero a fin de cuentas uno se encuentra intentando relacionarse con muchas personas de una manera muy emocional, creo que eso nunca va a pasar de moda y es a lo que apelo desde mis comienzos. Desde lo más hondo de mi ser, siempre tengo la esperanza de poder conectarme con muchos artistas que están buscando cantar acerca de ese tipo de cosas.

Heart to mouth (2018)

AZ: Yendo a la acción de “escribir desde el corazón”, quería que hablemos acerca del muy bello concepto que rodea a tu más reciente disco, Heart To Mouth, además de preguntarte por sus claras diferencias respecto de su antecesor, en cuanto a las texturas, los colores y las atmósferas.

LP: Bueno, ¡muchas gracias! Una de las cosas que más amo de este disco, aunque no sea algo relevante para otras personas, es el hecho de que lo que busqué desde el primer momento fue sonar como yo misma. No quería que pareciese como si estuviese persiguiendo la fórmula de “Lost On You” o nada de lo presente en el disco anterior. Creo que estas canciones, sin importar la forma en la que te afecten, tienen una vida y una trayectoria emocional propia. No creo que si te ponés a escucharlo vayas a decir: “Uh, está intentando hacer una nueva “Lost On You” ” (risas), y eso es lo que verdaderamente quería y creo haber conseguido. También siento que crecí como artista, me divertí mucho, se sintió como un disco verdaderamente completo cuando lo pude escuchar de principio a fin tras tanto trabajo. Esas canciones estaban hechas para formar parte del mismo conjunto y luego de haberlo tocado en vivo todo este año, ante muy diferentes públicos, viendo que todos cantaban los temas también sentí que lo había lanzado en el momento perfecto. Me preparó definitivamente para mi nuevo disco, del cual no puedo decir aún que esté terminado pero voy a escribir algunas canciones nuevas este otoño para ver a dónde aterrizo.

AZ: Mencionaste varias veces a tu mega hit “Lost On You”. Lo particular al respecto de su actual éxito es el hecho de que, a pesar de no ser una canción nueva, ha tenido un impacto notable este año. Aprovechando tu respuesta anterior… con toda la presión que eso significa, ¿cómo trabajaste para no caer nuevamente en el uso de esa fórmula?

LP: A eso me refiero (risas). Siento que logré eso de una forma muy correcta en este nuevo disco. No sé si ustedes conocen esta historia por allá, la conté muchísimas veces, pero acá va: mi anterior compañía discográfica me despidió luego de que les mostré esa canción. Yo estaba en este sello de gran importancia, había sacado con ellos un exitoso EP en directo y, de repente, cambiaron a todo su personal. Los que confiaban en mí se fueron y quedaron unos tipos que se rascaban la cabeza preguntándose “¿qué hacemos con esta chica?”. Entonces el presidente del sello me llamó a su despacho y me pidió que le mostrase mi nuevo material. Del dicho al hecho, toqué “Lost On You” y “Muddy Waters”, además de otro tema nuevo llamado “Strange”. Después de eso mi actitud fue algo así como “bueno, ahí lo tenés”, y su respuesta fue que las tres canciones sonaban increíbles. A las tres semanas me enteré de que habían decidido despedirme, así que en lo personal con “Lost On You” ya estaba en ese punto en el que transitaba por mi quinto o sexto contrato discográfico y me preguntaba qué era lo que iba a hacer con mi carrera.

Para mi fortuna, al muy poco tiempo fui contratada por un sello llamado Vagrant, que de inmediato fue adquirido por BMG. Más allá de esto, al comienzo los vi como un pequeño sello indie así que pensé: “Voy a escribir canciones para ellos y voy a sacar este pequeño disco”. Y a las pocas semanas “Lost On You” comenzó a explotar en todo el mundo, por lo que amo contar esta historia una y otra vez, así puedo con ella rogarle a todos los artistas que no dejen de escribir canciones. Después de que “Lost On You” se convirtió en un hit, ya tenía escritas algo así como treinta o cuarenta canciones, no tenía mucha idea al respecto, no es que estaba sentada en mi casa diciendo: “Ahhh, ¿ahora lo pueden ver? Ahí está”. Uno nunca sabe con estas cosas, por ende lo que les digo a todos es que escriban cosas que signifiquen algo para ellos y que nunca dejen de escribir. Ese es su trabajo como artistas, es una regla general, si sos un pintor no pintás solamente un cuadro y saltás directo a la fama (risas).

AZ: Exacto, seguís intentando hasta triunfar…

LP: ¡Sí! Y luego, con mucha suerte, no vas a morir antes de que reconozcan tu trabajo. Pero, ¿a cuántas personas no les pasó eso a lo largo de la historia? ¡A muchísimas! (risas).

AZ: Estamos inmersos en una era en la que el éxito parece estar medido por la cantidad de veces que tus canciones fueron reproducidas en Spotify, Apple Music, Deezer, etc. Parece ser algo verdaderamente importante para los sellos y los representantes. ¿Vos crees que este reinado del streaming ha democratizado la escena o lo ves como otra trampa de la vieja y conocida industria musical?

LP: Ante el riesgo de sonar como una persona cínica y bastante complicada voy a decir que es una trampa más. Seguramente, los dueños de las compañías discográficas estén sentados en una gran sala, fumando habanos y diciendo: ¡Gracias a dios! Pudimos resolverlo, la puta madre, gracias a dios. Escuchen esta idea, no nos va a hacer ganar tanto como en los años ochenta, pero me importa un carajo porque es mucho mejor”. Creo que hay algo de eso en toda esta cuestión, porque cuando me acerco a escuchar y ver a un artista que es maravilloso y mucho más grande que yo en términos de audiencia, luego compruebo que en su cuenta de Spotify tiene muchas menos reproducciones que una artista como yo que tiene un proyecto indie a menor escala.  La verdad es que no sé dónde estoy parada en esa cuestión, trato de no prestarle atención, porque si lo hago estoy segura de que me va a hacer mierda. Lo único que intento es ser honesta y apegarme a lo que creo que es verdad. Puede ser una trampa si nosotros permitimos que lo sea, creo que es típico el no prestarle demasiada atención a esos números pero asumo que eso justamente es lo no tan nuevo ni tan candente en este momento. Lo han ido construyendo de forma consistente, es un sistema en el que lamentablemente uno se pierde un montón de música de altísima calidad y verdaderamente genial porque alguien no te colocó en las suficientes playlists como para tener cientos de miles de reproducciones en tu haber. Es una verdadera lástima, me hace sentirme mal, pero al mismo tiempo no tanto, ya que en lo personal tuve que pasar por las mismas cosas y eso es justamente lo que te hace más fuerte y lo que te da mayor perspectiva como artista. Es lo que hace el camino mucho más difícil, y de eso siempre sale algo mucho mejor.

AZ: Entonces, teniendo una larga y exitosa carrera que comenzó desde el underground, paso a paso, a pura paciencia y perseverancia, ¿qué pensás acerca de tomar ese camino largo y rocoso, contra esa obsesión de muchos artistas por ser un one hit wonder motorizado por las redes sociales y los algoritmos de la industria?

LP: Creo que es una cosa genial para hacer, no cambiaría mi carrera por nada en el mundo. Fui tan pero tan suertuda, tal como te dije antes, mi perspectiva actual es básicamente todo para mí. Estoy apreciando mi vida en tiempo real gracias a eso, no hay un show que pase que no lo sienta como una oportunidad que recibí a lo largo de toda esta aventura. Sé cuán frágil es todo y lo extraño que es poder llegar a la cima, de hecho he trabajado con un montón de artistas jóvenes cuando estaba dedicada 100% a escribir canciones y el 98% de ellos llegaba con la idea de que esto iba a ser su vida de allí en adelante. Y luego nunca más escuché nada de ellos o siquiera los pude ver nuevamente. Es muy duro, es imposible no sentirse mal al respecto, a veces lo único que se puede hacer es tener esperanzas. Es muy extraño poder hacer esto de forma consistente y sinceramente creo que cualquiera tomaría el camino largo y difícil si viesen en el horizonte la posibilidad de tener éxito. Cuando tenés veinticinco años y te preguntás qué es lo que sigue en tu vida… es sin dudas una píldora muy difícil de tragar. No se lo deseo a nadie, creo que todo se siente mucho mejor cuando trabajás duro por ello. ¡Y claro que se siente también muy bien cuando ya lo tenés en la mano! En ese momento es imposible no sentir que todo es genial (risas), pero creo que mucha gente está de acuerdo en el hecho de que es mucho más lindo llegar a esa meta con la certeza de que en el camino construiste una base artística y de fanáticos muy fuerte, es decir, una base sólida en la que te puedes apoyar en todo momento. En lo personal, siento que puedo contar con ellos porque voy a seguir entregándoles muchísimas cosas, utilizando siempre lo mejor de mis habilidades.

AZ: Quería que hablemos un poco acerca de tu rol en la comunidad LGBT y el movimiento #MeToo, y también sobre tus dificultades dentro de una industria tan misógina y discriminadora. Y me gustaría conocer tu opinión acerca de la lucha en Argentina por la legalización del aborto y la Ley de Cupo, que fijará un porcentaje mandatorio y merecido para artistas mujeres en festivales

LP: Definitivamente apoyo ambas luchas que se están llevando en la Argentina, tanto por el aborto legal como por el cupo femenino en recitales. En lo particular, pasé por muchas cosas, aunque sin dudas no por tantas como las que pasaron muchas de mis amigas en lo que se refiere al #MeToo y a lidiar con el sexismo brutal que existe en la industria. Ha sido así desde el principio, pero hay tanto para pensar ahora, hay tanto que se está hablando en estos momentos tan importantes. Las cosas se están revelando de una vez por todas y yo no podría estar más feliz al respecto. Ahora, lo que también me importa es que el arte no quede tapado por completo, sabiendo que lo más importante para la lucha feminista es la igualdad. Esa dura lucha por la igualdad de derechos y oportunidades.

La lucha se instaló directamente en los escenarios más grandes y así es como debe ser, ya que el mundo está cambiando sin importar lo que cualquiera pueda o quiera decir al respecto. No me importa cuántos Trump puedan aparecer, no pueden controlar el hecho de que la diversidad sea una realidad. Él nunca lo va a poder controlar, el gato acaba de salir de la puta bolsa, nadie puede contenerlo. Esto acaba de comenzar y va a seguir adelante, así que todos deben dejarlo fluir. La violencia que está sucediendo iba a suceder de una forma u otra, por lo que hay que hacer mantenimiento constante y no dejar que los opositores de siempre nos hagan retroceder siquiera un paso. Va a ser muy difícil, la comunidad LGBT es la que más sabe acerca de cuán brutal ha sido la batalla en todo este tiempo y el colectivo trans es el que está golpeando al sistema de la forma más dura posible.  Hay que concientizar a la población, hay que difundir las ideas, mantenerlas en alto para que muchas más personas puedan verlas. Todo gira alrededor de la visibilidad, la concientización y la comunidad. Fue muy difícil para mí cuando estaba comenzando a desarrollarme como artista: nunca ibas a llegar siquiera a la vuelta de la esquina si te quejabas de estas cosas. Cuando pienso en retrospectiva, siento que es lo mismo que haber sobrevivido a una infancia violenta, algo que también hice. Miro hacia atrás y pienso: “¡A la mierda! No puedo creer que haya tenido que soportar todo eso”. Y después conseguís liberarte, salir de esa rueda, es inevitable no quedar paralizada por algunos minutos. Así que cuando reflexiono acerca de las cosas que no me sucedieron o que no alcancé por ciertas razones, cosas que no miré con la atención suficiente… Ese es el problema en estar concientizado y ser cínico al mismo tiempo, pero sin jamás permitir que esa combinación te arruine de por vida. Creo que esa es la parte más complicada de todo este asunto: mantener la llama de la esperanza y el optimismo dentro de uno mismo. Siempre trabajé en eso, no hay dudas de que uno de los más grandes logros de mi vida fue no dejar que ese fuego interno se apagara en los momentos en los que me dijeron que no podía hacer ciertas cosas o que no lograba creer en mí misma. Ya soy consciente de ello, puedo hablar de esos momentos amargos y preguntarme qué carajo fue lo que pasó. La respuesta es que simplemente todo fue muy difícil, me lastimó profundamente un montón de veces, pero tengo suerte porque todavía me puedo sentir bien al respecto de otras personas, mujeres, hombres, todos, todavía soy capaz de mantener el corazón abierto. No es algo fácil, pero es lo máximo que he logrado hasta el día de hoy. Tenemos que tener mucho cuidado, tenemos que evitar la separación extrema entre hombres y mujeres debido a todo esto. Tenemos que batallar a través de este muy complejo y duro diálogo inicial.

AZ: Terminemos con fuegos artificiales. Si pudieses llevarte un artista, un disco y una canción a una isla desierta, ¿cuáles elegirías?

LP: ¡Oh dios! Creo que te voy a tener que decir: Rolling Stones, Sticky Fingers. ¡No puedo vivir sin ese disco! (risas).  //∆z