Louta: fuerza bruta
Por Jorge Noro - @ojonoro

Hace tiempo que Jaime Martín James, mejor conocido como Louta, viene dando que hablar en sus presentaciones en vivo. Con un estilo que va más allá de la escena urbana, más acá de la música pop, el hijo de Diqui James —La Organización Negra, De la Guarda, Fuerza Bruta— y la directora, coreógrafa y bailarina Ana Frenkel volvió a dejar atónito a un público ávido de espectacularidad y locura extrema. La cita: la Sala Sin Piso de GEBA donde se presentó por primera vez el pasado 8 y 9 de diciembre. AZ dijo presente y retrató, mediante palabras e imágenes, lo evanescente de un show que invita a conocer un mundo propio más allá de lo musical.


Años 40, 50. Típica casa de época: colores pasteles, empapelado, cuadros familiares, mobiliario y una ventana que deja entrar el afuera. Así el escenario está más cerca de ser una puesta en escena de una obra teatral que un concierto común y corriente.

Louta nos introduce a un mundo, al suyo, hasta quizás al de su familia, de estirpe artística.

Louta irrumpe en escena de modo serio. Actitud que décadas atrás era lo común. Pero nos demuestra que detrás de “lo correcto” había otra cosa.

Nos introduce en un interrogante: ¿Qué hay detrás de una casa? ¿Qué hay detrás de una familia?

Louta desata su Fuerza Bruta y con su crew comienza a escupir, a hacer catarsis, con palabras y movimientos.

Con mucha coreografía y baile. Louta es un gigante dormido que se despertó pero que no nos impide seguir soñando.

Nos traslada a un mundo, una época que probablemente algunos pocos presentes hayan vivido. En un mundo donde lo retro, lo viejo, es moda, Louta le da la vuelta y lo transforma en espectacular.

Acá el teatro es 3d: se rompe la línea del escenario constantemente.

Sus expresiones, su ingenuidad y sensualidad le dan otro timbre a la sonoridad.

Louta es un actor, un frontman difícil de encontrar en otro escenario que nunca se olvida de cantar.