Hoy, 11 de mayo, se cumplen 30 años de la muerte del mayor ícono del reggae mundial: Bob Marley. Entre melodías cálidas y placenteras, las ideas de paz y amor, la lucha por la justicia social y miles de grandes canciones, el mundo lo recuerda con varios homenajes.
Por Matías Roveta
El fútbol, pasión de multitudes. Nunca una frase hecha tuvo tanto valor descriptivo sobre la vida de una persona. Porque Bob Marley tenía muchas pasiones: el reggae, por supuesto, el espiritualismo, su Jamaica natal y su Afríca como herencia natural, la cultura rastafari, las mujeres (tuvo 13 hijos de distintas madres) y sentarse a fumar mirando los horizontes, los paisajes, buscando siempre una respuesta. Pero hubo una sola pasión que lo pudo todo, tanto que le costó la vida: el fútbol. “El fútbol es libertad”, repetía siempre en cada una de sus acotadas entrevistas; esa misma libertad con la que soñaba, por la que luchaba, y la que transmitió en cada una de sus hermosas canciones. Hoy se cumplen 30 años de la muerte de Bob Marley en un Hospital de Miami, el Cedar Sinai, luego de una ardua lucha contra un cáncer que se le originó como una malformación en una lastimadura de su dedo gordo del pie derecho, consecuencia de un pisotón durante un partido de fútbol en París, en algún momento de distensión entre shows y grabaciones, en 1977.
Los médicos que lo atendieron durante esos 4 años de tedio, le aconsejaban amputar la zona muerta en su pie derecho. Marley se negaba rotundamente: si cedía, nunca más iba a poder bailar arriba de un escenario durante un concierto. Con ese amor por la música, por el arte, por la vida misma, fue cómo Marley vivió cada instante.
Bob Marley logró llevar a la cultura de los rastas, y a la música folcklórica jamaiquina, a ser conocida en todo el mundo, a las grandes ligas. Ya a mediados de los ’70, gracias al cover que Eric Clapton hizo de “I Shot The Sheriff”, y gracias al visto bueno de grandes referentes como Mick Jagger y Keith Richards, el rock incorporó al raggae a sus filas, y aceptó a Bob Marley como hijo legítimo. Pero él, nunca se olvidó de sus orígenes. Siguió sosteniendo su lucha por la paz, por la liberación y por los derechos de los marginales, de los desposeídos, quienes tanto le recordaban su propia infacia de pobreza y miseria en Jamaica. Con enormes discos como Exodus (1977) o Uprising (1980), inmortalizó al reggae para siempre; fue conciente de su figura mesíanica como líder chamán, como estandarte de la militancia, tanto que nunca dejó de estar activo, aún cuando la CIA lo perseguía a fines de los ’70, y aceptó el inevitable descenlace de su vida: con “Redemption Song” (“Canción de la Redención”), de 1980- un relato crudo y visceral-, comenzaba a despedirse de este mundo.
Hoy, 30 años después de su muerte, su legado es insoslayable. A lo largo y ancho de todo el mundo, miles de festivales le rinden homenaje. El más importante es quizás el que llevará adelante su hijo, Ziggy Marley, en compañía de Chris Cornell, Jakob Dylan, Keith Richards y Lenny Kravitz, entre otros, en el programa de Jimmy Fallon, de la NBC. Pero acá en Argentina, también se realizará un festejo de primer nivel: el El Bob Marley Living Memory, organizado conjuntamente entre la banda local Nompalidece y el programa radial de Mario Pergolini, Cúal es? En el Luna Park, y desde las 21:30, tendrá lugar este show “multigénero”, como lo define Néstor Ramljak, cantante de Nonpa. La idea fue convocar a artistas de los más diversos estilos -Ricardo Mollo (Divididos), Andrés Ciro (ex Piojos, actual Los Persas), Ciro Pertusi (ex Attaque 77, hoy en Jauría), Ricardo Tapia ( La Mississippi), entre otros- para tocar los clásicos de Bob Marley. En la segunda parte del show, Nonpalidece repazará las canciones de todos sus trabajos discográficos, entre ellas las de El Fuego en Nosotros, el disco consagratorio de 2009.
Las puertas del Luna se abren a las 18:00, y las entradas van desde los 60 a los 180 pesos. Se pueden conseguir desde el sitio www.ticketportal.com.ar, o directamente en las boleterías del Luna, con atención de 10 a 19 Hs. Una noche cargada de emoción y recuerdos, con toneladas de reggae y humo. No fumadores, abstenerse.