En diálogo con ArteZeta, el bajista y cantante Robert Levon Been recuerda sus visitas a la Argentina y habla sobre sus influencias, su esperado próximo disco y sobre el negocio de la música.
Por Agustín Argento
Foto de Matías Altbach
A través del teléfono, desde Los Ángeles, se puede intuir que Robert Levon Been, líder de Black Rebel Motorcycle Club, está de buen humor, relajado y con todo el tiempo del mundo. Con respuestas pausadas y pensadas, el bajista-guitarrista-cantante del grupo de hard rock no duda en afirmar que Buenos Aires es una de las ciudades sudamericanas que más conoce.
“Estuvimos más tiempo en Buenos Aires que en otros lugares de América latina. Caminamos por la ciudad, conocimos gente, sentimos un poco la energía. Recuerdo que la primera vez hubo una gran paro (el lockout campo de 2008) y era medio complicado y caro trasladarse”, recordó. Sin embargo, ese traspié turístico lo tomó con un dato de color del país y algo positivo que deberían imitar los estadounidenses: “En Estados Unidos, por las elecciones, están empezando a haber manifestaciones y la gente se está enganchando con la política. Así debería haber sido siempre”.
En ese 2008, BRMC dio dos shows en Argentina en dos festivales diferntes, uno de los cuales fue junto a Nine Inch Nails en GEBA. Éste último quedó marcado en la memoria de Levon Been, debido a que Trent Reznor y compañía le parecieron “personas muy inteligentes e interesantes”. “Ojalá toquemos juntos otra vez. Siempre que compartimos giras con otras bandas intento aprender de ellos cómo hacer de este negocio un hobby”, sostuvo el quien hace 18 años fundó el grupo junto al también guitarrista-bajista-cantante Peter Hayes.
Con un sonido crudo, mezcla de hard rock, stoner y blues, los Black Rebel (como se los conoce en la jerga) emergieron como una de las bandas del New Rock Revolution, junto a The Strokes y Kings of Leon, aunque su estética oscura de camperas de cuero les fue dando su propia identidad y los llevó a tocar con grandes grupos a lo largo del mundo. Tras dos períodos junto al baterista Nick Jago, el trío fue completado hasta el hoy con Leah Shapiro en la batería, quien sufrió en 2014 una operación en su cerebro, lo que obligó a la banda a realizar un impasse en las giras y los ensayos.
Fue a los 13 años que Levon Been (hijo del fallecido cantante de The Call) intentó tocar la guitarra e iniciarse en el mundo de la música, pero al no hallarse con las seis cuerdas compró por 400 dólares un bajo que sigue usando hasta la fecha. Ese es su instrumento, afirmó, a pesar de que durante los shows para componer usa la guitarra, al punto de “llegar ser, técnicamente, mejor que Peter”, confiesa. En esa formación musical, el bajista se referenció en la música inglesa y, en especial, en el ex New Order Peter Hook.
“Joy Division y New Order -explicó- tienen mi simpatía por igual. Veo que Hook no tiene un sonido diferente al mío y también usa mucho los tresillos de corcheas para tocar. Además, puedo sentir todo el espacio que genera con su bajo. A veces, lo toca como si fuera la guitarra líder, lo cual yo también busco. Por su parte, Ian Brown (vocalista de The Stone Roses), bueno, es muy prolífico y John Squire es un gran guitarrista. Creo que tiene mucho potencial como parte de la banda junto a Mani (bajista). Cuando escucho que están por sacar un disco nuevo me pongo ansioso y nervioso a la vez. Siempre escucho The Stone Roses y Second Comming”.
Sobre el particular sonido de Black Rebel Motorcycle Club, Levon Been explica: “Hay bandas que crearon su carrera con un estilo de música, pero nosotros armamos las canciones una por una. Si una sale psicodélica, la tocamos así, y si otra sale más blusera, vamos hacia el blues. Siempre intentamos extraer todo el potencial de cada canción, y así encaramos este nuevo proceso”, y sostuvo que tras la gira sudamericana que los trajo a Argentina en marzo pasado, el trío regresará al estudio para comenzar a darle forma al sucesor de Specter at The Feast, su séptimo disco, editado en 2013.
“Tomar a este negocio por el lado del dinero me parece repulsivo y deprimente -asegura-. En otro tiempo esto conspiraba un poco, pero crecimos y vemos las cosas diferentes. Luego de tanto tiempo juntos, sabemos lo bueno y lo malo de cada uno, y, entonces, con tanta historia, a veces se vuelve pesado y en los días malos debemos dejar de lado algunas cosas. Pero, al final, son muchos más los días positivos que los negativos”.//∆z