Lucrecia López Sanz, guitarrista y cantante del grupo tributo beatle Nube 9, habló de todo antes de sus shows en The Cavern: sus discos preferidos de los Fab Four, sus aventuras zapando en Liverpool con figuras de la talla de Alan White y Mark Hudson, y su experiencia grabando con Brian Ray.

Por Matías Roveta

A partir de la proyección internacional de Nube 9, la banda de tributo a los Beatles que Lucrecia formó junto al ex Super Ratones Fernando Blanco en 2001, la guitarrista y cantante logró codearse con los grandes del rock mundial: el año pasado telonearon a Ringo Starr en el Luna Park y durante este 2012 ella fue convocada por Brian Ray -guitarrista de Paul McCartney- para grabar voces en su disco solista de inminente salida. Sobre el eterno legado beatle asegura: “Cada vez que los escuchás, aprendés algo nuevo”.

 

AZ: El catálogo de los Beatles lo conocen bien, lo tocaron casi íntegramente. Pero a ese repertorio ustedes le aportan algo personal. ¿Existe un sonido Nube 9?

Lucrecia: Lo nuestro es un homenaje musical. Es difícil explicarlo porque hoy está establecido que las bandas tributo deben ser como clones de la banda original: se disfrazan como los Beatles y usan sus mismos instrumentos. Nosotros, en cambio, nos despojamos de todo eso y nos dedicamos a interpretar en vivo las canciones como están grabadas originalmente. En la banda, incluso, los roles están más liberados: no hay un John Lennon o un Paul McCartney. La interpretación de las canciones es más libre, cantamos todos los integrantes, por ejemplo. Eso está bueno porque genera una dinámica que es más entretenida, más liberada, incluso para el público.

AZ: Después de tantos años escuchando a los Beatles, ¿siguen descubriendo cosas nuevas?

Lucrecia: Sí, totalmente. Con los Beatles nunca terminás de aprender, sus discos son una fuente inagotable de sabiduría. Cada vez que los escuchás te sorprendés, encontrás nuevos arreglos. Si bien son discos que tocamos varias veces, nos pasa que seguimos encontrando formas distintas de tocar lo que veníamos tocando.

AZ: Al estar en una banda tributo, ¿cómo es separar el rol del músico del fan?

Lucrecia: Nosotros, además de fanáticos, somos músicos, y quizás por esa condición tenemos una visión distinta. Pero también es cierto que es difícil separar las cosas: cuando viajamos Liverpool para tocar en The Cavern en la “Beatle Week”, por ejemplo, ahí se mezcla todo: el fan, el músico y el turista (risas). Pero siempre termina predominando nuestro rol de músicos: cuando te subís al escenario en lo único que pensás es en tocar bien y que sea un show buenísimo.

AZ: ¿Tenés una etapa de los Beatles que te guste más?

Lucrecia: Suele ser por épocas. De más adolescente me gustaba Hard Day’s Night. Luego descubrí Rubber Soul, que sigue siendo uno de mis discos preferidos. Pero Abbey Road siempre se mantiene: ahí se nota que ellos mismos pusieron todo, como si hubieran dicho: “Bueno, ésta es la despedida, hagámosla bien”. Es el disco que más disfruto tocar en vivo.

AZ: A la hora de llevar los discos al vivo, ¿hay alguno que sea más difícil hacer que otro?

Lucrecia: En realidad depende del disco que hagámos. Sgt. Pepper, por ejemplo, es complicado para el bajo, los teclados y la batería. No es un disco de muchas guitarras, entonces en ese caso Julian (Carranza, el otro violero) y yo tenemos menos trabajo que el resto. El Album Blanco es distinto: es un disco maravilloso, tiene un montón arreglos para todos los instrumentos. Especialmente para la guitarra; en esa época (George) Harrison estaba muy bien: en ese sentido debe ser su mejor disco. Después están los arreglos de voces, las armonías vocales, donde los Beatles dieron cátedra. “Paperback Writer”, por ejemplo, que tiene distintas capas de voces grabadas en distintas tonalidades y para llevarlas al vivo necesitás como un coro.

AZ: De la carrera solista de ellos, ¿con cuál te quedás?

Lucrecia: A mí siempre me tiró más por el lado de Harrison. McCartney es un músico increíble, compone brillantemente. Pero creo que Lennon tiene una manera de llegarte a las fibras más íntimas como ningún otro músico puede hacerlo. Sus letras, tan carnales y desgarradoras, lo hacen superior. Más allá de cómo cantaba, de cómo tocaba, él tenía esas cosas que lo hacían trascender más allá del virtuosismo. Igual, en realidad me gustan todos, incluso Ringo (Starr), que tiene unas canciones hermosas y suele ser el menos reconocido de los cuatro.

AZ: El año pasado lo telonearon…

Lucrecia: Sí, fue increíble. Fueron dos noches muy emocionantes. Recuerdo la prueba de sonido para el primer día: me agarraron los nervios que no tuve en toda mi vida. Me cayó la ficha de dónde estaba: se me vinieron de golpe encima un montón de recuerdos y sueños. Lástima que no pudimos conocerlo, pero con tener la foto de nosotros arriba del escenario con la batería de Ringo de fondo, alcanza.

AZ: Y de esa experiencia, a tocar con Brian Ray…

Lucrecia: A Brian lo conocí en un programa de radio cuando vino con Paul McCartney hace dos años; hablamos de guitarras y enseguida tuvimos buena química. Cuando Paul se volvió a Inglaterra para ver a su hija, sus músicos se quedaron acá y una tarde fuimos con ellos a tomar algo: ese día quedó ya gestada la idea de hacer algo juntos. En mayo de 2011, cuando se hizo un hueco dentro del tour, Brian se vino para Buenos Aires y cuando llegó tocamos juntos en The Cavern. Quedó tan contento con Nube 9 que gestionó una gira para octubre con la idea de tocar su material solista: estuvimos en Panamá y en Brasil. Después nos invitó a mí y a Fernando (Blanco) al show de Paul en Montevideo en abril de este año, y a las tres semanas me mandó un mail que decía “Venite a Los Angeles para grabar en mi disco”.

AZ: ¿Así de repentino?

Lucrecia: Sí, fui de aventurera total. Fue en agosto y estuve 10 días. Fue una experiencia bárbara: el día que llegué me llevó al estudio y nos pusimos a trabajar rápidamente. Grabé algunas voces, fueron días de trabajo intenso. También me llevó a pasear, a conocer Hollywood, que fue donde grabamos el video clip del primer corte de difusión.

AZ: Luego de tantos años yendo con Nube 9 a Inglaterra pudiste tocar con muchos grosos….

Lucrecia: Por suerte, sí. Hubo varios: Alan White, por ejemplo, que es el baterista de Yes y el grabó con Lennon en Imagine y con Harrison en “My Sweet Lord”; Mark Hudson, que es el productor de la carrera solista de Ringo y quien produjo a Aersomith. También conocí a Steve Holley y Denny Laine, baterista y guitarrista de los Wings, la banda de McCartney en los ’70. Todos músicos que estuvieron trabajando con miembros de los Beatles y con otros grandes músicos. Algo inolvidable.

AZ: ¿Y para cuándo Lucrecia tocando con Paul McCartney?

Lucrecia: (Risas) Y….únicamente si algún día él se aparece sorpresivamente en un show de Brian.

[youtube]http://youtu.be/yY5L-9gKtUk[/youtube]