Capitán América: Guerra civil corrobora el talento de sus directores y logra ser algo más que una película de superhéroes.

Por Martín Escribano

Tras la salida de Joss Whedon, Joe y Anthony Russo tomaron la batuta del universo Marvel. Si el primero había entregado un producto algo redundante como Age of Ultron (la segunda parte de The Avengers, también dirigida por él), los Russo pegaron un volantazo y alteraron el rumbo con Capitán América: El soldado de invierno. Los hermanos, que han dirigido episodios de esa serie tan ninguneada como genial llamada Community, provienen del mundo de la comedia y han sabido teñir de liviandad el tono de estos tanques de acción sin menospreciar el conflicto.

Así, los chistes, lejos de ser empleados exclusivamente para descomprimir matizan el guión de principio a fin, y si bien el humor no es nuevo en las películas de esta firma (Ant-Man y Deadpool son, de hecho, comedias) se vuelve un recurso apreciable en un film plagado de los personajes más “serios” de este entramado de relatos de superhéroes.

El conflicto es similar al de la bochornosa Batman vs. Superman: ¿hasta dónde puede obrar con libertad un sujeto cuyas habilidades especiales suponen un riesgo para la población civil? La pregunta generará una grieta en el grupo de los Vengadores: bajo las filas del Capitán América se enrolarán los que opten por la autodeterminación; Iron Man representará a quienes deciden ubicarse bajo la supervisión de la ONU, el máximo organismo internacional. El debate, además de ser inteligente, no opaca el enfrentamiento con el villano de turno que -¡vaya sorpresa para una superproducción millonaria!- es apenas un ser humano que no guía hordas de extraterrestres que buscan aniquilar el planeta ni tiene superpoder alguno más que aplicar a fondo la fórmula del “divide y reinarás” de Maquiavelo.

Marvel sigue entregando productos en los que la narración es más importante que el CGI (es decir, la conjunción de efectos especiales). Ha sabido aprender de sus pasos en falso y ha logrado integrar dos personajes más a un universo que parece ser casi infinito. El primero, Black Panther, tendrá su propia película en 2018 con Lupita Nyong’oMichael B. Jordan confirmados en el reparto. El inglesito Tom Holland (uno de los hijos de Naomi Watts en Lo Imposible) fue un acierto como el nuevo Spiderman y en 2017 también protagonizará su propia película. Los hermanos Russo, por su parte, se pondrán al hombro la (doble) tercera parte de Los Vengadores, que se estrenará en 2018 y 2019.

Captain América: Civil War logra ser algo más que una película de superhéroes y en ello reside su mayor virtud. El presente de Marvel resplandece y el futuro se ve prometedor.//∆z