Buffalo se presentó en Uniclub, repasó canciones de sus cuatro discos y adelantó algunas de las que vendrán en su próximo trabajo. Y sí, obvio, alcohol y drogas en abundancia, ritos satánicos con sangre de cabras y alabanzas al diablo… Sino, era cualquiera.

Nota: Gaby Feldman

Fotos: Pablo Lakatos

A Balvanera nos dirigimos esta vez, más específicamente al Abasto, viejo barrio de tangueros. Hoy día (bah, ahora no tanto creo) albergue de floggers (¿los tangueros de las post-post-modernidad quizás?). En el Uniclub iba a tocar Buffalo y hasta allí fuimos nomás. La banda, compuesta por Claudio ‘El Pastor’ Filadoro (voz y guitarra), Xoni (bajo y voces) y Leandro ‘Limón’ Salillas (batería y percusión), es a grandes rasgos un trío de rock pesado. Voy a aprovechar que en la noche del jueves lo dejó bien en claro. “¿Que género hacemos?” –bromeó el Pastor, increíblemente adrenalinizado después de rematar ‘La Batalla de San Antonio’– “Rock pesado. Porque es Rock, y es pesado”. A ver, en su primer disco, Temporada de Huracanes (2003), había una tendencia más marcada hacia el stoner. Pero ojo, la banda no se delimitó a un género específico y además de la influencia de bandas como Black Sabbath y Kyuss siempre se nutrieron del hard rock, heavy y tras: desde ZZ Top (¿por eso se dejarán las barbas?) hasta Metallica. No es estrictamente stoner, no es estrictamente thrash, ni heavy metal, aunque tenga cosas de ambos. Es Buffalo: rock pesado, y del bueno.

Antes que nada una mención especial al auto del Pastor. Escribo estas líneas de pie y mis felicitaciones por tan hermosa máquina. Uno camina para acercarse al recinto y ahí lo ve estacionado. No sé mucho de autos, así que no recuerdo modelo ni nada (creo que un Taunus). Imagínense el de “Death Proof”, la pelicula de Tarantino ¿Lo tienen? Bueno, esa onda. Con una calavera en el capot y todo. Es el auto para ir con metal al taco y disparando por la ventana con una Ithaca a los zombies. Supongo que también servirá para otros menesteres, y no sólo para la caza de muertos vivos, pero para esto último resulta ideal. Así que están avisados: cuando ataquen los zombies, ya saben a quién recurrir.

Párrafo aparte para las dos bandas que tocaron antes. Elefante Blanco y Electrokarma abrieron la noche a puro stoner y distorsión. Primero les tocó a Elefante Blanco, una banda más típicamente stoner: el hermoso coctel entre rock pesado, psicodelia y experimentación. Incluyeron en el set una rock-desert-version de “Break on through” de los Doors que hizo mover a más de uno. “Mierda experimental de la buena”. Después subieron los muchachos de Electrokarma. Los pibes, que llevaron equipo como para desembarcar en Normandía más o menos y tardaron un poco en acomodarse, pero una vez resueltos los contratiempos técnicos, le dieron duro y parejo con su mezcla entre doom y stoner. Sonido denso, tempos lentos y mucha distorsión para hacer más corta y apacible la espera.

Se hizo la 1:55 de la mañana cuando finalmente subieron los Buffalo al escenario. Sí, ahí estaban cada uno en su lugar, y El Pastor, por supuesto, con esa guitarra tan particular y distintiva que tiene. La gente no claudicó y se quedaron a escuchar la banda que habían venido a ver. La bestia de tres cabezas arrancó con una canción nueva y casi sin interrupción directo a la boca del lobo (o del buffalo) con “Una casa”, una bien al palo de Karma (2005), y “Magia negra” de su hasta ahora último disco, 30 días de oscuridad (2008). Ya con este arranque valió la pena aguardar para verlos y escucharlos.

“Sangre de Lobo”, otra nueva seguida de “Playa Tortuga”: una “melodia con pelotas”. Pensar que es de las más ‘sentimentales/tranquilas’ de Temporada de Huracanes (2003) y después de todo es una bomba. Acto seguido, y sin ninguna tregua para nuestros oídos, cabezas y cuellos (y para la bordonera del redoblante tampoco), estalló “La batalla de San Antonio”. El último que quede con cabeza que levante la mano.

“Este también es nuevo, es medio agreta, bánquenselo igual porque está bueno” ¿A qué se refería específicamente El Pastor con agreta? Ni idea, pero estar bueno sí que lo está. “Oportunidad”, otra que formará parte del nuevo disco. Rock pesado con todas las letras. “Es rock y es pesado. ¿Le tenés miedo al termino ‘Hard Rock’?, no boludo, Hard Rock es eso…Hard Rock: Rock pesado” Listo, ninguna duda…

Como había tantos amigos de la banda, el recital fue muy distendido. La Buffalo Army dijo presente, agitando en cada canción y con “Hombre ciego” entraron en éxtasis. Pegadita, fundida por ese sonido acuoso del bajo, “Aves negras, caballos blancos”. Después de que El Pastor reconozca a gran parte de la asistencia (“un aplauso para la gente de Avernal”, “un aplauso para la gente de LoNegro”, y así con muchos amigos que se acercaron). “Río arriba”, para seguir desnucándonos con la embestida de la batería de Leandro.

Ya se había hecho tarde (bah, técnicamente se había hecho muy temprano para un día laboral) y algunos se retiraron… “Chau chicos, un abrazo loco. Aguante el Rock n’ Roll…”, les dijo El Pastor mientras se retiraban, “este es el disparo del metal para ustedes”, y acto seguido les dedicó un filoso acorde mientras los apuntaba con su guitarra cual ametralldora semi-automática. Se llevaron un souvenir por lo menos, ¿no?

Bueno, para los que se quedaron vino otra nueva, aún sin nombre. A mi parecer vendría a ser la “emocional” del disco que viene, siempre hay una en ellos y por lo general, salvo “Playa Tortuga, las canta Xoni. Igualmente lo que es tranquilo en el universo Buffalo no sé si cuadra con la idea general de tranquilidad. Empieza tranquilo con el bajo y sutilezas en los platillos hasta que se va todo al carajo más o menos.

“¡En la piel!” pidió una de las fieles, seguido de un “¡In the skin!” por si no quedó claro. “‘In the flesh’ la va a tocar Waters en River, pero es para ver sentado. La que viene ahora es para disfrutar de paradito”, remató El Pastor. Dicho y hecho. “En la piel”, de la que estaban presentando el nuevo videoclip, sonó fuerte y clara en la ya madrugada porteña. Ya estaba “Playa tortuga” ahora “La costa Pelicano”, otra nueva para seguir mostrando el modelo Buffalo 2012. “¡¡¡Vamo’ loco!!! Y para que la parcialidad no se desanime “Gratitud” y  “Asesino de cordero”.

“Viejas nos vamos, más que bueno estuvo que estén y se queden”. “El fantasma sobre el Río Grande”, la elección para finalizar la velada… “¡NO! ¡Una más y no jodemos más!”, las urbes stoner-heavy-hard-city rockers bramaron. “Toquemos una y festejemos el hecho de que están todos acá. Imagínate: están todos acá, se quedaron, mañana laburan, nos piden una más y no la tocamos….¡¡¡CARETAS!!!!”. “Raining Blood” o “And justice for all”, querían los más ambiciosos. Alguno una de Danzig. Barullo, ruido y pedidos. “Ya se está transformando en un stand-up esto”. Sí, tal cuál, se distorsionó un poco la cosa. Pero en fin, hubo tiempo para una más.

Hubiera sido demoledor si tocaban cualquiera de esos covers, pero por mi parte quería “Dañar por dañar” y por suerte sonó esa. ¡Vamos Buffalo! Ya está, la parcialidad de AZ quedó conforme: “Batalla de San Antonio” check, “Fantasma/Río grande” check, “Dañar por dañar” check. Ambos dos más que satisfechos.

Y bueno, ya era viernes: las 3.30 de la matina y ahora había que empezar el día… Qué fresco se levanta Buenos Aires ¿no? Ah sí…Vos, Omar López-Rodríguez, se dice buffalo, no bisonte. ¡Aprendé!