Con la producción ejecutiva de Steven Spielberg, la cadena TNT acaba de estrenar la serie de televisión Falling Skies, un relato de ciencia ficción que narra la historia de los sobrevivientes a una invasión extraterrestre, cuya clave interpretativa se asocia al relato de la guerra de independencia norteamericana y al discurso americanista post 11-S.

Por Luis García Fanlo

El cine y la televisión norteamericanos han producido innumerables ficciones basadas en su historia política, social y cultural del mismo modo en que también lo han utilizado como un instrumento para inculcar valores, estilos de vida, cosmovisión del mundo e ideología al resto del mundo. Lo hicieron y lo hacen de modos burdos y simplones o, en muchos casos, produciendo composiciones en las que se destaca la calidad dramática de las historias, la dirección o las actuaciones. También es cierto que, a partir del último cuarto del siglo XX, supieron producir relatos de alto contenido crítico, tanto ético como estético, sobre distintos aspectos de su realidad social y sobre su hegemonía imperialista ante el resto del planeta.

Lo novedoso que presenta la serie de televisión Falling Skies es que su argumento recrea la guerra de la independencia dentro del género de la ciencia ficción y del subgénero “invasión extraterrestre”. La acción transcurre en Boston, su protagonista es un profesor de historia de los Estados Unidos que dicta cátedra sobre esa temática en una escuela en la que la iconografía patriota se muestra saturada, y quienes resisten se dan a sí mismos el nombre de “Second Massachusetts Regiment”, una de las épicas milicias civiles que protagonizaron lo que ellos llaman la “Revolutionary War”. Pero los aliens no son la representación de los ingleses, sino de algo mucho más acondicionado a la actualidad post 11 de septiembre, ya que, no contentos con destruir todo lo que encuentran a su paso, se dedican a lavar los cerebros de los niños y niñas que capturan para asimilarlos y ponerlos en contra de sus padres. Los malignos aliens tratan a los jóvenes norteamericanos con ternura y afecto, dominando sus mentes para convertirlos en quinta columna de sus maquiavélicos proyectos. Todo el argumento de la serie se encuentra saturado de referencias patrióticas fácilmente reconocibles en el discurso de la guerra contra el terrorismo inaugurado por George W. Bush contra el “eje del mal”, instalando a los Estados Unidos como vanguardia del mundo.

Si a eso le sumamos que los personajes son extremadamente estereotipados y unidimensionales y que el argumento está saturado de lugares comunes –tomados prestados de innumerables series y películas del género- de una ingenuidad sorprendente, no puedo más que decir que estamos frente a una serie olvidable. La buena noticia es que la propia audiencia norteamericana le ha dado la espalda y los registros de audiencia van cayendo estrepitosamente semana a semana.//z

Luis E. García Fanlo es: Doctor en Ciencias Sociales y Sociólogo (UBA) Profesor Facultad Ciencias Sociales (UBA) Investigador del Instituto Gino Germani (UBA)

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