La historia del heavy metal según Andrew O’Neill: más oscuro, más rápido y más extremo
Pauta 2021

Mezclando conocimiento enciclopédico con dosis de humor, el autor inglés reconstruye en su libro el origen y la deriva de la música pesada: de Black Sabbath y Judas Priest al black metal de los años ‘90.

Por Juan Alberto Crasci

Andrew O’Neill (humorista, anarquista, vegano y músico inglés) repasa en La historia del heavy metal (Blackie Books, 2021) el origen y la deriva de la música pesada, que comenzó a fundarse en 1970 a partir del debut homónimo de Black Sabbath y encontró su forma distintiva pocos años después con Sad Wings of Destiny (1976), segundo disco de Judas Priest. Su repaso, estructurado y cronológico, alterna saber enciclopédico con cantidades excesivas de chistes y jocosas notas al pie –tics de su trabajo como standupero– que dotan de agilidad y diversión al pasaje entre etapas del desarrollo del género.

Si bien es difícil ser innovador en el recuento histórico de un movimiento tan oculto como reconocido, O’Neill se las ingenia para presentar este trabajo con una vuelta de tuerca: se trata de una historia subjetiva. Si bien en la primera parte del libro justifica la existencia del género con cierto conocimiento etnológico, arqueológico y antropológico, desde la segunda mitad del volumen hay altas dosis de opiniones y demostraciones de amor incondicional hacia ciertas bandas (Metallica, Darkthrone) y fuerte desprecio hacia otras (Megadeth, Mercyful Fate, el glam ¿metal? de Motley Crue, el nü ¿metal? y el gothic metal).

El autor cae en cierto cliché extremista: cuanto más por fuera esté una banda, un sonido o un movimiento del mainstream, más heavy metal -idiosincráticamente hablando- es. Y de ahí su noción –no propia y ampliamente extendida– del metal como tribu, casta, como música para iniciados, para personas que se sienten mal con el estado actual de las cosas.

Para ejemplificar sus afirmaciones, O’Neill se centra, particularmente, en ciertas escenas extremas (black metal, death metal, doom metal) que surgieron a principios de los años ’80: correrse más a la oscuridad, al sonido extremo y a la velocidad, te vuelve más verdadero, más metalero, más underground. Y, de forma poco sorpresiva, repite el accionar de mucha gente de la tribu, como por ejemplo ni siquiera mencionar al power metal como una de las tantas estratificaciones a las que llegó el metal: el género puede gustar o no, pero indudablemente es parte importante de la historia.

Este truísmo (Manowar inmortalizó la frase “muerte al falso metal”) llevado hasta las últimas consecuencias generaría, con el paso del tiempo, un mayor descarte de bandas que alcanzaron la masividad, tocaron en grandes estadios o adaptaron su sonido a las diferentes épocas. Y esto parece chocar con la misma historia del género: ¿Quién osaría, por ejemplo, despreciar a Iron Maiden o Judas Priest por su masividad?

Esa demostración del gusto personal poco puede objetarse, pero cae en contradicciones que el propio autor debe conocer: ¿Despreciar al mainstream pero apoyar ciegamente a Metallica? ¿Reírse de la pose de Manowar o Mercyful Fate pero adular casi la misma pose –en algunos casos, un poco más filosófica e interesante– del black metal?

A continuación, fragmentos de La historia del heavy metal como muestrario de aquellas bandas que, destacadas por el autor, contribuyeron al desarrollo sonoro del metal. Desde el sonido más tradicional hasta el black metal de los años ‘90:

“Black Sabbath” (Black Sabbath, 1970) – Black Sabbath

“Escribieron su primera canción original basándose en un tritono para un riff  ‘que habían tomado prestado’ de ‘Los planetas’ de Holst. La letra era fruto de un aterrador suceso vivido recientemente por Geezer, quien estaba muy interesado por el ocultismo (…) Después de una intensa jornada de lectura de libros de ocultismo, se despertó y vio una malévola figura negra a los pies de la cama. De repente, todo cobró sentido. Los planetas se alinearon (valga la redundancia). El tono de guitarra de Tony, la voz quejumbrosa y perturbadora de Ozzy. La posesión demoníaca y el ocultismo eran los temas perfectos para un sonido tan hosco”.

“The Ripper” (Sad Wings of Destiny, 1976) – Judas Priest

“(…) Judas Priest redefinió el sentido del término (Heavy metal). Recogieron todo eso aquello que distinguía a los Sabbath de sus coetáneos del hard rock y le dieron un vuelco. Simplificaron el sonido y lo aceleraron. El sonido de Black Sabbath tenía sus raíces en su pasado como grupo de blues, pero Judas Priest creó algo que era independiente. El heavy metal ya era un género propio por sus méritos”.

“Black Metal” (Black Metal, 1982) – Venom

“Venom son importantes por varios motivos. Su sonido extremo llevó a la división del heavy metal en subgéneros. Después de ellos llegó el speed metal, el thrash metal, el death metal, y, más directamente, el subgénero al que dieron nombre, el black metal. (…) Venom acuñó el término para distinguirse de los demás grupos heavies y ofrecer algo único”.

“Seek & Destroy” (Kill ‘Em All, 1983) – Metallica

“‘Kill ‘Em All’ es mucho más heavy que sus maquetas. La voz de Hetfield no se limita a ser una copia barata de la de Sean Harris, de Diamond Head. Influido por la agresividad punkarra de Venom, grita, berrea y gruñe. El disco suena mucho mejor, es más rápido y tiene una producción fresca y extrema. La exhibición instrumental de Cliff Burton en ‘(Anaesthesia) Pulling Teeth’ constituye una pieza única y experimental que le da categoría al disco”.

“Triumph of Death” (Apocalyptic Raids, 1984) – Hellhammer

 La falta de formación musical en sus principios acabó derivando en la creación de un estilo propio: le dieron muchas vueltas al tipo de música que querían producir y optaron por la innovación en vez de por la imitación. Ese estilo tan extraño y parco es inconfundiblemente propio”.

https://www.youtube.com/watch?v=dlUr2k1Ksa4

“The Usurper” (To Mega Therion, 1985) – Celtic Frost

“Celtic Frost retomó el hilo que el proyecto anterior había dejado, a pesar de sus esfuerzos por distanciarse de Hellhammer (…) En el transcurso de sus tres álbumes, se transformó radicalmente. Cada uno de los discos tenía algo de nuevo. Experimentaban sin cesar, totalmente reticentes a quedarse dormidos en los laureles. En To Mega Therion, el dominio musical y la producción alcanza nuevos niveles (…)”.

“Satan’s Curse” (Seven Churches, 1985) – Possessed

Seven Churches empieza con la música de El exorcista antes de dejarse caer en el torbellino de puro sonido death. El ambiente es oscuro, desagradable y aterrador. La voz de Becerra es LO más extremo que se había grabado hasta entonces en vinilo. El estilo todavía es reconocible como una variedad del thrash metal, pero las guitarras son más heavies y las canciones incluyen detalles adicionales como demoníacas letras grabadas al revés”.

“Angel of Death” (Reign In Blood, 1986) – Slayer

Possessed ya había sacado el primer álbum de death metal, y Reign in Blood NO encaja en esta categoría, pero es brutal. Perturbador. Inquietante. Se abre con un ataque de púa con la palanca de trémolo cogida, un grito inhumano y, a continuación, la palabra ‘AUSCHWITZ’. Bien hecho, chavales. Qué mejor modo de empezar vuestro ÁLBUM que con la palabra que resume la mayor atrocidad cometida en la historia de la humanidad”.

“Baptized In Blood” (Scream Bloody Gore, 1987) – Death

 El grupo constaba de una formación rotatoria de músicos que orbitaba alrededor del genio creativo del guitarrista, cantante y compositor Chuck Schuldiner (…) Death inició su andadura de un modo un tanto primitivo, con unas letras cruentas y nada sutiles, inspiradas en el cine de terror, pero a lo largo de los años progresó hasta convertirse en un grupo más hábil técnicamente que trataba problemas reales y tenía una visión del mundo mucho más meditada y profunda. (…) Lanzado en 1987, es mucho más heavy que Seven Churches, de Possessed: la producción le da mucho más empaque y la voz es más extrema y agresiva. En este sentido rivaliza con Seven Churches por el puesto de primer álbum de death metal”.

“Instinct of Survival” (Scum, 1987) – Napalm Death

 Después del anarcopunk, ¡llegó el GRINDCORE al Reino Unido! Los creadores del subgénero son de Birmingham y se llaman Napalm Death. Empezaron su andadura como un grupo de punk de contenido político y fueron adquiriendo intensidad heavy y rapidez a medida que grababan maquetas y cambiaban de miembros. La velocidad aumentó notablemente con la incorporación del hiperactivo batería Mick Harris, inventor del término blast beat, para definir su forma increíblemente rápida de tocar la batería, la cual será desde ese entonces una característica omnipresente en el metal extremo”.

Deathcrush” (Deathcrush, 1987) – Mayhem

El descenso noruego a la oscuridad comenzó con un grupo llamado Mayhem, el proyecto personal del guitarrista Øystein Aarseth, conocido más tarde como ‘Euronymus’. En la carátula (de Deathcrush) aparecen las manos cercenadas de un ladrón de Costa de Marfil; una imagen sorprendentemente cruda para la época y más propia de un lanzamiento crust punk. Después de una extraña pieza electrónica con tambor (creada por un músico distinto, Conrad Schnitzler), las canciones son heavies, pegadizas y demoledoras. Los temas (…) son el sonido de la segunda ola de black metal, si bien mantienen influencias más eclécticas procedentes del punk, del thrash y del proto-death metal”.

Feeble Screams from Forests Unknown” (Burzum, 1992) – Burzum

 “(…) Es de escucha obligada para cualquier fan del black metal; es increíblemente atmosférica, inventiva y original. (Varg Vikernes) creó una cantidad impresionante de material de altísima calidad en un espacio de tiempo asombrosamente corto. Aprovechando su condición de artista en solitario, grabó cuatro álbumes en quince meses. En ellos se evocan paisajes helados y un medioevo mítico, y el estilo va del black metal más furibundo y demoledor a los temas atmosféricos y ambient”.

“Skald Av Satans Sol” (Transilvanian Hunger, 1994) – Darkthrone

 “(…) Lo acaba de petar todo de lo brutal que es. Fue Fenriz, el batería, quien grabó todas las guitarras y baterías de esta tercera obra maestra y después se las envió al guitarrista y vocalista habitual, Nocturno Culto, para que grabara la voz. El sonido es un zumbido constante, casi ambient, en el que escasean los riffs (…) Creo humildemente que Darkthrone no ha dado ningún paso en falso y que es el mejor grupo de black metal de toda la historia”.

https://www.youtube.com/watch?v=IJLsJvm6UpY

To Eve the Art of Witchcraft” (The Principle of Evil Made Flesh, 1994) – Cradle of Filth

Hay algo que caracteriza en especial la concepción del black metal que tienen los británicos Cradle of Filth y que hizo que fueran por libre: su rechazo por la violencia sectaria en favor de un estilo más romántico y gótico, imbuido de la misma conciencia del propio ridículo que caracterizaba a Venom. Al final acabaron convirtiéndose en una especie de drag queen de la escena black metal pero, a pesar de todo, vendieron una burrada de discos y consiguieron que muchos se interesaran por la música extrema (…) Además de teclados, samples e increíbles riffs de guitarra, crudos y apabullantes, hay voces femeninas. Fuerzan los límites de lo que puede ser el black metal sin destruirlos”.

“Inno a Satana” (In the Nightside Eclipse, 1994) – Emperor

En febrero de 1994 publicaron su primer álbum dos de los grupos de black metal que más éxito tendrían. The Principle of Evil Made Flesh, de Cradle of Filth, e In the Nightside Eclipse, de Emperor, están mucho mejor producidos que el crudo black metal de Darkthrone, Burzum e Immortal. En ambos discos hay teclados y samples. Su estilo, más tarde descrito como black metal sinfónico, es bastante menos alienante y tiene tintes góticos (…) En el momento de publicación de estos álbumes, la segunda ola de black metal ya no era un movimiento secreto ni clandestino (…) Se corrió la voz rápidamente y surgieron grupos de black metal de la segunda ola por todo el mundo”.//∆z