El Medio Oriente es una de las zonas más injustas e inestables del planeta, es el caldo de cultivo perfecto para que jóvenes músicos canalicen su bronca en arte, de la mano del Heavy Metal más extremo. A pesar de la persecución política y religiosa, varias bandas han aparecido ya en el panorama musical de la zona. Acá te presentamos algunas de ellas.
Por Ernesto Castillo
Desde hace casi cuatro décadas, el Heavy Metal -especialmente sus variantes más extremas- se precia de ser uno de los vehículos más adecuados para transmitir, en forma musical, la bronca que generan ciertos aspectos de la realidad que nos toca vivir.
Y en pocas zonas del mundo moderno hay tanta bronca acumulada como en Oriente Medio. La muerte y la miseria humana son comunes en este área llena de riqueza natural pero cuya población es oprimida, tanto por potencias extranjeras como por sus propios gobiernos: generalmente dictaduras eternizadas en el poder, cuando no monarquías o verdaderas teocracias cuya ideología atrasa siglos.
Con esto en mente, no extraña que en los últimos tiempos hayan comenzado a aflorar bandas de metal que transmiten, en la crudeza de sus trabajos, la realidad que los rodea, entrelazando en muchos casos sonidos propios de sus países al estilo que practican.
Tal es el caso de los iraquíes Acrassicauda, banda de trash metal formada en el 2001, cuando aún gobernaba Saddam Hussein. Forzados en esos años a componer un tema honrando al dictador, la banda experimentó un aire de libertad luego de la invasión estadounidense que lo depuso en el 2003. Pero esto duró poco, ya que el país se vio de inmediato sumido en una guerra civil entre sus diferentes ramas étnicas y religiosas, como trasfondo a la lucha contra la ocupación norteamericana. Las letras de la banda reflejan el desconcierto y el miedo que esto les producía. Como muestra, este fragmento del tema “Massacre”: “Un paso hacia la victoria, un paso hacia la muerte… / Mi niño llora, mi niño muere de hambre / El corazón de su madre se quema por dentro / Ellos robaron mi tierra, robaron mi hogar / Laceraron mi carne, desnudaron mis huesos. / Sueños de cambio…Ohh…Evolución/ Un enfermo júbilo…Ohh…Demolición”…
Sus letras controvertidas y su música, considerada “satánica” por el Islam ortodoxo, los pusieron en la mira de muchos grupos fundamentalistas. En el 2006, el sótano donde ensayaban fue demolido por un atentado con bomba, y la banda se vio forzada a emigrar, primero a Siria –donde el término heavy metal estaba prohibido por ley y la banda decía tocar “rock” a secas- y luego a Turquía. Finalmente llegaron a los Estados Unidos, donde se asentaron en 2009. Sus peripecias fueron retratadas, primero por la revista canadiense Vice y luego en el documental Heavy Metal en Baghdad (2007) de los directores Eddy Moretti y Suroosh Alvi, premiado internacionalmente. En el 2010 lograron editar su primer EP oficial, titulado Only the dead had seen the end of war (“Solo los muertos han visto el final de la guerra”). Otro ejemplo es Chaos, formada en 2006 en Nazareth (Israel) por cinco amigos árabes. Sus letras se refieren a la discriminación que enfrentan comúnmente en Israel – donde los árabes son considerados ciudadanos de segunda categoría y virtuales terroristas en potencia- así como el dolor y la pérdida que generan la intolerancia y la guerra no solo en Israel o Palestina, sino en todas partes. Su música, un death metal bien furioso con partes melódicas, transmite plenamente éste sentimiento. Su primer álbum, Brave Free Souls, salió en el 2007, y su continuación Silence before the Chaos en el 2009, ambos editados de manera independiente.
Del otro lado del Canal de Suez, está Egipto, recientemente sacudido por la revolución que depuso a Mubarak. En éste país encontramos un panorama más variado, como la banda MA.SCA.RA – abreviatura de “Massive Scar Era”-, cuyo sonido, mezcla de death y hardcore, es lo que se conoce como Metalcore, en éste caso incluyendo un violín.
Tres de sus cuatro integrantes son mujeres, y como ellas mismas declaran en su sitio de myspace, su intención es “hacer bien presente lo femenino en el mundo de la música extrema”, algo bastante sorprendente para el público “occidental”, acostumbrado a la idea de sumisión femenina en el mundo árabe. Como grita su guitarrista y cantante, Sharine, en el tema Tribute: “Creés que me conocés, pero no tenés idea…”. MA.SCA.RA viene tocando desde el 2005, incluyendo conciertos en E.E.U.U y Europa.
Otras bandas egipcias ya afirmadas son los death-metaleros técnicos Scarab (formados en el 2001) y los veteranos Odius, un quinteto de Alejandría, formado en 1998, que practica una particular mezcla de sonidos árabes con Black Metal.
La aparición de bandas de Black Metal es precisamente uno de los aspectos más sorprendentes del Metal en una zona tan religiosa como el mundo musulmán: Este sub-género, aparecido a finales de los 80’s en Escandinavia, ganó mucha notoriedad en la prensa a raíz de diversos crímenes cometidos por sus cultores -como la quema de iglesias e incluso el asesinato- y su ideología original busca la erradicación de las religiones monoteístas -en su caso, el cristianismo- y el regreso a un paganismo y una especie de satanismo filosófico con tintes nihilistas.
La persecución hacia el metal por parte del Islam más tradicionalista ha sido, irónicamente, motor para el surgimiento de bandas árabes de Black, quehan mantenido la esencia anti-religiosa de sus inspiradores escandinavos para criticar la religión musulmana, a la que consideran un yugo esclavizante.
Esta ideología sigue el trío saudita Al-Namrood (“No Creyente”) que presenta un sonido complejo y melódico, con muchos teclados y ambientes oscuros en línea con –por ejemplo- los de los noruegos Dimmu Borgir, tamizado con sonidos tradicionales de la zona y letras en árabe clásico. Tanto ésta como otras bandas de Black – como Narjahanam de Barhain o los marroquíes Sawlegen, que no presentan mensajes anti-religiosos en sus letras- han enfrentado amenazas de muerte de parte de grupos fundamentalistas por todo el mundo musulmán, lo que no ha mermado- sino más bien potenciado- su decisión de seguir difundiendo su música. Más allá de que se pueda estar de acuerdo o no con su ideología, estos grupos –una pequeña selección de el panorama total- demuestran cómo el Metal, utilizado como arma de protesta y concientización, traspasa hasta la frontera mas impensada y continúa creciendo a casi cuarenta años de su nacimiento.//∆z
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