Seleccionamos los veinte discos fundamentales de la última década del rock del oeste.

Hacer un listado nunca es fácil y más si se trata de discos. El recorte se hizo teniendo en cuenta la importancia de cada producción al momento de su lanzamiento, se eligió un disco por banda así no se repetían y de ese modo podíamos abarcar más el amplio mapa musical del Oeste. Decidimos seleccionar discos editados del año 2000 en adelante para armar un reflejo de la escena actual. Pero siempre hay una excepción que confirma la regla, pusimos el primer disco de Árbol, Jardín Frenético, editado a mediados de los noventa porque creemos que es la piedra fundacional de una escena tan rica y versátil como es la del Oeste hoy en día.

Árbol  – Jardín Frenético (1996)

El debut de Árbol es un festival de rock explosivo y ecléctico: climas reggae y ritmos afrolatinos se fusionan junto a rabiosas arremetidas de rap rock, funk, hardcore y ska-punk, para darle el adecuado marco sonoro a canciones combativas y nihilistas que son recorridas por historias de sexo, violencia y vida al límite en rincones del conurbano bonaerense. Eduardo Schmidt reluce como multinstrumentista al colorear las canciones con arreglos de cuerdas, solos de flauta y riffs de violín, y el baterista Matías “Chávez” Méndez -que dejaría la banda luego de diferencias artísticas con el productor Gustavo Santaolalla- se esgrime como cerebro musical. Justamente su salida se transformaría en el verdadero Big Bang del rock del Oeste: luego de Árbol formaría otra banda legendaria –Nuca- y se convertiría en padrino y productor musical del sello-comunidad Yatay, epicentro desde el cual surgió la verdadera escena del Oeste.

Ushuaia Rocks – Es la idea (2001)

Cuando el lo-fi no era la herramienta fundamental para que hoy en día cualquier cosa suene indie, Ushuaia Rocks imprimía ese sello distintivo en su disco debut. La banda de San Miguel alternaba melodías pop con paisajes rabiosos que seguirían vigentes en el EP Es La Idea De Un Frío Invierno, editado tiempo después. Quedarse con la idea de que Ushuaia Rocks suena parecido a The Strokes es juzgar demasiado rápido a una banda que toma parte de su nombre por la mítica Hanoi Rocks y gran parte de su sonido de la Velvet Underground. Hasta participaron del homenaje argento al disco The Velvet Underground & Nico en 2009 con una correcta versión de “I’m waiting for my man”.

Smitten –  22:30 (2004)

¿Quién hubiera pensando en los noventa que Smitten se convertiría en una banda popular y en una máquina de hacer hits? Allá por el año 1994 Chuck y Patrick eran dos jovencitos llenos de ilusiones y de un puñado de canciones punkies. La primera vez que tocaron bajo el nombre de Smitten fue en el colegio Dorrego de Morón. Hoy en día se presentan en festivales por distintas partes de Latinoamérica y sus discos rotan en las radios más escuchadas. 22:30 fue el disco que empezó a marcar el rumbo de la masividad y el comienzo de la maduración musical. El punk melódico empezaba a quedar atrás y una hermosa nostalgia teñía las canciones. El álbum estaba impregnado de melodías “beatlescas” como las de “El Domingo es peor” y “Sabés”. Aunque el punk rock made in Smitten decía presente en “Soy Feliz”, “Groupie” y – el hit que debería haber sido radial  – “Excusas”.

Coiffeur – Primer corte (2005)

El disco más personal y confesional del nuevo grupo de artistas surgido del oeste. Guillermo Alonso utilizará el seudónimo Coiffeur, pero desnuda su alma y la envuelve en una delicada bolsita de tela para compartirla con todos en Primer Corte. Sus deseos (“Al Oído”, “Amor-On”), anhelos (“Nunca Nos Acostumbremos”), ansiedades (“De Una Vez Por Todas”), inquietudes y miedos (“De Vos Conmigo”) recorren junto a él las calles de su Morón natal para hablar de los encuentros y desencuentros amorosos. Con una voz suave y melódica impulsada por una guitarra que suena tan rápida como sus sensaciones y sentimientos, Coiffeur nos tiende una mano para que podamos decir lo que él tan libremente transmite desde de sus canciones.

Movil Vission – La Vereda del Sol (2005)

Hace años que Movil Vission no existe, se extraña su coctel explosivo de ska, reggae y hardcore. Su último disco La Vereda del Sol, es un compendio de postales soleadas y canciones mestizas con letras espirituales. El sol es el leit motiv de la placa, sus rayos se vuelven intermitentes en los reggaes vitales de “Mi Lugar” y “Autocultivo”. También arden en “La guía” con cita de por media a “Good Save The Queen” de Sex Pistols. Aunque la luz que transmite Movil Vission enceguece por momentos en los hardcores “Castigo” y “Anticontrol”. La propuesta sonora es muy original, mucha energía positiva recorre los once tracks “creando espacios de libertad”. ¿En qué andarán estos espíritus rebeldes de Paso del Rey?

Nuca – La Máquina de La Pampa (2006)

“Que la música no pare” canta Matías “Chávez” Méndez en el inicio de Máquina de la Pampa. Pareciera que ese fue su lema después de su abrupta salida de Árbol, ya que no se quedó quieto y luego de su viaje iniciático por Latinoamérica creó Nuca, la banda más importante de la última década en el oeste. La Máquina… fue su tercer disco y los consagró. Hubo un antes y un después de la salida del álbum, nada volvió a ser igual. Todas las bandas querían sonar como ellos y el estilo Yatay dominó la escena. El latincore y el power dub rabioso de Nuca pegaron fuerte con “Ya Estoy”, “Saliré” y “Sauco”. ¿La clave? La perfecta combinación de las letras y melodías del Chávez con las violas de Nico Pulso y los scratchs de Dj Raffa. La lisérgica “Celso” lo define mejor con esta frase: “lo que abre los puentes”. Nuca lo hizo, abriendo los puentes entre los géneros musicales.

Cucsifae – Take Your Higher (2007)

Lucas Sequeira es uno de los guitarristas alternativos más creativos de la escena argentina. Esto queda demostrado en Take Your Higher, quinto disco de Cucsifae. Con más de veinte años en el mundo del hardcore melódico el ex – Fun People se luce en “No Pressions”, “No Fear” y “I don’t care I”. Pero ojo, no hay solo hardcore en esas seis cuerdas, también hay guiños a Sonic Youth, Pavement y al mundillo noise. La voz de Lucas derrocha carisma con su spanglish y nos hace brillar como pequeños niños sensibles. También nos regala unos de los últimos hits del indie y la canción más bella que compuso: “The Sun Can Shine On You”.

Juanito El Cantor – 12 Canciones De Amor y Una Botella De Vino (2007)

La primera pregunta que surge al escuchar 12 Canciones De Amor y Una Botella De Vino es: ¿Qué le pasa a Juanito con el pis? El interrogante no es por nada azaroso, pero tal vez sea para debatir en otro momento. Juan Ignacio Serrano es uno más en las filas de un nuevo resurgir de trovadores modernos (Coiffeur y los hermanos Aristimuño son otros referentes) que guitarra en mano revalorizan lo esencial de música, aquello que es invisible a los ojos y que a veces pasa tan desapercibido que entra por un oído y sale por el otro: el contar historias simples, personales, que nos llevan de paseo por una galería de imágenes en las que pueden reflejarse uno mismo, el vecino de enfrente, algún compañero de laburo o hasta tu profe de Economía.

Ojas – Naranja (2007)

Naranja, primer larga duración después de años de batalla en el under, significó la consagración para Ojas. A partir de su edición llegaron los primeros indicios de reconocimiento: series de shows en La Trastienda, participación en los line-up de grandes festivales y rotación masiva en las FM de turno. El productor Pablo Romero (Arbol) logró moderar lo ecléctico de los primeros Ojas con elementos de pop, al punto de volver más radial su sonido. Así, el disco busca un perfil de rock más cancionero, pero sin desatender ese instinto alternativo y experimental que suele estallar cuando la banda toca en vivo: las melodías con estribillos perdurables conviven junto a las programaciones, los solos de violines y las texturas de sintetizadores, y en esa versatilidad radica la esencia de Ojas.

Humo del Cairo – Humo del Cairo (2007)

En su arrasador disco debut homónimo, los Humo del Cairo dejan en claro por qué Sergio Ch. de Los Natas les guiñó el ojo: hay guitarras sucias, bajos distorsionados y pasajes hipnóticos de hard rock instrumental. Las texturas son sinuosas y los climas densos, y a lo largo del recorrido hay gemas de blues espacial (“Nimbo”) y country folk pesado (“Errantes”), riffs arrastrados (“Panorama”) y citas a Sabbath y Hendrix. Pero es en “A tiempo” -un stoner sobre la desigualdad social- donde dan muestras de los rasgos estilísticos necesarios para ser integrados a la escena South American Sludge: un mix de distorsión y psicodelia pesada para musicalizar dolores típicamente sudamericanos.