Sonido y lujuria en la primera fecha del Turdera Fest versión Deluxe en el Salón Pueyrredón de las orillas arrabaleras de Palermo. Bandas como Viva elástico, Mi amigo Invencible y Lache fueron los pilares fundamentales de una noche llena de melodías.
Por Ignacio Barragán
Fotos de Jesica Giacobbe
Uno de los baluartes más importantes del rock es el de la fraternidad. Sin fraternidad el rock no existe, solo serían un puñado de bandas idiotas compitiendo entre sí tal mercenarios en el seno del mismo sistema capitalista que los creó. Por suerte, el rock no es así. Se ha comprobado empíricamente que la tendencia a la fraternidad en el rock se ha sostenido mayoritariamente por sobre la competencia. Y que esta tendencia a la solidaridad y el cooperativismo ha contribuido a que crezca, se multiplique y genere verdaderas piezas sofisticadas de arte. ¿Dónde hubiese estado Astor Piazzola si ese tango porteño e irreverente jamás se hubiese topado un rock progresivo y cronométrico? ¿Qué estaría haciendo Thom Yorke si no hubiese absorbido cincuenta años de rock y todas las musiquitas en 8-bits del nuevo siglo? Ejemplos como estos, hay miles, pero uno que verdaderamente importa, es el Turdera Fest.
El Turdera es un festival en donde bandas y músicos se encuentran no solo para tocar y divertirse sino también para fraternizar, toparse con los amigos de siempre. El primer día de esta edición, fue el fiel ejemplo. El viernes 10 de octubre tuvieron cita en el Salón Pueyrredón, bandas como Viva Elástico, Mi amigo Invencible de Mendoza, los Bort de Salta, Lache, Le Primer Enfant, Fonda entre tantas otras más. Una fiesta.
Hasta altas horas de la noche, los asistentes a este homenaje a la música independiente, se mantuvieron escuchando buenas bandas al ritmo siempre de una melodía irreverente, por que, a decir verdad, si algo en particular tenían en común todas estas bandas es el de no compartir puntos de contacto con el estándar de la música diaria. Gracias a ello, se pudo disfrutar de bandas como Viva Elástico que hicieron bailar a un público joven y lleno de barbas o bandas como Lache quienes se burlaban de sus barrigas y pulieron un punk cabeza sin dos integrantes de la banda. A fin de cuentas, todas las bandas estuvieron excelentes, tanto las locales como los salteños Bort, o los mendocinos Mi Amigo Invencible, adoptados ya como propios por el público porteño.
La noche fue un éxito y los muchachos se fueron contentos, no hay razón como para temerle a las bondades del rock. Mira, tan lindo es el rock que mi mención especial se la lleva los Le Premier Enfant con su cover ochentoso y lleno de sintetizadores de las Spice Girls.//∆z