Sadness Discos cerró el 2012 con una fiesta bien rockera en Niceto Club.
Por Claudio Kobelt
Fotos de Pablo Lakatos
Una nueva noche de música e independencia se celebró en Niceto. Uno de los sellos independientes de mayor crecimiento en los últimos años, Sadness Discos, cerró el 2012 con una fiesta a todo trapo con todos sus artistas tocando en ambos escenarios para las delicias de los oídos inquietos y los corazones dispuestos.
El comienzo de la noche fue con Las Cosas, y su krautrock a veces algo funky, otras pop y otras experimental. Diversos climas con un constante espíritu de búsqueda y renovación que se celebra y agradece. Luego, los muchachos de BOSQUES, que dieron un show pequeño en instrumentación y tiempo, pero enorme en canciones y sonidos.
El show de Blien Vesne quedaría grabado para cada uno de los asistentes como el descubrimiento a seguir, con su mundo de canciones delicadas y sensibles que implotan en cada oyente, transportándolos a ese mundo perfecto lleno de guitarras y estrellas. Es como ver un mundo formarse hasta el bellísimo big bang final. Los Blien Vesne logran un universo con sus canciones y los allí presentes, están decididos a vivir en el para siempre.
El show de Furies en el escenario principal fue la demostración de una de las bandas mas afianzadas y solidas no solo del sello, si no de la toda escena. Creando atmósferas que pasan por el krautrock y la psicodelia, pasando por el dub y la experimentación, los Furies hicieron de la canción: algo cósmico y onírico, que alguna vez fue tangible y ellos recrean para nosotros en un relato de melodías entre flashes y explosiones de reverb. El final llegaba entre acoples mientras una densa neblina espesaba el aire. Fue uno de los grandes momentos de la noche.
En el otro escenario Hurricane Heart Attacks estaba tocando entre haces de luces blancas, como aliens de una galaxia cercana martillando un ritmo en el cerebro de la canción. Pequeñas tempestades sónicas se desplegaban en cada nueva tonada. Intensos climas y enormes canciones que merecen una nueva oída, una nueva inmersión.
Uno de los platos fuertes de la noche fue sin dudas La Patrulla Espacial, el conjunto que más sangre, sudor y rocanrol le puso al Festival. Con una energía envidiable, La Patrulla toco cada tema como si fuera el ultimo, rockeando siempre al máximo de poder, con las canciones más salvajes y los amplificadores en 11. Un blues suicida y enajenado que nada tiene que perder y si mucho por ganar. El espíritu de Aeroblus entro en Niceto y en cada cuerpo presente transformando la noche en calor y festejo de la distorsión.
En el Lado B,El Festival de los viajes demostró que no lleva su nombre porque sí. Sus canciones son un mapa musical y un boleto sonoro atemporal a cualquier parte del mundo. El Lejano Oeste, Oriente Medio, e incluso el espacio exterior y la oscuridad profunda, donde parece guiarnos la extraña e intrigante voz de su cantante, exquisitamente compensado por una dulce voz femenina. Ambos lideran ese tren sonoro que se mueve entre las profundidades y la espesura del sonido hacia un lugar sin nombre y sin tiempo. Su público, más que agradecido.
El cierre de la noche fue con DIETRICH. Banda más que interesante y que ha logrado forjarse un publico fiel y atento a su propuesta. Los Dietrich se mueven libres y la vez contenidos en una casa hecha de beats electrónicos y de batería, que se confunden y se mezclan naturalmente. Beats que les dan un marco, unas paredes al excelente trabajo de guitarras que a veces parece desbordarse pero logra mantenerse siempre en el camino recto de la canción. Son como una manada de caballos galopando libres en el desierto. Esa aridez, ese clima desértico atravesado por criaturas sanguíneas a su propio ritmo. Ni más, ni menos. EL ritmo correcto.
Todo terminó de golpe, el telón se cerró, y el público se retiró en calma, con ganas de más y la certeza de haber vivido una noche única. Durante los instantes finales del show deDietrich, Janin, responsable máximo de Sadness Discos, pronunció un emotivo discurso de agradecimiento a las bandas y el público, que concluyo entre aplausos con “Esto es Sadness, es una familia y viva la anarquía”. Viva.