Game of Thrones, la popular serie producida por HBO, comienza a desandar su propio camino tras el final de su sexta temporada, adelantándose a la obra literaria de George R.R. Martin.
Por Miguel Vilche
La imagen de la gigantesca flota de Daenerys Targaryen en su nueva alianza con los hermanos Greyjoy, marcó el final de la sexta temporada de Game of Thrones, y supuso un nuevo record de espectadores gracias a los 23 millones que lo vieron a través de los distintos tipos de plataformas de emisión (directa o streaming).
Los barcos llenos de Dothrakis e Inmaculados se encaminaban rumbo a Desembarco del Rey con la idea fija de, al fin, tomar el Trono de Hierro; sin olvidar la Fuerza Aérea que suponen los dragones hijos de la Reina. La Bruja Roja ya había devuelto las esperanzas a los que sueñan con la convergencia de los muchos caminos que la trama suele abrir en interminables ramificaciones.
Espadas, dragones y plumas apuradas
Este éxito resonante es una buena noticia para David Benioff y D. B. Weiss, los cráneos detrás de la idea de adaptar la voluminosa obra de George R.R. Martin. Cuando algunas críticas empezaban a esparcirse por las redes sociales por parte de algunos fans muy apegados a los textos, el relato parece revivir con sus personajes magnéticos pegando tantas vueltas de tuerca como fuera posible. El cambio de timón que inquietaba se estaba haciendo evidente sobre todo desde que autor de los libros había dejado de formar parte de la adaptación a la pequeña pantalla, y que los responsables incluyeran textos inéditos que no se encuentran en la saga literaria original. No fue casual que el título del último capítulo sea el mismo que el de la próxima novela. Martin mismo se encargaría de gritar a los vientos de los Siete Reinos: “Nunca pensé que la serie pudiera alcanzar a los libros, pero lo ha hecho. La serie se ha movido más rápido de lo que yo había anticipado y yo me he movido más despacio (…) Visto donde estamos, inevitablemente, habrá ciertos giros argumentales y revelaciones en la sexta temporada de Juego de tronos que todavía no han tenido lugar en los libros”.
Esta sexta temporada, que mezcló elementos de Vientos de invierno, con otros de Festín de cuervos y Danza de dragones, tiene mayormente material original, es decir, escrito exclusivamente para la pantalla sin siquiera intervención de Martin. Sirvió para que la serie vuelva a dejar en claro sus principios narrativos.
La receta no cambia, pero sí algunos de sus condimentos
La lucha por el Trono de Hierro está otra vez en primer plano y las decenas de grupos empiezan a aliarse conformando prácticamente dos frentes únicos y antagónicos. Es la etapa de la historia donde parece estar mucho más en relieve el límite entre los buenos y los malos, una polarización que podría romperse o terminar por consolidarse dependiendo del rumbo que tome el lado místico de la historia, que incluye a los Caminantes Blancos, el Hombre del Árbol (léase Bran Stark y su relación con el pasado) e incluso, los Septos y sus residuos.
Hay argumentos para mantener las expectativas intactas: el regreso de los Dothrakis, la energía revulsiva del Norte, la sorprendente habilidad de Arya Stark para moverse en las sombras; el creciente protagonismo diplomático de Tyrion, la ambición desmedida de una herida Cersei con su Montaña de apoyo, la reaparición de El Perro Clegane caminando la senda de la violencia; Jaime y Brienne, Sansa, el magnético Petyr, entre otros. Todos conforman un gran cóctel que anima la espera. También es un síntoma de hacia dónde iría la serie en el 2017. La mala noticia es que la ansiedad crecerá ya que está confirmado que recién para junio de ese año se podrá saber qué pasa con el arribo de la flota a Poniente, también que serán sólo siete los episodios para calmar la abstinencia y que van a centrarse en las dos novelas finales de Martin, próximas a editar.
Vanidad, poder, lujuria, ambición, egocentrismo, megalomanía, terrorismo, conspiraciones, traiciones. Cada uno de los elementos que nunca faltaron en la serie está garantizado. Muchos son los finales, los relatos paralelos que se desarrollan y piden resolución. Millones son los que esperan que esta serie despliegue la tela solemne, de una vez por todas, de quién será el verdadero merecedor de la Corona de Poniente. Por lo menos, antes de que llegue el invierno…//∆z