El cantante de Mi Pequeña Muerte nos cuenta de los inicios en su casa con una portaestudio, a grabar su propio disco, el debut de Sué Mon Mont y sobre su deseo de producir al Indio Solari.

Por Gabriel Feldman

Además de ser un compositor sensible de gustos clásicos (Bob Marley, Los Beatles, Los Stones, Los Redonditos, Leonard Cohen), guitarrista y cantante de Mi Pequeña Muerte – una de las bandas que mejor suena en vivo –, Julián Perla se ha convertido en un requerido productor, dueño de un sonido elegante, delicado y muy tentador. La prueba de fuego fue la primera vez que se hacía cargo en solitario de la producción de un disco de su banda. Salió airoso y con resto, dando forma a un verdadero discazo. Así lo prueba El Triunfo de la paz (2012), Tenía que hacerle caso a sus palabras en “Los Animales”: para sentirte bien, hace lo que querés. Mirá lo que llevás, soltá las piedras.

Mientras en ArteZeta no deja de sonar el disco debut de Sué Mon Mont, sin dudas uno de los discos del año, donde además de sumar desde la consola, toca los teclados en tres canciones, les dejamos una nueva entrega para conocer a estos ases del sonido.

Sólo me queda decir que si el Indio Solari se aviva y aprovecha la devoción de Julián, podría tener un último gran disco épico, sofisticado, provocador y pegadizo en su justa medida. Como un Morrisey calvo sacudiendo la tierra en “I Will See You in Far-Off Places”. Soñar no cuesta nada.

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AZ: ¿Cómo definirías el trabajo y el rol del productor artístico?

Julián: Muy resumidamente, soy un integrante que ingresa al grupo para ayudar desde lo musical-técnico-artístico-psicológico, etc… a grabar el mejor disco que puedan.

AZ: ¿Cuándo y por qué empezaste en esa tarea de productor, pensar la música en términos de producción artística?

J: Empecé a grabar después de algunos desencantos en estudios ajenos. En esos años todavía no era fácil el acceso a grabar tu propia música, sí o sí tenías que pagar un estudio, el tiempo nunca alcanzaba, el trato no siempre era bueno, y los resultados me dejaban dudas. Entonces me compré una portaestudio de 4 canales a los 18 años y ese fue el principio de todo. Pasaba horas grabando y experimentando con las cintas. El tiempo no existía mientras lo hacía. Recuerdo que los primeros meses apenas dormía, despertaba y antes de desayunar ya estaba escuchando las grabaciones de la noche anterior. Era muy divertido, como cuando sos niño y tenés todos esos regalos después de navidad. Un juego que me daba mucho placer. Con el tiempo fui comprando micrófonos, equipos, teclados… Y después de tanto trabajar con mis cosas fueron apareciendo artistas que veían algo en mis grabaciones y querían trabajar conmigo. Se fue dando naturalmente y no termino nunca de sorprenderme de las cosas que suceden a la hora de grabar, y sigo aprendiendo de todos y de todo.

AZ: ¿Cómo fue tu formación?

J: Digamos que mi gran formación fue esa portaestudio y la experimentación en casa, y el cambio de información constante con otros amigos músicos productores.

AZ: ¿Un referente?

J: No sé si un referente, pero todos los que aportaron espíritu a las grabaciones desde sus inicios, George Martin, King Tuby, Phil Spector, Steve Albini, Mark Everet, y Jason Lytle, entre otros.

AZ: ¿Te acordás del disco que te disparó la atención a nivel audio/producción?

J: Escuché por primera vez In Utero de Nirvana y me pregunté cómo diablos habían grabado esos tambores y esos bajos. Cerraba los ojos y trataba de trasladarme a ese espacio que percibía. Tengo como recuerdo que fue la primera vez que escuchaba un disco y no me contentaba solo con canturrear las letras, había algo más.

En ese momento yo tocaba la batería en mi banda adolescente, y recuerdo estar horas en mi cuarto tratando de que mi bata suene parecida: la armaba, la desarmaba, cambiaba las afinaciones. Todavía me sigo preguntando cómo diablos lo hicieron.

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AZ: ¿Cuál dirías que es tu búsqueda cómo productor?

J: Yo trato de ver el todo e ir ajustando las clavijas sin que la cuerda se rompa. Y cuando algún elemento necesita más trabajo o atención que otro, voy con cuidado, respetando los momentos de cada músico y atento a que la frustraciones que puedan a aparecer no nos hagan retroceder casilleros. Todos somos diferentes, y dentro de una banda incluso cada engranaje tiene su propia fortaleza y debilidad. No sirven las formulas mágicas y hay que aprender a descifrar las esencias individuales para sacar lo mejor de cada uno. Creo que eso es lo más importante. Me gusta que la gente con la que trabajo disfrute del proceso. Contagiarle el amor por las grabaciones y que sepan que al final todo va a estar un escalón más arriba de lo que estaba ayer.

AZ: ¿Cuál es tu filtro para elegir proyectos?

J: Tiene que haber materia prima que me motive, entrega total por parte de los músicos y algún tipo de conexión humana.

AZ: ¿Cómo afecta la tarea de pensar un álbum el hecho de que tal vez su versión online – legal o pirata – sea la que más se escuche?
J: Es que yo no trabajo por o para un formato en especial. Una vez que la obra está terminada pueden editarlo en cd, en vinilo o subirlo a una plataforma digital, que eso ya es secundario. El disco como concepto es siempre el mismo.

AZ: ¿Hay algún disco al volvés a escuchar, tipo oráculo, para inspirarte?

J: Varios y por épocas. Walls and Bridges de Lennon, Exile… de Los Stones, Catch a Fire de Marley, Check Your Head de Bestie Boys, Tender Prey o The Boatman Calls de Nick Cave, Waiting for The Sun de The Doors, cualquier disco de King Tubby, In Utero de Nirvana, End of The Century de The Ramones, el Album Blanco, Sky Blue Sky de Wilco y cualquiera de Jason Lytle.

AZ: ¿Un disco o canción que te llena de orgullo haber participado?

J: El último de Mi Pequeña Muerte, El Triunfo de La Paz, porque por primera vez producía en solitario un disco de mi banda y tenía dudas acerca de lograrlo. Además de componer las canciones, tocarlas, grabarlas, mezclarlas… puede ser demasiado. Lo ideal es buscar un productor en esos casos, pero los miembros del grupo me eligieron a mí por votación así que no me quedó otra. Sabía que era primordial que el proceso no se estire, porque iba a tener poca paciencia con mis canciones. Lo hicimos en un par de semanas y me encanta el resultado.

AZ: ¿Hay algún disco que escuchaste y te hubiera gustado producir?

J: Cualquiera de los discos solistas del Indio, porque soy fan de él desde niño y los hubiese encarado y hecho de otra forma.

AZ: ¿En qué proyectos estás trabajando en la actualidad?

J: Terminé de grabar recién el disco debut de Sué Mon Mont, estoy empezando con el segundo de Gira Peonza y un disco solista mío, muy acústico.//z