Los restos mortales: El legado de Pink Floyd
Por Carlos Noro /// Fotos de Cecilia Dalla Cia

La exhibición, que mantiene su título original en inglés Their Mortal Remains, es una fascinante inmersión en el universo de Pink Floyd. Puede visitarse hasta el 10 de noviembre en La Rural.


Buenos Aires es una sede natural para la muestra Los restos mortales, de Pink Floyd. La banda tiene una relación con Argentina, repasemos: David Gilmour se presentó en nuestro país por única vez en 2015 con un show emotivo, pero con problemas organizativos. Roger Waters se presentó en el país en cinco oportunidades, donde revisitó diferentes momentos de la banda. Cómo olvidar las históricas nueve noches consecutivas de The Wall en el Estadio de River en 2012. Donde alcanzó un récord para cualquier artista en ese escenario (sumando un total de trece presentaciones en el Monumental con su última gira, This is Not a Drill en 2023).

El profundo amor de los fanáticos argentinos por Pink Floyd se refleja en la duración de la exhibición: Se puede visitar desde el 10 de septiembre hasta el 10 de noviembre, con una amplia variedad de horarios. Una oportunidad única para sumergirse en el legado de la banda.

La muestra debutó en el Victoria and Albert Museum de Londres en 2017. Originalmente estaba pensada como un evento puntual pero debido a la gran afluencia de público se extendió a Roma, Madrid, Los Ángeles, Montreal y Toronto. Buenos Aires es la primera ciudad de Sudamérica en albergar la exposición.

Desde un enfoque técnico y artístico, el montaje es fruto de la colaboración entre los miembros de Pink Floyd (con el baterista Nick Mason, único integrante que ha estado presente en todas las etapas de la banda, actuando como consultor), el curador y director creativo Aubrey Powell, y el estudio de diseño Stufish, responsable de la arquitectura y diseño de muchos de los espectáculos de la banda en su última etapa. El Pabellón Fers de La Rural, que ha acogido exhibiciones inmersivas como Imagine Van Gogh, Banksy: Genius or Vandal?, Steve McCurry Icons y Blow Up Experience, ofrece un espacio cómodo y fluido para recorrer la muestra. Con un nivel de detalle sorprendente, la exposición se organiza cronológicamente, desde los inicios psicodélicos de la banda (con fotos y afiches de esa era) hasta curiosidades como una carta de David Gilmour a su familia anunciando su ingreso formal a Pink Floyd y pidiéndoles “no creer lo que dicen los medios sobre él”. También se hace referencia al liderazgo indiscutible de Syd Barrett, el “diamante loco”, durante los años sesenta, cuando la banda experimentaba con LSD y otros elementos psicodélicos.

Proyectar la música hacia otra dimensión

Una de las grandes virtudes de la muestra es cómo refleja la evolución de la banda, que a lo largo de su carrera construyó una experiencia que combinaba música, tecnología y arte visual. No es casualidad que tres de los miembros fundadores (Mason, Waters y Wright) fueran estudiantes de arquitectura. Sus primeras exploraciones estéticas integraban lo teatral y lo cinematográfico, creando experiencias sensoriales que acompañaban a su música. Ian Emes, responsable de las animaciones que acompañan la canción Time de The Dark Side of the Moon, lo resume: “Una imagen animada es en cierto modo metafórica y en cierto modo representativa, pero no lo suficientemente específica para conectar con una persona en particular”. Esta filosofía ha sido la esencia de la banda: lo evocativo, sensorial y emocional de su música, siempre unido a una propuesta artística ambiciosa. Pink Floyd fue pionero en convertir los conciertos de rock en experiencias multisensoriales, algo que se percibe a medida que la muestra evoluciona. Su gira de The Wall en 1980-81 no sólo fue un espectáculo revolucionario, sino que estableció un estándar que la cultura pop adoptaría: los conciertos masivos ya no se limitan a la música, sino que requieren una experiencia multimedia completa.

Técnica, tecnología y diseño al servicio de la música

Entre los más de 350 objetos en exhibición, se destaca la evolución técnica de los instrumentos a lo largo de más de cincuenta años de carrera. Desde sintetizadores gigantes hasta equipos diseñados específicamente para la banda. Pink Floyd entendió que la innovación tecnológica era clave para la evolución musical. Un espacio importante está dedicado al diseño gráfico de sus álbumes y los monumentales escenarios que construyeron para sus giras. El estudio Hipgnosis, dirigido por Storm Thorgerson y Aubrey Powell, jugó un papel fundamental en la creación de las icónicas portadas de la banda, desde A Saucerful of Secrets hasta Animals, The Dark Side of the Moon y Wish You Were Here. Es fascinante ver los bocetos originales de portadas como la de A Momentary Lapse of Reason (1987), donde utilizaron más de doscientas camas en una playa para una fotografía que tuvo varios intentos fallidos.

Hacia el final de la muestra, hay un espacio dedicado al trabajo arquitectónico de artistas como Mark Fisher y Stufish, encargados de los monumentales escenarios de las giras. Las maquetas de los escenarios y los elementos artísticos que acompañaron cada show, como trajes y visuales, reflejan el obsesivo detalle con el que la banda y su equipo construyeron su propuesta.

La banda y su equipo cuentan su historia

Uno de los puntos destacados de la muestra es el sistema de audioguía, que acompaña la visita con proyecciones. Los visitantes pueden escuchar en sus auriculares música y reflexiones de los miembros de Pink Floyd (incluyendo a Syd Barrett, Roger Waters, Richard Wright, Nick Mason y David Gilmour) sobre sus procesos creativos y desafíos. Uno de los momentos más emocionantes es la recreación de la legendaria actuación de Comfortably Numb durante el evento Live 8 en 2005, la última vez que la formación clásica tocó junta. En un espacio de 360 grados, el público puede experimentar un concierto de Pink Floyd con sonido envolvente y proyecciones visuales.

Their Mortal Remains no es solo una exhibición para fanáticos de Pink Floyd; es un evento cultural para cualquiera que ame la música, el arte y la innovación. Pink Floyd no sólo redefinió los límites del rock progresivo y experimental, sino que estableció nuevos estándares en la producción visual y escénica. Esta muestra es una ventana al genio, la influencia y el legado de una de las bandas más influyentes de la historia.

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