Repasamos las mejores presentaciones en vivo de un año que tuvo de todo: desde las visitas más esperadas hasta los shows más convocantes en mucho tiempo

 

 

El Indio y los Fundamentalistas del Aire Acondicionado – Hipódromo de Tandil

Esto es como un mini Woodstock”, dijo el Indio desde el escenario, para describir lo que fue la monumental e histórica experiencia de su show en Tandil. Más de 80 mil personas arribaron desde todo el país (hasta de países limítrofes), para dar rienda suelta a lo que es, hasta hoy, el show de mayor convocatoria con entrada paga en la historia de nuestro rock. Todo producido por un añoso artista Independiente: pantallas gigantes HD, imponentes torres de sonido, puesta en escena grandilocuente, en fin… nada que envidiar a las mejores producciones internacionales. El Indio y su banda hasta se dieron el lujo de versionar a los fundadores del rock nacional (con “Jugo de Tomate Frío” de Manal y “Post-Crucifixión” de Pescado Rabioso), de tocar algunas gemas inéditas de Los Redondos como “El Regreso de Mao” y “Un Tal Brigitte Bardot”, y de desatar “el pogo más grande del universo (Indio dixit) con “Jijiji”.

 

Pixies – Luna Park

Fue uno de los shows del año porque fue como en nuestros sueños. Ver a Black Francis, Kim Deal, David Lovering y Joey Santiago en vivo fue uno de los eventos que nadie olvidará. “Bone Machine” (uno de los mejores comienzos para un concierto) y “The Holiday Song”, fueron las canciones que hicieron saltar de un lado al otro a un público que colmó el Luna Park. Las dos versiones de “Wave of Mutilation” y “Where is my mind?” emocionaron a más de uno. Y todos bailamos con “Here come your man”. Sublime.

 

Rage Against The Machine – Pepsi Music 2010

Con una sola palabra se podría definir al recital que brindó la banda estadounidense en el marco del festival de la gaseosa en Costanera Sur: Épico. Porque Zack de la Rocha escupió granadas a través de sus letras, con el micrófono como única arma y Tom Morello demostró su virtuosismo y oficio de guitarrista sacando los efectos más locos de su guitarra, coronándose como uno de los últimos grandes guitarristas que quedan en este mundo. Sumado a una lista contundente que hizo tronar el cielo (“Killing in the Name” fue el punto más alto del show, el orgasmo de la noche). Y encima en el escenario estuvieron todo el tiempo los obreros de Zanon agitando. ¿Qué más queres? Si huele a revolución y a los noventa… Si no es épico, ¿qué es?

 

Pennywise – El Teatro de Flores

20 años pasaron para que “las canciones que hermanan” de la banda oriunda de Hermosa Beach, California, hicieran vibrar al público argentino. 20 años y otro cantante, porque Jim Lindberg dejó la banda el año pasado. Pero eso no importó, Zoltán Téglás se las ingenió para que no se notara su ausencia y demostró que no importa quien cante las canciones, la esencia es la misma. 20 años de punk rock, de hardcore melódico, de letras plagadas de conciencia de clase. En todo el show, Fletcher Dragge y su guitarra marcaron el camino, el ritmo del pogo y el mosh. La banda dejó hits punkys directos y un corte de luz, del cual zafaron con una versión punky a capella de “Stand By Me”. 20 años no es nada, ¿no?

 

Paul McCartney – Estadio River Plate

Poner en pocas palabras la montaña rusa de sensaciones que desató la segunda visita de Paul McCartney a nuestro país, resulta cuanto menos difícil. En casi tres horas, con una voz impecable y una potente backing band acompañándolo, Macca ofreció un show brillante, soberbio, histórico; todo a la altura de su enorme figura y con la estrategia de apuntar directo al corazón y a la memoria afectiva, conectando directamente con las fibras más íntimas de distintas generaciones, al punto de provocar estallidos emocionales al borde del llanto. Los sentimientos fueron muchos: a los homenajes a John (con ”Here Today” y ”A Day in The Life”) y a George (”Something”), se sumaron recorridos por cada una de las etapas de Paul, con clásicos de su repertorio solista, y con los himnos inmortales Beatle, donde ”Let it Be”, ”Hey Jude” o ”Yesterday” fueron pasajes obligados.