Boom Boom Kid se presentó este domingo, por primera vez en el año, en Capital.

Por Gonzalo Penas

Foto de Martín Benavidez

La noche empezó con un sabor amargo. El libro con la colección de fanzines que se iba a presentar en Groove, no se llegó a terminar y posiblemente se edite para próximas fechas. Hubo que empezar a sacar charla con fanáticos que sentían el mismo sabor, y recordar recitales de Fun People o los primeros conciertos de Boom Boom Kid, que estaba por brindar su primera presentación del año en Capital, para pasar el momento. Después de algún trago – sin alcohol, la fecha era apta para todo público y no se vendían bebidas alcohólicas – el lugar comenzó a llenarse de jóvenes y adultos, algo que no es un dato menor porque hay un público que está volviendo a los recitales de BBK. Tal vez sea por el excelente Frisbee (2009), último disco de estudio de la banda de Il Carlo, o por el regreso de Fun People durante el verano 2010, pero hay gente de la vieja escuela que dijo presente en Groove y el público fue un mix de adolescentes y niños eternos.

El clásico “Okey Dokey” abrió el show para delirio de todo el público, que ya estaba impacientándose de tanta espera. Otros temas conocidos como “Cariño, rápido un ticket hacia vos”, “Dirty connections”, “Tomar helado” y  “Del absoluto vacío surge este capricho” fueron de la partida en un comienzo bastante agotador, algo a lo que BBK ya nos tiene acostumbrados. La noche se puede dividir – de manera un poco arbitraria – en tres partes: La primera, con luces encendidas a pedido de la banda, con una fuerte presencia de los temas del último disco, ya archiconocidos por los fans y de gran aceptación por ellos, como “Y el hospice burning”, “Por argentinito”, “Pon tu corazón en la música”, que hace mover y bailar hasta al más aburrido del público, o mismo “Frisbee”, cantado y pogueado mientras se jugaba con un frisbee (ida y vuelta entre la banda y la gente). También sonaron dos de los cortes del disco: “Lo único feo es no tener porque vivir” y “El ex”, en esta primera parte del show donde también hubo algunas sorpresas como los covers de Fun People, “Leave me alone” y “Fácil venir”. Una cuestión bastante positiva fue que, más allá que estos temas son muy bien recibidos por los fans, también tocaron temas de su última producción que no suelen tocar en vivo, como “Por qué te lo haces tan difícil”, “Amor loco”, el funky/punkie “Rapocappo” y “La espina”.

Hubo un claro antes y después cuando tocaron “Pilar”, clásico de Fun People sólo apto para fanáticos, al igual que “Not the same” que habían interpretado minutos antes. Luego vino del último disco “Como empezar… el día después”, que sonó más rápido que en estudio y parecía otro tema completamente distinto, quedando una versión más punk y menos acústica, más rocker y menos melancólica. También, se jugó a “surfear” entre la gente con una tabla mientras la banda tocaba “Wasabi” (ganaron las chicas porque aguantaron más que los chicos), le dedicaron “Eni” a Pedro Lemebel (poeta chileno al que la banda admira), sorprendió la genial “Ollie over the hate”, gran canción de Smiles From Chapanoland (2004) y sonaron “I don’ mind”, “Kitty”, “Dejame ser parte de esta locura” y “I do”. Cuando parecía que todo terminaba con esos hits, las luces se apagaron del todo y comenzó lo que serían los bises. Esta tercera parte, tuvo varias sorpresas juntas: Il Carlo interpretando, junto al tecladista de Fun People, “Be my baby” (cover de Ronettes que grabó en el disco que viene junto con Okey Dokey, 2001) y “Strong”, para luego dar lugar a “Masticar”. El himno “funpipolero” del disco Kum Kum (1997) hizo delirar a todo Groove. Más aun, pegado sonó “Anabelle” otro clásico de la banda donde Il Carlo era Nekro. Grandioso momento – un poco nostálgico también – del recital, dónde más de uno se sintió de 15 años otra vez. Con “Brick by brick” y “Feliz” terminó todo, con un trencito en medio del pogo, maravilloso cierre para todos los niños eternos. Todo niño sensible sabrá de qué estamos hablando.

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