Caja Negra Editora sacó una compilación de textos de Jack Kerouac sobre la denominada Generación Beat donde el autor además de explicar qué significó el término beat, desenvuelve con su característica prosa, una serie de historias, anécdotas y hasta técnicas para una correcta escritura.

Por Gonzalo Penas

Graves, harapientos, haciendo dedo, beatíficos, de una belleza beat; es la visión que tuvo Jack Kerouac con sus amigos cuando escucharon la palabra beat en el centro de varias ciudades de Estados Unidos. “Beat quería decir derrotado y marginado pero a la vez colmado de una convicción muy intensa” escribe el autor de La Filosofía de la Generación Beat y otros escritos (Caja Negra Editora, 2015), explicando los orígenes de la palabra que marcaría toda una época artística.

El libro abarca gran parte de la vida de Kerouac. Es decir, separados en algunos órdenes temáticos (“En el camino”, “Sobre los beats”, “Sobre la escritura”, “Sobre los deportes”, entre otros) se van sucediendo textos de la más variable índole pero con el eje bien claro: la generación beat, sea como escritura, sea como movimiento artístico y hasta incluso en las historias que se narran, donde aparecen varias anécdotas y algunos pensamientos del escritor. A lo largo de las páginas, aparecen escritos que bien podrían adecuarse al estilo de En el camino o de Big Sur; líneas donde abundan los adjetivos y la primera persona. Sin ir más lejos, el primer texto del libro (“Una linda rubia”) va por esa senda. El protagonista se sube al auto de una hermosa mujer -que luego se entera que tiene pareja- y charlan de drogas, de música y de la costa norteamericana.

Pero no solo se queda en la literatura; también aparecen algunas líneas dedicadas al béisbol –y hasta incluso a los periodistas deportivos- y un acercamiento a la música jazz para explicar el nacimiento del bop. Una de las cuestiones más interesantes de este libro, que se puede leer incluso a modo de novedad, es poder observar cuáles son los fundamentos de la llamada prosa moderna para el autor e inclusive el desarrollo de treinta puntos que juntos forman lo que él mismo denominó “Credo y Técnica de la Prosa Moderna”. Por supuesto, que también hay lugar para que aparezcan anécdotas con Allen Ginsberg –de quien a la hora de hablar de sus textos afirma que es el creador de una “literatura guinsberguiana”- y toda la troupe beat de aquellos años, pero ya no escritos desde el presente sino como recuerdos; ya sea de navidades cuando el autor era niño como también a la hora de clasificar la literatura occidental de esa época. Kerouac era muy crítico con las publicaciones de aquellos tiempos y afirmaba que los grandes autores de esos años no habían sido publicados aun y lo deja bien claro a lo largo de varios de los textos que aparecen en el libro, haciendo un examen minucioso de escritores y publicaciones.

Quizás en la totalidad de las líneas de este libro se entienda por qué para el autor la generación beat será a lo largo del tiempo una de las más sensibles de la historia: porque, como comenta Robert Creeley –recordando las palabras de Tom Clark en la biografía de Kerouac-, esta generación tuvo como objeto la vida real, cosas reales y la gente real.//z