Shows increíbles, regresos triunfales y llenos emoción. Estos son los mejores recitales de 2011, elegidos por la redacción de ArteZeta.

 

 

 

 

 

Pearl Jam – 13 de noviembre, Estadio Único de La Plata.

“No tengo palabras”, fue lo único que atinó a decir un Eddie Vedder quebrado hasta el llanto, emocionado, perplejo ante la devoción incondicional que despierta Pearl Jam en los fans argentinos, cuando en  el final de “Black” las 45 mil personas que llenaron el Estadio Único de La Plata lo acompañaban en el coro que cierra esa desgarradora balada. Fue la segunda visita de la banda al país, que sirvió para sellar definitivamente ese lazo de energía y amor entre músicos-público que se había manifestado por primera vez en aquellas dos inolvidables noches en Ferro, en 2005. Pero esta vez había un motivo extra para festejar: los 20 años de vida de la banda. Desde el grito catártico de “Release” hasta los acordes hendrixianos de “Yellow Ledbetter”, Pearl Jam ofreció un concierto memorable, a la altura de semejante festejo, que terminó con Eddie brindando con el público: ¡Salud!

 

Chris Cornell – 9 y 10 de noviembre, Teatro Gran Rex.

En el año del revival grunge por excelencia, hubo para todos los gustos: los 20 años de Pearl Jam con gira y documental, el aniversario deluxe de Nevermind y hasta una nueva visita de Stone Temple Pilots. Pero había una pata fundamental del género que no podía faltar: Chris Cornell. El vocalista de Soungarden -y una de las voces más potentes de la generación de oro- deslumbró a todos con dos noches íntimas. Los shows del Teatro Gran Rex significaron -en la era de las visitas internacionales de estadio- una experiencia rockera de alto contacto humano: un banquito, un par de guitarras acústicas y una voz. Sólo con eso Cornell sostuvo casi 2 horas y media de show, repasó toda su carrera – “Black Hole Sun”, “Fell on Black Days”, “Hunger Strike”, “Like a Stone”- y dejó a todos con la misma pregunta dando vueltas en la cabeza: ¿Qué carajo había flotando en el aire de Seattle en los ’90, para que surgieran tantos buenos cantantes al mismo tiempo?

 

U2 – 30 de marzo, 2 y 3 de abril, Estadio Único de La Plata

Durante los meses de marzo y abril una nave espacial aterrizó en La Plata: U2 trajo su megalómana gira 360º Tour y su escenario llamado “La Garra”, una monstruosidad circular de 400 metros cuadrados y 50 de alto, pantallas gigantes, columnas interminables, rampas móviles, pasarelas y visión abierta hacia cualquier sector del estadio. El autodenominado “show de rock más grande de todos los tiempos” sirvió para confirmar que U2 siempre puede seguir creciendo. Pero más allá de tanta producción audiovisual, U2 tiene enormes canciones: himnos inagotables como “With or Without You” o “One” permiten que la banda irlandesa logre intimidad con su público aún en dimensiones tan monumentales. La intervención de León Gieco (cantando “Solo le pido a Dios” junto a Bono), y la especial dedicatoria a Gustavo Cerati, acrecentaron la emoción de un show que visto en perspectiva -y ante los rumores de separación de la banda- puede considerarse histórico.

 

Illya Kuryaki & The Valderramas – 13 de octubre, Auditorio Puerto Madero.

“Vamos a tener que cambiar la letra de esa canción”, le dijo entre risas Emmanuel Horvilleur a Dante Spinetta, en una entrevista previa al show del regreso, en relación al paso del tiempo desde la última vez juntos, hecho que avirozaban en torno a la letra de “Jennifer del Estero”, esa gran canción de funk rock donde hablan de tener sexo con una chica de ¡15 años! “Ya nos estamos poniendo viejos”, resumió Dante. Lo cierto es que arriba del escenario del Auditorio de Puerto Madero -donde el 13 de octubre  Illya Kuryaki & The Valderramas se reunió después de 10 años- los IKV son los mismos de siempre: el tiempo pareció no pasar para ellos. Incluso, como un buen vino que necesita añejarse con los años, el parate les sentó bien: los grandes clásicos de una banda fundamental en la escena alternativa de los ’90, como “Coolo”, “Abarajame” o “Remisero”, sonaron mejor que nunca, con un groove demoledor y un swing funky tocado con destreza negra por un duo de muchachitos blancos que volvió para quedarse.

 

The Strokes – 4 de noviembre, Personal Fest.

Lluvia, truenos, rayos y la tormenta del año: un clima apocalíptico. Desde el vamos se veía venir un show épico y memorable en GEBA. La culpa de todo la tuvieron cinco muchachos de New York con movimientos robóticos y precisos. Otra vez los Strokes se presentaban en el país y demostraron estar más vivos que nunca. Una lista precisa matizó gemas de ayer y de hoy: de “New York City Cops” a “Under Cover of Darkness”. Retro rock, rock de guitarras y garage: tres cosas claves en el andamiaje de la banda neoyorkina. Las nubes tronaron y ellos también.